Cameron Diaz ha vuelto con 52 años en un estreno de Netflix. Fue a principios de año con la cinta De vuelta a la acción, que no valía gran cosa, pero eso ahora no es lo importante. Regreso a la acción: ¿Qué fue de las actrices maduras?

También han regresado por todo lo grande Demi Moore (62 años) y Pamela Anderson (57). Algunos hablan de moda. Mujeres de más de 50 a las que por fin se las tiene en cuenta en proyectos que giran alrededor de ellas. Sea moda pasajera o no, lo cierto es que no es la primera vez que Hollywood pasó por esto.
¿Qué fue de Baby Jane?
En la década de 1960 y principios de los 70, las grandes estrellas del cine clásico de 1930 y 1940 tenían ya sus años y la mayoría de ellas se habían retirado, o las habían retirado. Las viejas glorias del Hollywood dorado no eran rentables. No había personajes para ellas, salvo como abuelas o madres de las protagonistas. Y entonces alguien preguntó por una tal Baby Jane. ¿Qué fue de ella? La película What Ever Happened to Baby Jane? (¿Qué fue de Baby Jane?) (1962) fue un éxito sorpresa. Nadie esperaba que la macabra historia, basada en una novela de Henry Farrell, fuera a funcionar. Y vaya si lo hizo. La película fue un éxito abrumador y resucitó las carreras de sus dos protagonistas.

La película se rodó entre el 23 de julio de 1962 y el 12 de septiembre de ese mismo año. Joan Crawford tenía entonces 56 años recién cumplidos. Bette Davis había cumplido en abril 54. Además de revitalizar las carreras de dos mitos en horas bajas, ¿Qué fue de Baby Jane? consiguió algo más importante: puso de moda las películas de terror y suspense protagonizadas por viejas glorias de Hollywood. Es una película tan decisiva que la primera temporada de la serie Feud está dedicada a su rodaje, con Jessica Lange como Crawford y Susan Sarandon en el papel de Davis.
Llega Olivia, una arpía de la peor calaña
En Hush… Hush, Sweet Charlotte (Canción de cuna para un cadáver) (1964), también basada en un relato de Henry Farrell, Robert Aldrich repitió la operación, esta vez con Davis y Olivia de Havilland, la estrella con dos Oscar que vivía medio retirada en su mansión de Suiza. Olivia celebró en pleno rodaje su 48 cumpleaños. Ella interpretaba a la prima Miriam, que resulta ser una arpía de la peor calaña.

Las divas “resucitadas” se convirtieron en musas del terror serie B. Crawford, por ejemplo, protagonizó El caso de Lucy Harbin (Strait-Jacket) (1964), con guion de Robert Bloch, y I Saw What You Did (Jugando con la muerte) (1965). Esta última estaba basada en una novela de la especialista en el género Ursula Curtiss y en ella leemos algo muy apropiado: “En todo cuento de horror tiene que haber una víctima, alguien que se niega a creer hasta el último segundo lo que le está sucediendo. Llamaron a la puerta, no tranquilamente, sino con una especie de demencia ávida”. La actriz interpreta un personaje que no aparece en la historia original, la vecina de un psicópata que ha asesinado brutalmente a su mujer en la ducha, como en Psicosis. Crawford rodó esta película sobre niñas que se divierten gastando a desconocidos bromas por teléfono cuando estaba a punto de cumplir los 60.
Reinas del horror
El éxito de estas películas provocó una fiebre que se extendió por todo Hollywood y parte del mundo. Las grandes divas del pasado todavía podían ser rentables si abandonaban su retiro para protagonizar historias de Grand Guignol, cuanto más macabras mejor, y con todo preparado para despedazarse vivas. Como escribe el historiador de cine David J. Skal en el entretenido libro Monster Show: “Las nuevas reinas del horror de Hollywood esperaban rejuvenecer sus carreras bañándose en hemoglobina de un modo similar a Erzsébet Báthory”.
La tía Alice llama a la puerta
En What Ever Happened to Aunt Alice? (1969), producida por Robert Aldrich, según la novela The Forbidden Garden, de Ursula Curtiss, vemos a Geraldine Page (45 años) desmelenada en plan Madame Medusa y golpeando con furia en la cabeza con un teléfono a Ruth Gordon (73).

