La historia de cómo se hizo El Padrino (1972) es casi tan apasionante como la propia película. La serie The Offer nos lo cuenta y pone el foco en los hombres y mujeres (Albert S. Ruddy, Robert Evans, Francis Ford Coppola, Bettye McCartt, Mario Puzo, Marlon Brando) que lucharon contra todas las adversidades posibles (poco presupuesto, amenazas de la Mafia, baile de nombres en el casting) para sacar adelante la que está considerada la mejor película de la historia del cine.
Una lección de cine
A lo largo de los diez episodios asistimos a una verdadera lección de historia del cine, pasan tantas cosas, tantos nombres, tantas anécdotas y datos que conviene no parpadear porque entonces te vas a perder algo importante para entender la convulsa y decisiva época que retrata la serie y que cambió la industria para siempre, empezando por el sistema de distribución de las películas. El planeta de los simios (1968), Rosemary’s Baby (La semilla del diablo) (1968), Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses) (1950), Butch Cassidy and the Sundance Kid (Dos hombres y un destino) (1969), Love Story (1970), Chinatown (1974), The Getaway (La huida) (1972), Save the Tiger (Salvad el tigre) (1973), El Gran Gatsby (1974), MASH (1970), Aeropuerto (1970), Paper Moon (Luna de papel) (1973), Cabaret (1972), The Longest Day (Rompehuesos) (1974), Supermán (1978)…
Todas estas películas y muchas más se citan en The Offer entre negociaciones y la extraña sensación de que hombres como Albert S. Ruddy y Robert Evans y muchos otros que andaban por ahí y que salen en la serie (Peter Bart, Robert Redford, Robert Towne) estaban haciendo historia.
Un héroe llamado Ruddy
Armie Hammer fue la primera elección para interpretar a Albert S. Ruddy, el protagonista de la serie, pero antes de empezar a rodar saltó el escándalo (varias mujeres le acusaron de prácticas sexuales cuando menos reprobables) y fue apartado del proyecto. Su sustituto, Miles Teller atravesaba en ese momento una etapa profesional ascendente, lo contrario a Hammer, gracias a esta serie y a ser elegido para acompañar a Tom Cruise en Top Gun: Maverick (2022). Ruddy, el hombre detrás de El padrino (1972), que se empeñó en sacar adelante esta obra maestra contra viento y marea, empezó en el mundo del espectáculo con la serie Los héroes de Hogan (Hogan’s Heroes), creada por él en 1965. Su protagonista era Bob Crane, cuya trágica historia nos contó Paul Schrader en Auto Focus (Desenfocado) (2002), película protagonizada por Greg Kinnear.
La huida de Ali MacGraw
Somos testigos en la serie de la historia de amor entre Robert Evans (Matthew Goode), el jefe de producción de Paramount, y la actriz Ali MacGraw (Meredith Garretson). El matrimonio se rompió cuando ella aceptó rodar The Getaway (La huida) (1972) y conoció a su compañero de reparto Steve McQueen. La pareja tuvo un hijo, Josh Evans, actor y director que nació en 1971. Josh dirigió a Eduardo Noriega en Che Guevara (2005), película biográfica sobre la vida del revolucionario comunista.
Ha contado el propio Noriega que fue la madre del director, es decir Ali McGraw, la que le descubrió en una revista y le dijo a su hijo: Este es Che Guevara. “Josh Evans no me conocía de nada, ni me había visto en ninguna película, pero su madre, que había visto Abre los ojos, me vio en esa foto”.
El juego de Hollywood…..
La historia de cómo Ali MacGraw acabó en La huida es digna de un culebrón. Un resumen puede ser: Tras el éxito de El padrino y de su secuela, Robert Evans considera que ha llegado la hora de llevar al cine la novela de F. Scott Fitzgerald El gran Gatsby, adaptada antes a la gran pantalla en 1926 con Warner Baxter y en 1949 con Alan Ladd con pobres resultados. Este proyecto era un viejo sueño de su mujer, Ali MacGraw, y el productor le quería regalar el papel de Daisy Buchanan. Evans le encarga el guion a Truman Capote, que está bloqueado, bebe mucho y sale de fiesta todos los días.
