Todd Field y Cate Blanchett nos desvelan los secretos de TÁR

Todd Field tiene 59 años y un pasado como actor. En Eyes Wide Shut (1999), por ejemplo, interpretaba el decisivo papel de Nick Nightingale, pianista contratado en orgías de alto standing que le pasa la contraseña para entrar en una de ellas a su antiguo compañero de estudios William Harford (Tom Cruise). Cuando rodó esa obra maestra de Stanley Kubrick, Todd ya había dirigido varios cortometrajes. La actuación pronto se iba a quedar atrás para dejar paso a la dirección. Y así fue, en 2001 debutó como director de largometrajes con En la habitación (In the Bedroom), drama familiar basado en un relato de Andre Debus que consiguió cinco nominaciones a los Oscar (Película, Actor, Actriz, Actriz secundaria y Guion adaptado). En 2006 Todd estrenó su segundo largometraje, otro potente drama familiar titulado Juegos secretos (Little Children), sobre los oscuros secretos enterrados en los cuidados jardines de las zonas residenciales norteamericanas. La película también recibió nominaciones a los Oscar (tres, Actriz, Actor secundario y Guion). Y de ahí a TÁR, su tercera película, 16 años después de la segunda, un poco al estilo Kubrick, que entre una y otra dejaba pasar demasiado tiempo. 

Alguien ha dicho que las películas de Field “tienden a representar el lado oscuro de las pequeñas ciudades de EE. UU. y de las pequeñas comunidades suburbanas. Son historias duras e intransigentes y sus intérpretes han hecho con él algunos de los mejores trabajos de sus carreras”. Seis de ellos, repartidos sólo en tres películas, han sido nominados al Oscar: Tom Wilkinson, Sissy Spacek, Marisa Tomei, Kate Winslet, Jackie Earle Haley y Cate Blanchett.

Todd Field quería a Cate Blanchett para TÁR. No había discusión. “Escribí el guion pensando en una sola actriz, en Cate Blanchett. Si hubiera rechazado el papel, la película no se habría realizado. Mi comentario no sorprenderá a los espectadores, a los cinéfilos y a otros. No cabe duda de que es la gran maestra de su arte”.

Actriz y director empezaron a trabajar en el proyecto en septiembre de 2020 y a ella le dio tiempo de rodar dos películas (El callejón de las almas perdidas y No mires arriba) mientras preparaban TÁR. Todd Field recuerda esa época: “Me llamaba cuando regresaba del rodaje, a pesar de las horas de trabajo que aún le quedaban. Aprendió alemán y a tocar el piano – sí, todas las notas de piano en la película salen de sus manos – y se documentó hasta la saciedad. Es una autodidacta de verdad y consiguió más en esos dos años que la propia Lydia Tár en veinticinco. Apenas durmió durante la producción. Después de un día de rodaje, seguía con las clases de piano. Dedicó su día libre a ensayar en un circuito de carreras la maniobra que debía realizar en Alexanderplatz en una escena con Nina Hoss, evitando a ocho vehículos conducidos por especialistas. Estaba dispuesta a hacer todo lo que se le pidiera. Subió mucho el listón y todos tuvimos que esforzarnos para estar a la altura”.

Lo más importante para Cate Blanchett era descifrar a Lydia Tár, porque “Todd ha creado una criatura única, una mujer enigmática, y eso me planteó un reto para encontrar algo que permitiera al público conectar con lo que vive porque se trata de una mujer que no se conoce realmente. Comprendí enseguida que había muchas capas en el fascinante enigma que representa Lydia Tár”.

La película nos ofrece el retrato de una mujer desmoronándose. “Todd es el colaborador más intrépido y abierto del mundo. Se me ocurría una idea completamente loca, se la explicaba y me mandaba un mensaje a las dos de la mañana diciendo: Creo que sé cómo podría encajar. Es la inventiva personificada. A medida que profundizábamos en los personajes, empezamos a hacernos preguntas. Estas conversaciones me ayudaron a dar forma a Lydia, meterme en su cabeza. Tár es muy crítica consigo misma, e inconscientemente cree que si logra ser perfecta, nadie ni nada podrá hacerle daño. Pero la perfección es inalcanzable en el arte. El arte está lleno de imperfecciones y zonas grises, ahí está el problema”. 

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