La historia de La sociedad de la nieve ya se contó en ¡Viven! (1993), una buena película a reivindicar

Frank Marshall (1946), es socio de Steven Spielberg en Amblin Productions y productor o productor ejecutivo de seis películas nominadas al Oscar (En busca del arca perdida (1981), El color púrpura (1985), El sexto sentido (1999), Seabiscuit (2003), El curioso caso de Benjamin Button (2008) y War Horse (2011). Además de director de las muy entretenidas y simpáticas Aracnofobia (1990) y Congo (1995), dirigió en 1993 ¡Viven! (Alive).

Ahora, J.A. Bayona nos vuelve a contar la misma historia real en La sociedad de la nieve (2023). La del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que se estrelló el viernes 13 de octubre de 1972 en el corazón de los Andes. 

Lo más curioso es que Bayona y Marshall se conocen y, en uno de sus encuentros, hablaron del tema. Como el cineasta español lleva con este proyecto en la cabeza unos diez años, cuando estaba en Hollywood preparando Jurassic World: El reino caído (2018), coincidió varias veces con Frank Marshall, que era uno de los productores de la película. Ahí Bayona le comentó al americano su idea de rodar alguna vez la historia que él ya había llevado al cine.

En ¡Viven!, que es excelente, aunque sea una versión muy Hollywood del suceso, uno de los supervivientes, Nando Parrado (el personaje de Ethan Hawke), fue asesor técnico de la película.

Parrado (Montevideo, 1949) aprobó el guion de John Patrick Shanley, prestigioso dramaturgo que había ganado el Oscar por Hechizo de Luna (Moonstruck) (1987). Lo cierto es que un tratamiento de esta historia, basada en la novela Alive: The Story of the Andes Survivors, del escritor británico Piers Paul Read, llevaba dando vueltas en Hollywood desde 1981 (el libro se publicó en 1974). Nadie se comprometía con un proyecto que ya de por sí arrastraba dos lastres: por un lado, cómo tratar el tema del canibalismo, y por el otro, que la primera adaptación al cine de la historia, la mexicana Supervivientes de los Andes (1976), de René Cardona, era tan mala y chapucera que a muchos se les quitaron las ganas de volver a ella.

La primera versión cinematográfica

Marshall rodó su película en la estación de esquí de Panorama en las Montañas Rocosas canadienses y para trasladar a los 150 miembros del reparto y del equipo se necesitaban hasta cinco helicópteros. Bayona ha rodado su versión en Sierra Nevada (Andalucía), Montevideo (Uruguay) y en distintas localizaciones de los Andes (tanto en Chile como en Argentina) incluyendo El Valle de las Lágrimas, localización real donde sucedió la historia.

El español ha contado con un reparto de actores desconocidos, a ser posible de las nacionalidades de los verdaderos protagonistas de la historia. Lo contrario a Marshall, que buscó actores norteamericanos. Por ejemplo, cuenta que un jovencísimo Brad Pitt, que venía de Thelma y Louise (1991) y El río de la vida (1992), se presentó a las pruebas para el papel de Roberto Canessa, pero el personaje terminó en manos de Josh Hamilton.

¡Viven! se puede ver en Movistar +

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