El escritor entrega un manuscrito que no vale para nada. Entonces Evans pide ayuda a Coppola, pero el director estaba dolido con el productor “por atribuirse todo el mérito de El Padrino”. Además, Coppola no ve para nada a Ali MacGraw en el papel de Daisy. El que sí se ve como Gatsby es Steve McQueen que, además, tiene sobre la mesa un guion firmado por Walter Hill titulado La huida.
……. que nos lleva a La huida
El director previsto para este último es Peter Bogdanovich, que quiere que a la protagonista la interprete su novia en ese momento, Cybill Shepherd. Pero Bogdanovich lo que de verdad desea es rodar un western escrito por Larry McMurtry pensado para John Wayne, Henry Fonda y James Stewart. Wayne rechaza participar y provoca un efecto dominó que cambiaría la vida de todos los protagonistas de este juego de Hollywood. Fonda y Stewart piensan que si a Wayne no le gusta el guion será por algo y también se largan.
Bogdanovich se queda solo y entonces vuelve a La huida, pero Paramount no quiere a Cybill Shepherd. Ali se cansa de esperar a su Gatsby, un papel que ya han rechazado Jack Nicholson y Warren Beatty, y de pronto se interesa por La huida. Bogdanovich no quiere hacer la película con ella y entra en escena Steve McQueen. Como dice Peter Bart en el apasionante Infamous Players, un libro que muy bien podría servir de complemento a la serie The Offer, “de pronto Steve McQueen sentía un interés apasionado por La huida y yo empezaba a notar que Ali MacGraw sentía un interés apasionado por Steve McQueen”.
El gran Gatsby se terminó haciendo con guion de Coppola y Robert Redford y Mia Farrow de protagonistas. Peter Bart, periodista cinematográfico que trabajó en Paramount fichado por Evans, está interpretado en The Offer por Josh Zuckerman.
Chinatown: una historia que merece ser contada
Para entender mejor lo que pasó con Chinatown (1974), que en la serie solo se apunta con distintos trazos sueltos, recomendamos leer el libro El gran adiós (The Big Goodbye), de Sam Wasson, la fascinante crónica de cómo se hizo la película de Roman Polanski. Wasson también tiene Fifth Avenue, 5 AM (Quinta Avenida, 5:00 AM), sobre el rodaje de Desayuno con diamantes (1961).
Para completar el ciclo, no pueden faltar All About All About Eve, Born to Be Hurt, When Blanche Met Brando y Close-up on Sunset Boulevard, un exhaustivo repaso a los rodajes de, respectivamente, Eva al desnudo (All About Eve) (1950), Imitación a la vida (Imitation of Life) (1959), Un tranvía llamado deseo (A Streetcar Named Desire) (1951) y El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard) (1950) escritos por Sam Staggs.
En las páginas de esos libros también hay una serie que merece ser rodada. Y de las letras a la imagen con la primera temporada de Feud, sobre el rodaje de ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?) (1962) y la película Hitchcock (2012) sobre el rodaje de Psicosis (1960).
Marlon Brando y Frank Sinatra no se podían ni ver
¿Es cierto que Marlon Brando aceptó El padrino solo por cabrear a Frank Sinatra, ya que este estaba furioso por cómo le retrataba la novela de Mario Puzo e intentó impedir que se hiciera la película? Las dos estrellas estaban enfrentadas desde que, según la serie, coincidieron en el musical Ellos y ellas (Guys and Dolls) (1955). Sinatra odiaba a Brando porque le quitó el papel protagonista, mientras que él se tuvo que conformar con uno más secundario, «Quería interpretar a Masterson», le dijo a Newsweek, «Brando no encajaba en ese personaje y él lo sabía”. Las relaciones entre los dos actores fueron tensas durante la producción y años después, Brando dijo de Sinatra: «Es el tipo de hombre que, cuando llegue al cielo, le va a dar una paliza a Dios por haberlo dejado calvo».
Y Frank Sinatra no podía ni ver a Mario Puzo
Mario Puzo (interpretado por Patrick Gallo) ganó el Oscar y pasó de ser un simple escritor lleno de deudas a un guionista estrella. Antes de que se estrenara El padrino ya había sido contratado para escribir Supermán, a la que siguieron Terremoto (1974), Cotton Club (1984), El siciliano (1987) y Cristobal Colón: El descubrimiento (1992). También es cierto el encontronazo que tuvo el autor con Frank Sinatra en un restaurante y que vemos en la serie. “Allí estaba él, un italiano del norte, amenazándome a mí, un italiano del sur, con violencia física. Esto era más o menos equivalente a que Einstein le sacara un cuchillo a Al Capone”.
