León de Oro en el Festival de Venecia para Kim Novak

Una de las pocas estrellas del Hollywood clásico que siguen vivas. Kim Novak, recibirá el León de Oro honorífico en el próximo Festival de Venecia (del 27 de agosto al 6 de septiembre).

Un mito de 92 años

Kim Novak es un mito del cine y a sus 92 años (nació el 13 de febrero de 1933 en Chicago) todo un símbolo del glamour que dominó el cine de Hollywood de las décadas de 1950 y 1960. Ahora, la buena noticia es que recibirá un merecido León de Oro en el Festival de Venecia.

Ella fue una de las últimas grandes estrellas. Llegó para sustituir a Rita Hayworth como reina y diosa de Columbia Pictures (actual Sony Pictures) y como relevo rubia platino (aunque era morena natural) de Marilyn Monroe. Pero Novak era “independiente e inconformista”, como la define Alberto Barbera, director del Festival de Venecia. “El León de Oro a la trayectoria pretende celebrar a una estrella libre, un rebelde en el corazón del sistema, que iluminó los sueños de los cinéfilos antes de retirarse a un rancho en Oregón para dedicarse a la pintura y los caballos”.

Un documental de Alexandre O. Philippe

Además, el certamen proyectará un documental sobre la actriz dirigido por el especialista Alexandre O. Philippe, responsable de la estupenda 78/52: La escena que cambió el cine (78/52) (2017), un análisis centrado en Psicosis (1960) y en la escena de la ducha. Además de Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist (2019), sobre la taquillera película de 1973, y Chain Reactions (2024), sobre el impacto que provocó y sigue provocando el clásico de terror La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre) (1974).

Yo tenía una granja

Kim Novak se retiró del cine con 57 años para vivir en su granja rodeada de animales con su segundo marido, el veterinario Robert Malloy. La decisión la tomó tras rodar Liebestraum (Pasiones prohibidas) (1991), escrita y dirigida por Mike Figgis. La actriz se arrepintió de hacerla y decidió dejar el cine para siempre.

Kim Novak: un mito en 12 películas

La casa número 322 (Pushover) (1954)

Primera película de Kim Novak y en un papel protagonista. Excelente cine negro dirigido por Richard Quine con una actriz de veintiún años que venía de aparecer sin acreditar en dos películas de RKO: The French Line (1953) y Son of Sinbad (1955).

Quine siempre estuvo enamorado de Kim Novak y rodó con ella cuatro películas. La primera, esta maravilla sobre un agente de policía (Fred MacMurray) enredado en un peligroso juego con la novia de un atracador de bancos. Quine, fascinado con su descubrimiento, dijo de ella que “poseía la proverbial cualidad de la dama en el salón y la prostituta en la cama”. Estuvieron a punto de casarse, pero al final ella se comprometió con el actor Richard Johnson y él con Fran Jeffries, la mujer que canta Meglio Stasera en La pantera rosa (1963), dirigida por el alumno aventajado de Quine, Blake Edwards. En 1989, deprimido y enfermo, Quine se pegó un tiro.

El Hombre del Brazo de Oro (The Man with the Golden Arm) (1955)

Fran Sinatra dijo que su Oscar como actor de reparto por De aquí a la eternidad (1953) y el rodaje de esta película fueron los dos momentos culminantes de su carrera en el cine. También hablaba de este descarnado retrato de un hombre adicto a las drogas como «un hito en la industria cinematográfica». Nunca antes se había mostrado en el cine el tema con tanta crudeza y para prepararse para su papel Frank Sinatra pasó un tiempo en clínicas de rehabilitación. Otto Preminger pagó a Columbia Pictures 100.000 dólares para que le prestara a Kim Novak y la actriz salió encantada de la experiencia. En una entrevista posterior dijo que Preminger estuvo bastante amable con ella, cuando lo normal es que se comportase como un tirano con todos los actores.

