La película soñada

Tuvieron el mundo a sus pies porque llegaron a lo más alto en el cine. Sin embargo, hay sueños que no se cumplen y ellos no tuvieron tanto poder como para sacar adelante esa película soñada, ese proyecto que a lo mejor hubiera cambiado sus carreras.

Stanley Kubrick- Napoleón (tiempo de desarrollo: 1967-1971)

“Tengo la oportunidad de hacer la película que siempre he querido hacer”. Lo dijo Stanley Kubrick a finales de 1967, una vez terminado el rodaje de 2001. Una odisea del espacio (1968), y hablaba de llevar al cine la vida de Napoleón. Ese fue su gran proyecto soñado, que tendría a Jack Nicholson de protagonista.

En 1968 comenzó la preproducción bajo el manto de la MGM y Kubrick reunió una increíble cantidad de documentación. Pero alguien se le adelantó. La película se llamaba Waterloo (1970), era un ambicioso proyecto de Dino de Laurentis y tenía como protagonista a Rod Steiger. En 1971 Kubrick abandonó su sueño de rodar Napoleón y Anthony Burgess, el nuevo guionista contratado, se cansó de esperar y convirtió su guion en una novela que publicó con el título de Napoleon Symphony: A Novel in Four Movements (1974). “Si no podía hacer Napoleón, podía hacer una película de jóvenes que desafiaría a todo el mundo”, dice John Baxter en su biografía del director. Esa película fue La naranja mecánica (1971), basada en una novela de Burgess.

Alfred Hitchcock- No Bail for the Judge (tiempo de desarrollo: 1959-1960)

No era exactamente su proyecto soñado, pero sí uno “que deseaba apasionadamente realizar, pero que se complicó desde el primer momento”, como cuenta Donald Spoto en su biografía de Hitchcock. Y dice más: “todo el mundo relacionado con el proyecto estaba de acuerdo en que iba a ser uno de los grandes films del director”.

No Bail for the Judge estaba basada en una novela de Henry Cecil, que era además juez. La historia se centraba en una abogada cuyo padre, juez del tribunal de Londres, es acusado del asesinato de una prostituta. Para el papel del juez, Hitchcock contrató al actor John Williams, que había interpretado al inspector Hubbard en Crimen perfecto (1954) y a H.H. Hughson en Atrapa a un ladrón (1955).

El juez se despierta una mañana con el cuerpo de una chica a su lado con un cuchillo clavado en la espalda. Como Jane Fonda en A la mañana siguiente (1986) vamos. La hija cree en la inocencia de su padre y se embarca en una investigación por los bajos fondos de Londres, ayudada por un tipo poco recomendable pero que conoce los lugares donde debe preguntar. Este personaje estaba destinado a Laurence Harvey.

¿Y la protagonista femenina? Pues este iba a ser el plato fuerte del proyecto, porque Hitchcock confesó estar dispuesto a “probar con alguna fría morena”. La elegida fue Audrey Hepburn, que leyó el guion y aceptó. Pero entonces todo se complicó. La actriz descubrió horrorizada que el director había incluido una escena donde su personaje es arrastrada por Hyde Park y violada. Esa escena no estaba en la novela y ella nunca iba a rodar algo así, aunque no se lo tuvo que pensar mucho porque se quedó embarazada y rechazó definitivamente el proyecto. Hitchcock se puso furioso porque Hepburn ya había firmado el contrato, y sin ella la película ya no le interesaba. “Me gasté más de 200.000 dólares en No Bail for the Judge y luego decidí no hacerla. Los de Paramount me dijeron: no puedes tirar ese dinero. Y yo les dije: si sigo adelante, vosotros perderéis tres millones de dólares, y con eso se acabaron las preguntas”.

Steve McQueen- Day of the Champion (tiempo de desarrollo: 1965-1966)

The Cruel Sport: Grand Prix 1959-1967, de Robert Daley, está considerado el libro más realista jamás escrito sobre carreras de coches. Así que su adaptación al cine podría significar la película definitiva sobre la Fórmula 1.

Dos estudios se interesaron por sus derechos, Warner y MGM, y los dos, sorprendentemente, los consiguieron, ya que uno negoció con el escritor directamente y el otro con su agente. 

El de MGM cayó en las manos del veterano y con mucho genio John Frankenheimer. El protagonista sería James Garner. La película se tituló Grand Prix y se estrenó en 1966.

El otro proyecto, el de Warner, era una apuesta personal de la gran estrella Steve McQueen, un hombre obsesionado con el motor (como Paul Newman, Tom Cruise y Patrick Dempsey) que desde hace tiempo sabía que esta iba a ser la película de su vida. Al mando, el director y amigo del actor John Sturges, responsable de Los siete magníficos (1960) y La gran evasión (1963), dos de las películas que hicieron de McQueen una estrella.

