María Estévez (Cannes)
Durante el Festival de Cannes la alfombra roja se contagia del glamour de Hollywood en las proyecciones que se realizan en el Palais des Festivals, concretamente en el Grand Théâtre Lumière.
Por ejemplo, en esta última edición, cuando Wes Anderson llegó al sur de Francia, él y sus actores decidieron no quedarse en uno de los hoteles de lujo de la Croisette, sino en uno más tranquilo a una hora por la costa, lejos del frenesí del Festival. “Cuando llegamos aquí ayer, lo hicimos a un hotel tranquilo y pacífico”, dijo Anderson en la rueda de prensa. “Estamos a una hora de distancia, donde podemos hacer una vida completamente normal”.
El ejercicio de vestirse y andar por la alfombra roja se ha convertido en símbolo icónico del certamen francés. Una alfombra con su propia historia secreta. Aunque es parte de lo que hace que Cannes sea Cannes, no fue hasta 1984 cuando la alfombra se convirtió en un elemento oficial. Fue el periodista Yves Mourousi quien rediseñó las escaleras de la entrada inspirándose en los Oscar y su alfombra roja ceremonial, una característica que se ha utilizado para dar la bienvenida a invitados importantes desde la antigüedad.
La decisión fue un acierto: ahora, casi cuarenta años después, la subida de las escaleras a lo largo de la alfombra roja se considera uno de los eventos más destacados de Cannes. El llamativo espectáculo de subir las escaleras debe gran parte de su impacto al particular tono del rojo utilizado. Los colores exclusivos se han desarrollado especialmente para el Festival de Cannes: rojo ROSSO en la sección central y rojo TEATRO para los lados.
Pero la alfombra del festival no siempre fue roja. Desde la primera edición en 1946 y hasta 1949, fue azul. El Grand Theatre Lumiere consta de 2.309 asientos. Cada estreno tiene un espacio asignado para los asistentes acreditados a través de entradas liberadas en un sistema de votación, incluida la prensa, pero, como era de esperar, son extremadamente difíciles de conseguir; después de todo, estas son las entradas más populares de la ciudad. Siempre se puede hacer cola para probar suerte y acceder en el último minuto a estas proyecciones especiales de estreno con el elenco si es un asistente acreditado, pero tendrás que cumplir con el código de vestimenta de etiqueta, por algo es uno de los eventos donde la gente se presenta como la mejor vestida del mundo.
También es común ver a invitados esperanzados vestidos de punta en blanco, y con carteles de las películas de las que quieren conseguir entradas para el estreno (puedes transferirlas, pero nunca venderlas), merodeando por las afueras del Palais.
La vida normal de Anderson a las afueras de Cannes se transforma para todo el equipo nada más bajarse de la limusina ante el estreno de Asteroid City. La música a todo trapo del DJ contratado provoca que los invitados bailen en sus vestidos de gala. El filme está repleto de estrellas y ninguna de ellas quiso perderse su paseo por la alfombra roja para el estreno de una de las creaciones más encantadoras de Anderson, una fusión de ciencia ficción, teatro de mediados de siglo y alrededor de cien otras temáticas que le han inspirado, que van desde los Looney Tunes hasta la película Conspiración de silencio (Bad Day at Black Rock) (1955).
Asteroid City, que Focus Features estrenará el 16 de junio en España, llegó a Cannes en honor de multitudes. Anderson y su elenco estelar, incluidos Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, Steve Carell, Maya Hawke, Bryan Cranston, Jeffrey Wright, Matt Dillon, Rupert Friend y Adrien Brody, llegaron juntos en un autobús. La película, que Anderson escribió con Roman Coppola y se rodó en Chinchón, tiene lugar en una ciudad del desierto del suroeste donde un grupo de personajes, algunos de ellos con un dolor tácito, se reúnen por diversas razones, ya sea una convención de observación de estrellas o un automóvil averiado.
Pero incluso esa historia es parte de una ficción de Muñecas Rusas. Es una obra de teatro que, a su vez, está siendo filmada para una transmisión de televisión. Asteroid City les dará a todos esos videos de Tik Tok, hechos en el distintivo estilo de diorama de Anderson, frescura para nuevas réplicas en redes sociales, tanto hechas por humanos como por IA.
Anderson habló sobre esos Tik Toks. “Siento que esta puede ser una película que se beneficia de ser vista dos veces. A Brian De Palma le gustó la primera vez y tuvo una reacción mucho mayor la segunda».
La noche cae en Cannes sobre los fotógrafos que se marchan bajo la lluvia ligera, queda la sombra de las estrellas en los rincones de las famosas escaleras. Los funcionarios de seguridad observan como halcones que nadie se haga selfies ni holgazaneen sobre aquel emblema de poder. Sin vacilación, y a empujones, entramos en el pase, el público aplaude y los actores lloran de emoción.