Picnic (1955)

El mito Novak se sustenta sobre todo en esta película y en Vértigo (1958). Picnic, basada en una obra de teatro de William Inge, es todo un clásico con escenas inolvidables como la del seductor baile entre la actriz y William Holden. Cuenta la leyenda que él estaba tan nervioso por tener que bailar que rodó la secuencia de «Moonglow» borracho. La actriz aparece con el pelo teñido de castaño rojizo.

Jeanne Eagles (1957)

La historia real de la malograda actriz Jeanne Eagles (1890-1929) fue tan “irreal” en pantalla que la familia demandó a Columbia. Nada tenía que ver Kim Novak con Jeanne, sobre todo físicamente. No fue una buena elección de casting. Nada que ver con lo que hizo muchos años después Jessica Lange en Frances (1982), este sí un excelente biopic sobre una estrella de Hollywood y su descenso a los infiernos.

Pal Joey (1957)

Hollywood organizó el relevo utilizando esta película basada en un famoso musical de Broadway. La reina de Columbia Rita Hayworth le pasaba la corona a su sustituta en el trono. En medio, Frank Sinatra, encantado entre las dos estrellas «en un sándwich en el que no me importa estar atrapado». La verdadera crueldad estaba en que Rita Hayworth interpretaba a una mujer mayor y rica que tiene a Frank Sinatra como juguete sexual cuando en la vida real, ella tenía poco más de 40, tres menos que él. Fuera de los focos, el escándalo estaba en Kim Novak, viviendo un romance “prohibido” con Sammy Davis Jr.

El presidente de Columbia, el temible Harry Cohn, amenazó a Davis para que abandonara a su estrella. Colman Domingo acaba de rodar una película sobre este escándalo que sacudió Hollywood, con Sydney Sweeney en el papel de Novak y David Jonsson como Sammy Davis Jr.

Vértigo (1958)

En muchas encuestas entre críticos de cine sale elegida como la mejor película de la historia del cine. Es sabido que Hitchcock quería a Vera Miles para el doble personaje de la mujer que obsesiona a James Stewart, pero la actriz se quedó embarazada y renunció a la película. El director se puso furioso y terminó contratando a Novak, con la que no se entendió en absoluto. Hitchcock estaba profundamente resentido por haber perdido a Vera Miles y eso no ayudó en su relación con la sustituta.

En Las damas de Hitchcock, Donald Spoto cuenta que Novak llegó al rodaje con todo tipo de ideas sobre su vestuario en la película, actitud que al director no le gustó nada. Las ideas claras sobre los trajes y zapatos que debía lucir las tenía él no ella. “La mayoría de los intérpretes son como niños estúpidos. Piensen en Kim Novak. En la Segunda parte de Vértigo, cuando va de morena, parece menos Kim Novak, logré incluso que actuara; pero la única razón por la que la contraté fue porque Vera Miles se quedó embarazada”. La última palabra la tuvo Vera Miles: “Hitchcock tuvo la película que quería y yo tuve a mi hijo”.

Me enamoré de una bruja (Bell, Book and Candle) (1958)

Segunda película de Quine y Novak y una verdadera obra maestra de la comedia. Basada en una obra teatral de John Van Druten (autor de Cabaret), Novak interpreta a Gillian Holroyd, la “bruja” de la que se enamora su vecino, el personaje de James Stewart. Nunca ha estado tan guapa la actriz, con el cabello “rubio lavanda” y con o sin el gato Pyewacket. Kim Novak declaró en una entrevista que James Stewart fue su compañero favorito y que disfrutó mucho trabajando con él. Jack Lemmon interpreta al hermano de Novak, pero pese a los tres excepcionales protagonistas, falta muy poco para que Hermione Gingold y Elsa Lanchester se queden con la función.

Un extraño en mi vida (Strangers When We Meet) (1960)

Una obra maestra del melodrama, con Kim Novak y Kirk Douglas llevando a sus respectivos hijos al colegio y entre viaje y viaje enamorándose. Con dirección de Quine y guion de Evan Hunter (más conocido como Ed McBain). Un retrato demoledor de la cara oscura de esa clase media que se instaló en las zonas residenciales en la década de 1950 y una de las mejores películas de todos los tiempos según la lista de TSPDT.

