Kevin Bacon podría ser el padre de Amanda Seyfried, pero es su marido en esta película de terror

Esta película que ha estrenado Netflix nos llega con su título original, sin traducir. Si lo hiciéramos, vendría a decirnos algo como “Deberías haberte ido”, que es justo lo que alguien le escribe en unas enigmáticas notas al protagonista, que acaba de alquilar una casa en medio de la nada en Gales (Reino Unido).

Se llama Theo Conroy, lo interpreta Kevin Bacon y es un banquero jubilado, millonario y con un oscuro pasado. Lo suyo fue un true crime de manual, de esos que acaban en Netflix, documentales de tres episodios o más sobre sucesos reales que conmocionaron a la sociedad. El caso de Theo nos recuerda al de Michael Peterson, el escritor acusado de haber matado a su mujer, un caso que se convirtió en miniserie documental de 13 episodios y en serie de ficción de ocho, una estupenda recreación con Colin Firth de protagonista.The Staircase se titularon las dos.

Hasta donde sabemos por las pinceladas que aporta la trama, que arranca muchos años después del suceso, lo que le pasó a Theo no terminó en ninguna plataforma, pero fue noticia durante meses y en todas partes se hablaba de ello.

Ahora, cuando comienza la película, Theo ha rehecho su vida junto a una joven actriz (interpretada por Amanda Seyfried), con la que tiene una niña. Una nueva vida y unas vacaciones en Gales. Ahí empiezan los problemas nuevamente.

You Should Have Left (2020) juega constantemente con la edad de Kevin Bacon. Al principio de la película alguien le dice con muy mala uva que su mujer podía ser su hija. ¿Podría serlo? Kevin tenía 62 años cuando rodó la película y Amanda Seyfried cumplía 35, así que sí, podría serlo. 

Pero no es su hija, es su mujer y muy felices que son, aunque él de vez en cuando sufra ataques de celos, sobre todo cuando a ella le toca rodar escenas de sexo.

En el pueblo de Gales donde van a pasar sus vacaciones todo el mundo es bastante odioso y enigmático, como debe ser y es ya una tradición en el terror variante forasteros en lugares remotos.

La casa está a 6 kilómetros del pueblo, en medio de la campiña y rodeada de bosques. No se han terminado de instalar y empiezan los problemas, como también suele pasar en este tipo de películas. Ella, de repente, le llama “capullo pasivo agresivo”. Él exclama en un momento dado: “esto no puede estar pasando”. Y la niña, que es muy mona, rubia y angelical, pero se mete en todo a sus nueve años, dice como si nada: “Hay alguien dentro de la casa”.

Detrás de You Should Have Left está todo un especialista en este tipo de cuestiones. David Koepp, guionista y director de la película, dirigió a Kevin Bacon en El último escalón (Stir of Echoes) (1999) y a Johnny Depp en La ventana secreta (Secret Window) (2004), dos películas con puntos en común con esta. Pero Koepp es sobre todo reconocido en Hollywood como guionista. En ese aspecto, sus créditos son impresionantes: Malas influencias (1990), Parque Jurásico (1993), Atrapado por su pasado (Carlito’s Way) (1993), Misión: Imposible (1996), La habitación del pánico (2002), Spider-Man (2002), Indiana Jones y el reino de la Calavera de Cristal (2008) y Ángeles y demonios (2009), entre otras muchas.

El guion de You Should Have Left está basado en una novela del escritor alemán Daniel Kehlmann, cuyo mayor éxito hasta la fecha ha sido La medición del mundo, la más vendida en lengua alemana desde El perfume, de Patrick Süskind, y llevada al cine en 2012.

Uno se puede imaginar lo que hubiera hecho con el atormentado Theo el primer candidato para interpretarlo, Nicolas Cage. Y lo que hubiera pasado con este actor viviendo en Life House, la verdadera casa donde se rodó la película, situada en Llanbister, Gales. Fue diseñada por el famoso arquitecto británico John Pawson, en colaboración con el filósofo británico Alain de Botton, y se terminó en 2016. Según De Botton: «‘Con Life House buscábamos reinventar el monasterio para una era moderna secular, basada en el concepto de retiro, para trasladarnos a los primeros días del budismo en Oriente y de la filosofía estoica en Occidente”.

Y un último dato, pero quizá el más importante: la película está producida por BlumHouse, lo que siempre es una garantía.

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