El austríaco loco de Wall Street
Colin Hanks, hijo de Tom, interpreta a Barry Lapidus, personaje resumen de algunos ejecutivos de Gulf+Western, la compañía del mundo del entretenimiento y medios de comunicación que absorbió Paramount en 1966 y que dirigía con mano dura el imprevisible e irascible Charles Bluhdorn (interpretado por Burn Gorman), también conocido como “El austríaco loco de Wall Street”. En el escalafón, Francis Ford Coppola (Dan Fogler) dirigía El padrino bajo la supervisión de Albert S. Ruddy, el productor y alma del proyecto, que a su vez rendía cuentas a Robert Evans, el jefe de producción de Paramount, que a su vez tenía que aguantar a Lapidus, el hombre fuerte de Bluhdorn en el estudio.
Este último era el que mandaba sobre todos ellos. Bluhdorn fue el que contrató personalmente a Evans para que dirigiera el departamento de producción de Paramount. Peter Bart trabajó con Bluhdorn y le describe como “El presidente demente de bulliciosa conducta y lenguaje soez, un tipo basto, con acento gutural, una energía frenética y el instinto de un auténtico tahúr. Las ideas le brotaban en desorden, sin montaje ni censura: ideas buenas, ideas malas, ideas vulgares. Las cuestiones éticas, o de pura eficacia, no formaban parte de la ecuación. Todo era posible en el universo de Bluhdorn. Le llamaban El Führer”.
El diablo en el juego
Lapidus dice en un momento de la serie que necesitan un taquillazo urgente porque Paramount no puede vivir para siempre del éxito de La semilla del diablo (Rosemary’s Baby) (1968). Efectivamente, la película de Roman Polanski fue todo un fenómeno cinematográfico. Como dice Jason Zinoman “El fichaje de Roman Polanski para Rosemary’s Baby representó el momento en que el terror antiguo pasó el testigo al nuevo”. Paramount invirtió en la película 2,3 millones de dólares y durante los 40 años siguientes recaudó 87.
La noche de los Oscar fue un Cabaret
En el último capítulo vemos cómo el viaje de El padrino termina en la gran noche de los Oscar con los premios a la Mejor película del año, mejor actor (Marlon Brando) y guion adaptado para Francis Ford Coppola y Mario Puzo. Tres premios de 11 nominaciones. Como a lo largo de la gala estaba quedando claro que la noche era de Cabaret porque se estaba llevando un Oscar tras otro derrotando una y otra vez a El padrino, la sorpresa fue mayúscula cuando el gran premio se lo llevó esta última.
Como se ve en el capítulo, incluso el productor Albert S. Ruddy pensó en abandonar el Dorothy Chandler Pavilion minutos antes de que acabase la gala convencido de que el Oscar final era para Cabaret. Joel Grey también estaba convencido de que Al Pacino iba a arrebatarle el Oscar y, como escribe Martin Gottfried en la excelente biografía de Bob Fosse (Alba Editorial): “Coppola había ganado el premio de la asociación de directores de cine y ese premio siempre señalaba el camino hacia el Oscar al mejor director porque la misma gente votaba en ambos premios”.
Cuando se anunció que el ganador era Bob Fosse la sorpresa fue mayúscula. “Me habéis dejado subir aquí porque Coppola todavía no ha llegado”, dijo el director en el escenario. Para conocer mejor a este excelente cineasta, coreógrafo y director teatral, -que en 1973 ganó el Oscar por Cabaret, el Tony por Pippin y el Emmy por Liza with a Z, el único director que ha ganado los tres premios principales de la industria en un solo año- no se pierdan la miniserie Fosse/Verdon (2019), con Sam Rockwell de protagonista.
