Hay una escena en Boston Strangler (2023) que avanza lo que podía haber sido esta película basada en hechos reales y al final no es. La periodista Loretta McLaughlin (Keira Knightley) sigue la pista del asesino en serie y en sus investigaciones visita la casa de Daniel Marsh (Ryan Winkles), personaje ficticio que está basado en varios hombres que fueron sospechosos reales de haber sido el estrangulador de Boston. Ese momento recuerda a esa inquietante y terrorífica en su sencillez escena de Zodiac (2007) en la que Robert Graysmith (Jake Gyllenhaal) visita la casa del proyeccionista Bob Vaughn (Charles Fleischer) y juntos bajan al sótano.
Pero Boston Strangler no es Zodiac, entre otras cosas porque Matt Ruskin no es David Fincher.
Sobre la identidad del estrangulador de Boston se ha escrito mucho y se ha discutido mucho. El culpable oficial es Albert DeSalvo, acusado de asesinar a 13 mujeres en el área de Boston entre 1962 y 1964. La película de Ruskin se centra en las dos periodistas que intentaron investigar el caso en contra de la machista opinión de la época, y de los directivos del periódico donde trabajaban, el Boston Record American, que las preferían cubriendo noticias intranscendentes sobre aparatos de cocina. Loretta y Jean Cole (Carrie Coon) llegaron muy lejos con el caso, cubrieron de manera brillante las diferentes etapas y sacaron sus propias conclusiones. La polémica estaba servida como lo sigue estando ahora: ¿fue Albert DeSalvo el verdadero estrangulador? ¿Actuó solo?
En otra escena, vemos cómo el detective Conley (Alessandro Nivola) ha dejado la policía y ahora es asesor de una película de 1968. Esta es El estrangulador de Boston, obra maestra de Richard Fleischer y una de las mejores obras cinematográficas que se han hecho nunca sobre asesinos en serie reales (a la altura de Zodiac), aunque su problema es que se rodó demasiado pronto, sólo un par de años después de que DeSalvo fuera atrapado. Henry Fonda interpreta a John Bottomly, el tenaz profesor de derecho e investigador especial a quien se encarga el caso. En la película de ahora este personaje, aquí muy secundario, lo encarna Steve Routman.
Con el tiempo, muchos estudiosos han cuestionado la teoría de un solo estrangulador. Ruskin, nativo de Boston, creció, como todo el mundo allí, escuchando historias para no dormir sobre el asesino o asesinos. «Pero realmente no sabía nada sobre el caso, así que empecé a leer todo lo que pude y me encontré con todos estos laberintos y recovecos que no se trataron en la película de Tony Curtis (en el papel de De Salvo, en una de las mejores interpretaciones de su carrera) de 1968”.
El director no encontró el enfoque ideal para adentrarse en la historia hasta que vio en la televisión una entrevista con la periodista Loretta McLaughlin. «Descubrí que ella fue una de las primeras reporteras en revelar la historia y que en realidad fue a ella a la que se le ocurrió el apodo de Estrangulador de Boston».
Boston Strangler (2023) se puede ver en Disney +
