Una familia se muda a una casa nueva donde hay un cuarto secreto. Una noche de tormenta y ruidos y presencias extrañas en las habitaciones de arriba. “Estoy seguro de que no fue un sueño”, dice uno de los hermanos, interpretado por Jaime Lorente. Pero ¿cómo de seguro? Se llama Mario y le pasa algo que no llegamos a identificar. Como a la encantadora Rosemary Woodhouse creada por Ira Levin y luego en el cine por Roman Polanski, Mario también es víctima de visiones perturbadoras y tiene la sensación de que no se puede fiar de nadie. Y cuando decimos de nadie es de nadie, incluidos su hermano (Manu Vega), su padre (Fernando Cayo) y su sofisticada madre (Belén Rueda). ¿Existe un complot para volverle loco? ¿Han secuestrado de verdad a su hermano?
A lo mejor, como en la clásica obra de suspense representada en teatros de todo el mundo Trampa para un hombre solo, del dramaturgo francés Robert Thomas, resulta que nada es lo que parece. ¿Y si todo es un macabro juego? Lo que sí es seguro es que la canción Noche de paz nunca ha sonado más inquietante, aunque es lo suyo si la escuchas mientras el protagonista sube las escaleras dispuesto a descubrir de una vez por todas qué y quién se esconde en el cuarto de arriba cerrado con llave.

Pero en Reversión, debut en la dirección de largometrajes del hasta ahora asistente de dirección Jacob Santana, hay mucho más. Hay una familia asesinada brutalmente, como en un True Crime de manual. Cada diez minutos la trama se da la vuelta y ya no vemos lo que creíamos que estábamos viendo. Una carretera de sorpresas hasta que nos damos cuenta de que en realidad nos están llevando por donde quieren (en este caso los responsables del film, el productor y guionista Frank Ariza y el director), que nos han cogido de la mano y nos han metido en un laberinto de giros inesperados que cambian la historia constantemente para tomar otra dirección y dejarte más o menos noqueado.
Reversión son dos películas en una. También un ejercicio de estilo que nos lleva al cine de Oriol Paulo, con un muy cuidado diseño de producción y una tensión que va en aumento hasta llegar al vuelco definitivo, cuando nos enteramos en la escena final del último secreto que esconde la trama. Sin embargo, muchos preferirán decir que Reversión habla en el fondo de un tipo que está dispuesto a darlo todo por su hermano. Y tendrán razón.
Reversión se estrena en cines el 7 de noviembre