Luces de candilejas en una noche mágica
El musical de Bob Fosse partía con 10 nominaciones y terminó ganando ocho: actriz (Liza Minnelli), actor de reparto (Joel Grey), director, fotografía, dirección artística, sonido. montaje y banda sonora adaptada. Estaba claro que era su noche, como la de la gran Eileen Heckart, Oscar a la mejor actriz de reparto por Las mariposas son libres, un personaje, el de la madre del protagonista, con el que ya había triunfado en Broadway.
Fue la noche de Luis Buñuel, ausente en la gala, que se llevó el Oscar a Francia con El discreto encanto de la burguesía, el año en que representaba a España como nominada Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán, un clásico que ahora van a recuperar los Javis en un esperado remake dirigido por Fernando González Molina. También de Charles Chaplin, que junto con los fallecidos Raymond Rasch y Larry Russell, ganó el premio a la mejor banda sonora dramática por una película hecha en 1952. Esto ocurrió porque Limelight (Luces de candilejas) nunca se había exhibido en Los Ángeles hasta 1972 y solo entonces pudo ser considerada para el Oscar.
La india Littlefeather revienta la gala
Pero, sobre todo, esa ceremonia celebrada el 27 de marzo de 1973 será recordada como la de Sacheen Littlefeather, la activista indígena que subió a recoger el Oscar de Marlon Brando. El actor no asistió a la gala y en su lugar mandó a esta mujer para rechazar el premio a modo de protesta por «el trato que la industria cinematográfica y la televisión dan a los nativos americanos en sus películas”.
La considerada primera declaración política de los Oscar televisados cabreó a muchos, incluido John Wayne, que estaba detrás del escenario preparado para presentar uno de los premios. Clint Eastwood entregó el Oscar a la mejor película a Albert S. Ruddy. “Quizá no debería entregar este premio en nombre de todos los vaqueros que han muerto a tiros en los westerns de John Ford a lo largo de los años” dijo con ironía. Ruddy subió al escenario entre saltos y al primero que nombró en su discurso de agradecimiento fue a Robert Evans.
Años después, la Academia de Hollywood pidió disculpas a Littlefeather por los abucheos y desprecios que recibió esa noche. En The Offer podemos ver a Littlefeather sentada al lado del productor Albert S. Ruddy y de la eficiente secretaria Bettye McCartt (interpretada por Juno Temple).
El mejor discurso
El mejor momento de los 10 episodios es sin duda ese del primero en que Albert S. Ruddy está en el cine con su novia Françoise Glazer (interpretada por la actriz francesa Nora Arnezeder) viendo El planeta de los simios (1968). Cuando llega la mítica escena final con Charlton Heston frente a la Estatua de la Libertad, Ruddy se queda en shock. Se encienden las luces, el público abandona la sala y ahí sigue sentado el futuro productor, completamente fascinado.
Entonces pronuncia estas palabras: “De eso va todo: de la emoción, del entusiasmo, de la experiencia. Hay 300 personas viéndolo al mismo tiempo, reaccionando en tiempo real, alimentándose los unos a los otros. Esa experiencia no se consigue en la televisión, en tu salón mirando una puta caja. Esto es otra liga. No puede tratarse sólo de dinero. Mi madre no mostraba emoción alguna ante nada, era una mujer dura. Solo en el cine fue la única vez que la vi llorar. Una experiencia así no tiene precio. Es mágica”.
Entra en escena Burt Reynolds, El Rompehuesos
Burt Reynolds aparece en la serie interpretado por Brandon Sklenar. Resulta que después de El padrino, Ruddy quiso sacar adelante un proyecto más personal. Al fin y al cabo, la adaptación al cine de la novela de Mario Puzo era un encargo que le había endosado Robert Evans. Esa película tan especial para él era Rompehuesos (The Longest Yard) (1974), un guion suyo sobre un grupo de presos que forman un equipo de fútbol para competir contra los guardias de la prisión.
El proyecto cayó en manos de Robert Aldrich, el genial director que años después recordaría: “aquella película, la verdad es que la hubiera hecho gratis, afortunadamente los de Paramount nunca lo supieron”. Rompehuesos fue un éxito en la taquilla y la operación de mezclar drama deportivo y film carcelario se saldó con otro triunfo para Ruddy. Por cierto, Brandon Sklenar sale en Romper el círculo (2024), película de cuyo rodaje alguna vez puede que se haga una serie o un telefilm,