En Eye of the Cat (1969), un guion de Joseph Stefano, el mismo que en 1960 adaptó para Hitchcock la novela de Robert Bloch Psicosis, Eleanor Parker es Danielle, una señora rica, con peluca negra y más Ava Gardner que la propia Ava Gardner. Lo peor es que se la llama repetidamente anciana, pese a que la actriz tenía 47 años, así que estaba lejos de serlo. Aparece atractiva y vital, aunque se pasa la mitad de la película en silla de ruedas, demasiado activa para una mujer solitaria que se insiste todo el rato está mortalmente enferma (efisema pulmonar). La mujer hace cosas raras y es víctima de un complot ideado por su sobrino (Michael Sarrazin) y la sinvergüenza de su novia, Kassia, un papel para Gayle Hunnicutt que estaba pensado para Tippi Hedren. Precisamente, hay una escena donde la chica es atacada por un grupo de gatos que recuerda al momento de Los pájaros (The Birds) (1963) en el que Melanie Daniels es acosada por aves en el desván.
Simone Signoret
Simone Signoret tenía 46 años cuando rodó Games (La muerte llama a la puerta) (1967), también con una pareja joven (en este caso James Caan y Katharine Ross) y una “anciana” víctima de juegos macabros. El director de esta película era Curtis Harrington, todo un especialista en la materia y un gran conocedor y admirador del cine clásico. Suyas son también ¿Qué le pasa a Helen? (¿What’s the Matter with Helen?) (1971), guion original de Henry Farrell, el escritor de las novelas sobre Baby Jane y Sweet Charlotte, sobre dos mujeres, Debbie Reynolds (39 años en ese momento) y Shelley Winters (con 50), cuyos hijos son condenados por un asesinato brutal y ellas se largan a Hollywood para abrir una escuela de danza para niños prodigio. Una truculenta historia que podía haber sido un vehículo para Rita Hayworth (53), a quien le ofrecieron el papel que terminaría haciendo Reynolds, pero en ese momento ya estaba en las primeras etapas del Alzheimer.

Farrell se convirtió en un talismán para este tipo de historias porque también es suya La casa que nunca muere (The House That Would Not Die) (1970), una película para televisión sobre casas encantadas con una Barbara Stanwyck de 63 años.
La tía Roo
Curtis Harrington también dirigió ¿Quién mató a tía Roo? (Whoever Slew Auntie Roo?) (1972) con Shelley Winters en el papel de una viuda demente que recoge en su mansión niños desamparados al estilo «Hansel y Gretel». Es en esta película donde la gran actriz, a punto de cumplir 51 años, pronuncia esta declaración de intenciones: “¿No es una lástima que no podamos detener el tiempo? Que los niños sigan siendo como son esta noche, que preserven sus años maravillosos, puros y perfectos antes de que la fealdad y la maldad del mundo los aplasten”.

El ciclo Harrington se cierra con Instinto criminal (The Killing Kind) (1973), la más loca de todas con Ann Sothern (64 años), una de las inolvidables protagonistas de Carta a tres esposas (A Letter to Three Wives) (1949), como la posesiva madre de un psicópata (John Savage). Por último, Curtis dirigió para televisión Abejas asesinas (Killer Bees) (1974), con Gloria Swanson a sus 75 años en el papel de una matriarca alemana que tiene dominados a sus hijos, así como a un enjambre de peligrosas abejas. Bette Davis había rechazado el proyecto por recomendación de su médico, que temía sufriera un shock anafiláctico si la picaba una sola abeja. La película se rodó en diez días en el Valle de Napa, terreno que luego sería propiedad de Coppola.
La señora Anderson no es la última
En La última señora Anderson (1971), Carroll Baker acababa de cumplir los 40 y se casa con un tipo nada recomendable. Alguien que saca mucho provecho de la profesión de viudo (lleva tres mujeres muertas en extrañas circunstancias). Película rodada en Italia por Eugenio Martín, se trata de un thriller de misterio y asesinatos. Alguien lo definió como “una de las películas más coherentes y fáciles de ver de la época, incluso para las personas que no son fans del giallo. Carroll Baker hizo un puñado de ellos (thrillers italianos) y éste es sin duda el mejor”.