La misteriosa dama de negro (The Notorious Landlady) (1962)

Última película de Quine y Novak, basada en un relato corto de Margery Sharp (la autora de los cuentos sobre los ratones rescatadores). Una comedia de intriga con una misteriosa Kim Novak atrapada en una tétrica casa. La actriz interpreta a la casera Mrs. Carlyle, en Londres, calle 33 Gray Square. Jack Lemmon es un diplomático de la embajada Estados Unidos que busca apartamento.

La casa de Gray Square es extraña, en una de las habitaciones hay una puerta cerrada (como en una comedia de Miguel Mihura) dicen que la dueña asesinó a su marido y colecciona venenos (como una novela de Agatha Christie) y hay un par de vecinas, la anciana Mrs. Dunhill (Estelle Winwood) y Mrs. Agatha Brown (Philippa Bevans) que han visto a través de la ventana más de la cuenta (como en una película de Alfred Hitchcock).

Mrs. Carlyle es aficionada a las novelas de misterio y crímenes y guarda una pistola en la mesilla de noche. El fin de fiesta, con la genial Estelle Winwood en una silla de ruedas desbocada es un delicioso homenaje al Slapstick.

Bésame, tonto (Kiss Me, Stupid) (1964)

Una de las comedias menores de Billy Wilder. Un fracaso crítico y comercial que sufrió los ataques de la Iglesia, sobre todo por el escote de Kim Novak y algunas escenas consideradas “desagradables”. El director le confesó a Cameron Crowe en el excelente Conversaciones con Billy Wilder (Alianza Editorial) que fue un placer trabajar con la actriz pero que nunca le gustó mucho esa película.

La leyenda de Lylah Clare (The Legend of Lylah Clare) (1968)

Robert Aldrich anunció el rodaje de esta película con Jeanne Moreau de protagonista. Pero esta feroz mirada a la industria del cine se quedó sin la actriz francesa y en su lugar entró Novak. Los entendidos dicen que es peor que El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard) (1950), Cautivos del mal (The Bad and the Beautiful) (1952) y Dos semanas en otra ciudad (Two Weeks in Another Town) (1962) y que está a la altura de las excesivas y desmadradas Los insaciables (The Carpetbaggers) (1964), The Oscar (1966) o Babylon (2022). Lo cierto es que es una película maltratada, maldita y fascinante.

Cine dentro de cine donde Kim Novak interpreta a una desconocida actriz poseída por el espíritu de la diva fallecida cuya vida va a interpretar en una película. Aldrich reconoció años después que La leyenda de Lylah Clare contenía unos cuantos errores y que “el otro día, mientras hablábamos de esto, estuve a punto de echarle el muerto a Kim Novak, pero me di cuenta de que sería realmente injusto si lo hiciera”. La película fue un fracaso de crítica y público.

El Espejo roto (The Mirror Crack’d) (1980)

La tercera película de la serie de Brabourne-Goodwin adaptando a Agatha Christie tras Asesinato en el Orient Express (1974) y Muerte en el Nilo (1978). Una de las pocas tramas ideadas por la escritora que estaba basada en un hecho real. En este caso, en un suceso terrible que le ocurrió a la actriz Gene Tierney en 1943. La historia nos lleva a la mansión de Gossington Hall en St. Mary Mead, donde se ha instalado un equipo de Hollywood para rodar una película sobre María Reina de Escocia.

Miss Marple (Angela Lansbury) anda por ahí pero el verdadero espectáculo es ver cómo cuatro mitos del cine, Elizabeth Taylor, Kim Novak, Rock Hudson y Tony Curtis, se despellejan vivos. “Levanta la barbilla, que no se te note la papada”, le dice Novak a Taylor. Geraldine Chaplin mira a las dos protagonistas y suspira: “sólo se besarían para contagiarse una pulmonía”. Taylor piensa que Curtis, como el productor de la película, es “un sapo baboso” y que Novak es una “asquerosa rubia oxigenada”. Esta última no se calla y llama a Taylor “vaca gorda” y del trabajo de Rock Hudson, en el papel del director de la película, asegura que “me trago una lata de Kodak y vomito una película mejor”.

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