Así las cosas, las dos películas arrancaron sus respectivos rodajes simultáneamente y ambas en Europa, aprovechando campeonatos reales para filmar carreras y ambiente.

El único problema es que, mientras Grand Prix avanzaba con Garner en el set, la de Sturges avanzaba, pero sin McQueen, porque el actor se encontraba en Taiwán rodando El Yang-Tsé en llamas (The Sand Pebbles) (1966). Como es lógico, Sturges esperó a su estrella mientras rodaba escenas de carreras por toda Europa. Y entonces Jack Warner se empezó a poner nervioso. El maldito Yang-Tsé se alargaba sin freno porque su rodaje, previsto para nueve semanas, terminó durando siete meses. 

McQueen estaba desesperado sin poder salir de Taiwán mientras veía cómo Grand Prix les adelantaba a toda velocidad. “No voy a ser el número dos”, dijo mientras James Garner perdía los nervios en Mónaco (la escena, que se puede ver en el documental Steve McQueen: The Lost Movie, no tiene desperdicio). Estaba claro que la primera de las dos en estrenar ganaba la carrera. Y lo hizo Grand Prix y en ese mismo instante la de McQueen se canceló.

Grand Prix y El Yang-Tsé en llamas se estrenaron la misma semana, la segunda con seis meses de retraso. Fueron rivales en los Oscar y McQueen fue nominado al premio precisamente por la película que le había impedido cumplir su sueño. En 1971 el actor produjo y protagonizó Las 24 horas de Le Mans (1971), dirigida, cómo no, por John Sturges. Pero ya no fue lo mismo.

David Lean- Nostromo (tiempo de desarrollo: 1991)

David Lean se tomaba su tiempo entre película y película, como Stanley Kubrick, como los grandes. Las dos últimas fueron La hija de Ryan (1970) y 14 años después Pasaje a la India (1984). Esta última, una obra maestra absoluta, recibió 11 nominaciones al Oscar y, sin que nadie fuera consciente en ese momento, cerró la carrera de uno de los más grandes cineastas de la historia del cine. Aunque estuvo a punto de hacer una más: la adaptación al cine de la novela de Joseph Conrad Nostromo, ambientada en una república ficticia de Sudamérica a finales del siglo XIX y principios del XX, con sus intrigas, corrupciones varias y guerras.

La historia de por qué no se hizo Nostromo da para una película en sí misma (hay un excelente documental de 2017 titulado Nostromo: El sueño imposible de David Lean, dirigido por Pedro González Bermúdez).

El proyecto lo iba a producir Steven Spielberg, bajo el manto de Warner y con el actor francés de origen griego Georges Corraface de protagonista. Lo más doloroso del documental de González Bermúdez es ver a este último ya metido casi en el rodaje, a punto de tocar la gloria (la misma que tocaron Omar Sharif y Peter O’Toole cuando fueron seleccionado por Lean para Lawrence de Arabia), a un segundo de convertirse en estrella mundial, ensayando semanas antes de arrancar la filmación. Y es que ya estaban los decorados y los escenarios (localizados en España), el resto del casting, con nombres como Dennis Quaid, Christopher Lambert, Isabella Rossellini, Paul Scofield y los fichajes estrella de Marlon Brando y Peter O’Toole, y un David Lean en plena forma para ponerse a los mandos. El director tenía 83 años y alguien debió de pensar que a esa edad nadie está en condiciones para afrontar un rodaje con tantas localizaciones y tantos frentes, así que Nostromo fue cancelada.

Peter Bogdanovich- Streets of Laredo (tiempo de desarrollo: 1972)

Peter Bogdanovich, recién salido del éxito de La última película(The Last Picture Show) (1971), puede hacer lo que quiera en el cine… en teoría. Así que sueña con juntar a John Wayne, Henry Fonda y James Stewart (además de Ben Johnson, Cloris Leachman, Cybill Shepherd y Ellen Burstyn) en un western titulado Streets of Laredo. Un ambicioso proyecto con tres figuras míticas del género. Fonda aceptó enseguida encantado con el guion, Stewart puso pegas y Wayne directamente rechazó la oferta porque su amigo John Ford le recomendó que no aceptase. 


James Stewart se negó a hacer la película sin Wayne y el proyecto entró en punto muerto. Tiempo después, Larry McMurtry, el guionista y más adelante autor del libro en que se basó La fuerza del cariño (Terms of Endearment) (1983) y del guión de Brokeback Mountain(2005) según el relato corto de Annie Proulx, decidió convertir ese western crepuscular en una novela que ganó el Premio Pulitzer titulada Lonesome Dove, adaptada en 1990 a la televisión como serie con Tommy Lee Jones (en el papel pensado para Stewart), Robert Duvall (en el de Wayne) y Robert Urich (en el de Fonda).

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