Janet Leigh tenía 42 años cuando protagonizó Honeymoon with a Stranger (1969), versión libre de la obra teatral de Robert Thomas. Esta fue la primera de las tres versiones cinematográficas para televisión que se han hecho de Piège pour un Homme Seul (Trampa para un hombre soltero). En esta, sin embargo, el aspirante a hombre soltero es una aspirante a mujer soltera. En lugar de un hombre de luna de miel cuya nueva y rica esposa desaparece Janet Leigh es una mujer de luna de miel cuyo nuevo y rico marido desaparece. Ella protesta diciendo que el desconocido que acaba de llegar no es su marido, pero todo indica que él es, efectivamente, el marido que dice ser. Pero no puede serlo. ¿Puede?
La hermana George
Fuera de Estados Unidos el fenómeno también se extendió. En, por ejemplo, Las perversas solteronas (The Beast in the Cellar) (1971), las muy inglesas Beryl Reid (52 años) y Flora Robson (69) se transforman en dos hermanas. Como Blanche y Baby Jane Hudson, viven encerradas en una casa con todos los demonios del pasado acechando. Una historia truculenta inspirada en un hecho real, -el de una madre en Greenpoint, que construyó una habitación para esconder a su hijo y así evitar que lo reclutaran-. Regreso a la acción: ¿Qué fue de las actrices maduras?

Beryl Reid, que venía de otro Grand Guignol (El asesinato de la hermana George, dirigida por el maestro Robert Aldrich en 1968) era tan excéntrica como los personajes que solía interpretar. En sus últimos años vivió en una casa a orillas del Támesis rodeada de gatos callejeros.
En cuanto a Flora Robson ni ella ni sus dos hermanas se casaron ni tuvieron hijos. Las tres solteras, no sabemos si perversas, pero sí como personajes de este tipo de películas que estamos repasando. Flora podía haber sido una estrella más grande todavía si Hitchcock la hubiera dado el papel de la señora Danvers en Rebeca (1940). También podía presumir de haberse quedado con un papel que estaba pensado para Greta Garbo: el de la emperatriz Tzu-Hsi en 55 días en Pekín (1963). Regreso a la acción: ¿Qué fue de las actrices maduras?Regreso a la acción: ¿Qué fue de las actrices maduras?
Made in Spain
Y en España podemos tomar como ejemplo Una vela para el diablo (1973). Nuevamente con el gran Eugenio Martín al frente, y Aurora Bautista (48 años) y Esperanza Roy (38) como dos hermanas que dirigen un pequeño hotel en el sur de España . Eso sí, se entretienen asesinando a las chicas díscolas que pasan por el establecimiento.

A las actrices maduras de ahora no las llaman para este tipo de películas. Eso fue una moda que pasó. Las llaman para otro tipo de historias, pero hay casos que aplaudimos. La muy reivindicable Musarañas (2014) nos presenta una situación muy de Baby Jane y compañía. Otra vez dos hermanas, las estrechas paredes de una casa vieja y siniestra y el vecino de arriba atrapado en la red. La gran diferencia es la edad de las protagonistas: Macarena Gómez, más Bette Davis que nunca, tenía 35 años cuando rodó la película, y Nadia de Santiago cumplió 24.
Pero la gran diva que ha rejuvenecido su carrera en nuestros tiempos “bañándose en hemoglobina de un modo similar a Erzsébet Báthory” es Demi Moore.
Regreso a la acción: ¿Qué fue de las actrices maduras?