Dos actrices que parecen hermanas y una leyenda llamada Graciela Borges

Martina Gusman es argentina de 1978 y una de las actrices más reconocidas de su país, sobre todo gracias a sus trabajos a las órdenes de su marido, el director Pablo Trapero, con títulos como Leonera (2008), Carancho (2010), Elefante blanco (2012) y El Clan (2015).

Bérénice Bejo es argentina de 1976, vive en París y todos la recordarán por la oscarizada The Artist (2011), donde brillaba a las órdenes de su marido, el director francés Michel Hazanavicius. Ha estado nominada al Oscar por esa película sobre el Hollywood mudo y consiguió el premio de interpretación en el Festival de Cannes por Le Passé (El pasado), de Asghar Farhadi. Además, con su compañero ha rodado también OSS 117, perdido en Río (2009), The Search (2014), Mal genio (2017), El príncipe olvidado (2020) y la reciente Corten! (Coupez!) (2022).

Martina y Bérénice son musas de geniales cineastas y se parecen mucho físicamente. Por esto último, y porque son dos grandes actrices, interpretan con sorprendente soltura a dos hermanas muy bien avenidas en La quietud, la maravillosa película de Pablo Trapero que se puede ver en Filmin.

Bérénice es Eugenia, dos años mayor que Mia, el personaje de Martina. Y cuando Esmeralda, la poderosa y temperamental madre de las chicas, le suelta a Eugenia con su voz ronca y profunda “los primeros hijos son especiales. Con tu hermana fue diferente”, ya intuimos uno de los conflictos de esta desgarradora y bellísima odisea familiar ambientada en una lujosa finca rodeada de bosques y lagos cerca de Buenos Aires. La gran dama del cine argentino Graciela Borges (1941) está inmensa como Esmeralda y ganó el Cóndor de Plata a la mejor actriz secundaria otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (ACCA). Ese mismo 2019, se llevó el premio a la mejor actriz de la Academia de Cine de su país por El cuento de las comadrejas. La ciénaga (2001) sería la tercera película para completar un mini ciclo dedicado a la etapa de madurez de esta auténtica leyenda, que Carlo Ponti quiso lanzar en Europa y que fue musa de Leopoldo Torre Nilson.

Madre y dos hijas encerradas en ese paraje de ensueño aireando los trapos sucios y vomitando reproches, sobre todo Esmeralda y Mia, que no pueden evitar chocar a la mínima. La escena de la discusión por culpa de la fecha de una foto mal recordada es antológica. Pero cuando el novio de Eugenia, interpretado por el venezolano Edgar Ramirez, llega de viaje, se une a la fiesta y se instala en la casa, todo se complica aún más.

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