La comedia de Netflix que merece la pena reivindicar 

El inglés Richard Todd (1919-2009) fue el candidato preferido de Ian Fleming para ser James Bond en Dr. No (1962), aunque rechazó la oferta por conflictos con otros trabajos, recibió una nominación al Oscar en 1950 por interpretar a un antipático y obstinado soldado escocés herido en 1945 en Birmania en Alma en tinieblas (The Hasty Heart), protagonizó a las órdenes de Alfred Hitchcock, y junto a Marlene Dietrich, Pánico en la escena (Stage Fright) (1950), fue El Favorito de la Reina (The Virgin Queen) (1955) para Isabel I (Bette Davis) y es el protagonista de Don’t Bother to Knock (Entre sin llamar) (1961), también conocida como Why Bother to Knock!, una comedia de enredo donde interpreta a un Don Juan que viaja por Europa seduciendo a toda mujer que se le pone por delante y por detrás.

Dirigida por el también inglés Cyril Frankel (1921-2017), la película está basada en una novela del escritor escocés Clifford Hanley y comienza en Edimburgo, donde vive el protagonista, para a continuación llevarnos a un viaje por Europa que incluye paradas en Munich, Venecia y España, entre otras. Y no podemos pasar por alto que en la adaptación al cine estuvo involucrado Frederic Raphael (1931), el genial guionista de Dos en la carretera (Two for the Road) (1967) y Eyes Wide Shut (1999). Su trabajo en esta última le dio para escribir un delicioso libro titulado Aquí Kubrick, donde narra su experiencia trabajando al lado del genio.

El origen es la novela de Hanley, pero muy bien podría ser uno de esos vodeviles ingleses o franceses que tantas satisfacciones han dado en los escenarios. Son las obras de autores como Serge Veber (La doncella es peligrosa), John Chapman y Ray Cooney (Sé infiel y no mires con quién), William Douglas-Home (Pato a la naranja) o Marc Camoletti (Boeing-Boeing). De todas, esta última es la que más se parece a Entre sin llamar. Llevada al cine en 1965 con Tony Curtis y Jerry Lewis, Boeing-Boeing ha triunfado en los escenarios de todo el mundo, un público entregado con las desventuras de un corresponsal destinado en París que liga con tres azafatas con las que se cita en su apartamento según sus horarios de vuelo. Mark Rylance y Frances de la Tour (la sirvienta típica en este tipo de comedias, un personaje que en el cine interpretó la gran Thelma Ritter) representaron Boeing-Boeing en el West End de Londres con enorme éxito.

En Entre sin llamar también tenemos al típico playboy que liga hasta con su sombra. Es el dueño de una agencia de viajes, tiene una novia, un apartamento y una confidente (la maravillosa Judith Anderson) que le regala un juego de copias de las llaves de su casa para que no las vuelva a perder. Pero rompe con su prometida, se larga de vacaciones por Europa y va regalando llaves a todas sus conquistas. Cuando vuelve a Edimburgo está claro lo que va a ocurrir: todas las chicas que ha conocido deciden a la vez visitar a su adorable seductor.

La trama es un vodevil de manual, con la alemana Elke Sommer (1940), la francesa Nicole Maurey (1926-2016) y la británica June Thorburn (1931-1967) como compañeras de reparto de Todd y con Judith Anderson revoloteando por ahí como una ricachona ociosa intentando arreglar todo el lío. Alguien apunta que Casanova al lado de este tipo se queda corto, hay una escena en un tablao flamenco donde ni siquiera la dama protagonista de ese momento, la dueña del local, es española (la interpreta con un acento imposible la brasileña Madalena Nicol, que hizo mucha televisión pero solo esta película) y Nicole Maurey está resplandeciente.

Nota: Dos de los protagonistas de esta película vivieron tragedias en sus vidas. Richard Todd se casó en dos ocasiones, tuvo dos hijos en cada matrimonio y dos de ellos se suicidaron. En 1997, Seamus Palethorpe-Todd, de su segunda mujer, se pegó un tiro en la cabeza. El 21 de septiembre de 2005, el hijo mayor de Todd de su primer matrimonio, Peter, se suicidó con una escopeta.

June Thorburn, que interpreta a Stella, la prometida del protagonista, era sobre todo actriz de televisión y murió en un accidente de avión en un viaje de España a Londres en el vuelo 062 de Iberia Airlines. Estaba embarazada de 5 meses.

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