En Emergencia (City on Fire) (1979), una película de catástrofes que sigue la moda de la época, el recordado Leslie Nielsen (1926-2010) interpreta a un alcalde que aspira a ser gobernador y cuyo mayor logro es haber permitido que se construya una refinería de productos químicos en el centro de la ciudad. Un año después, el actor estrenaría Airplane! (Aterriza como puedas) (1980) y luego llegarían The Naked Gun (Agárralo como puedas) (1988) y secuelas. Con todo, la película más divertida de su filmografía es esta City on Fire (Emergencia), y eso que trata sobre personas que se queman vivas mientras una ciudad se derrumba bajo las llamas. Los mejores diálogos los tiene él, como cuando dice: “es el riesgo de la política, ayer eras un héroe y hoy un idiota por las mismas razones”. Que su personaje es idiota se ve enseguida, pero las razones de por qué lo es son muy distintas según en qué momento de la película estemos. Lo que está claro es que cada escena en la que interviene nos está preparando para la saga “como puedas”.
La película empieza con un primer plano de Henry Fonda (1905-1982) en su papel de jefe de bomberos. El legendario astro ya había salido en The Swarm (El enjambre) (1978) y luego haría Meteor (Meteoro) (1979). Estaba al final de su carrera y, como muchos compañeros, el cine de catástrofes se había convertido en su refugio y en un salario seguro. También andan por ahí Shelley Winters (1920-2006) y Ava Gardner (1922-1990), la primera como la enfermera jefe del nuevo hospital y la segunda como una presentadora estrella de la televisión, un cruce entre Nina Romina, el personaje de Rene Russo en Nightcrawler (2014, y Diana Christensen, el de Faye Dunaway en Network (1976). Winters estaba ligada al cine de catástrofes desde su nominación al Oscar por The Poseidon Adventure (La aventura del Poseidón) (1972). Supongo que a esta grandísima actriz no le gustaría que dijésemos que también salía en Tentacoli (Tentáculos) (1977), la del pulpo que se come a los bañistas, pero así fue.
Ava Gardner, por su parte, había sufrido un devastador Earthquake (Terremoto) (1974) y se había subido al tren de The Cassandra Crossing (El Puente de Casandra) (1976). Como dice Charles Higham en el libro Sisters: The Story of Olivia De Haviland and Joan Fontaine, “Olivia no puso ninguna pega a que la zambulleran en el agua en Airport 77 (Aeropuerto 77) como habían hecho antes con Shelley Winters en The Poseidon Adventure (La aventura del Poseidón) y Ava Gardner en Earthquake (Terremoto)”.
En City on Fire (Emergencia), Winters y Gardner aparecen nuevamente pasadas por agua. En una de las escenas más divertidas de la película, el alcalde William Dudley, es decir, el bueno de Nielsen, le atiza un maguerazo a la enfermera Harper que la deja tiritando. En otro momento realmente surrealista, el malvado Jimbo (James Franciscus) mete sin contemplaciones a la irritante diva de la televisión Maggie Grayson (Ava) bajo la ducha. Resulta que Maggie tiene que salir en antena para contar lo que está ocurriendo en la ciudad. Es un momento importante, porque las hienas como ella y Jimbo huelen sangre de audiencia elevada en ese directo, pero la tipa se ha bebido una botella de Beefeater y está como una cuba. Jimbo la llama “Lucrecia Borgia” y exclama furioso: “la ciudad entera en llamas y esta imbécil aprovecha para emborracharse”. La ducha es el remedio y uno se pregunta por qué Ava Gardner dijo sí a esta película y unos años atrás no a La Pantera Rosa (1963). Se entiende que en la excelente biografía de la estrella escrita por Lee Server nadie se acuerde de estas emergencias.
Leslie Nielsen con la manguera empapando a los pobres enfermos que están siendo desalojados del hospital está tronchante, y es un momento de lo más dramático, pero nada como esos dos reporteros que graban desde una azotea el incendio y uno de ellos exclama: “No me gusta nada, Sam”. Y Sam contesta muy serio: “Hemos estado en sitios peores”. Ahí es cuando uno se pregunta dónde diablos han estado antes que sean peores que ese momento con toda una ciudad en llamas y un hospital a punto de explotar.
City on Fire (Emergencia) podría haber sido la película de catástrofes definitiva, al fin y al cabo, en The Towering Inferno (El coloso en llamas) (1974) sólo ardía un edificio. Aquí, el jefe de bomberos se enfrenta a 187 incendios simultáneos. Ni Backdraft (Llamaradas) (1991) llegó tan lejos y eso que hay una escena muy similar en ambas películas. Resulta que unos niños han quedado para fumar en una cabaña colgada de un árbol. Uno de ellos tira el pitillo y provoca un incendio que llega hasta la casa donde está su hermana pequeña. Los bomberos entran para salvar a la cría, la sacan inconsciente y ahí es donde uno se acuerda de la reivindicable película de Ron Howard. El hermano se acerca lleno de remordimientos y exclama sollozando: “no te mueras, dejaré de fumar, te lo prometo”. Unos minutos antes, Jimbo nos comunica que también él ha dejado de fumar, lo que nos prepara para lo peor, aunque el mensaje está claro: “Fumar perjudica seriamente la salud”. La mala noticia es que Jimbo vuelve al vicio hacia la mitad de la película, cuando las llamas y Maggie ya están descontroladas.
Henry Fonda y Ava Gardner nunca coincidieron en una pantalla. En esta tampoco. Maggie y el jefe Risley no se cruzan. A lo más que llegan es a una conexión a tres entre ella, él y el alcalde. Es un directo decisivo, pero una pena que sea a larga distancia. Por lo menos Fonda cierra la película con la frase: “un solo hombre puede destruir una ciudad”. Efectivamente, y un solo hombre puede destruir una película. Se llama Alvin Rakoff, aunque pensándolo bien, echarle el muerto sólo a él como director de este desastre sería injusto. Tampoco nos sirve fijarnos en el productor canadiense Claude Héroux porque ese mismo año se asoció con David Cronenberg y juntos hicieron tres películas (Cromosoma 3, Scanners y Videodrome). Seguro que Leslie Nielsen se reiría si decimos que lo mejor que podemos hacer es cargarle todo el desastre al alcalde Dudley.