La Mujer de Negro (The Woman in Black) vuelve a nuestras vidas. 1ª parte: La Novela. 

La mujer de negro, la obra más longeva de Londres, llega a nuestro país. al Teatro Fígaro de Madrid. El aclamado cuento de fantasmas de Susan Hill, cobra vida dramáticamente la increíble adaptación teatral de Stephen Mallatratt. El espectáculo más terrorífico, un género, por cierto, fascinante y atrayente para el gran público, tanto en la literatura y la pequeña o gran pantalla, pero que pocas veces se ha llevado al teatro. 

Primero fue novela, luego llegó al teatro, a la televisión, a la radio y por fin al cine… para siempre volver a empezar ese ciclo porque La mujer de negro es tan inmortal como la escalofriante protagonista, presencia fantasmal que espera en una mansión vieja aislada del mundo a que su hijo pequeño ahogado en un pantano de lodo encuentre por fin la paz.

Arthur Kipps llega a Eel Marsh

La novela de Susan Hill se publicó en 1983. Una historia gótica de fantasmas, o victoriana de terror, las dos apreciaciones nos valen, sobre un abogado llamado Arthur Kipps que viaja por trabajo a la pequeña población de Crythin Gifford para poner en orden los asuntos financieros de la señora Drablow, anciana que ha fallecido en su mansión de Eel Marsh. Es importante lo que en la novela le dice el señor Bentley a su empleado con respecto a la casa: “Cuando sube la marea, la vivienda queda aislada hasta que el agua desciende. Es un lugar extraordinario”.

A Eel Marsh solo se llega por un estrecho camino rodeado de agua y lodo. Como escribe Susan Hill “¡Esa senda casi imperceptible era conocida como el paso elevado de Nine Lives!”. La mansión está ya por derecho propio entre las más terroríficas de la literatura, al mismo nivel que Hill House de Shirley Jackson, la Casa Bramford de Ira Levin, La Casa Marsten, en el pueblo de Jerusalem’s Lot creado por Stephen King, o el Belasco House, de Richard Matheson, esta última considerada “el Everest de las casas encantadas”. Susan Hill nos avisa en el decisivo capítulo de la novela titulado “Silba e iré a buscarte”: “Por la noche el viento fue en aumento. Mientras leía en la cama reparé en las ráfagas cada vez más intensas que golpeaban las ventanas. Durante la madrugada desperté de sopetón y comprobé que había arreciado con gran intensidad. La casa parecía un barco en medio del mar, sacudido por el vendaval que rugía a lo largo y a lo ancho de las marismas abiertas. Todas las ventanas de la casa de Eel Marsh repiquetearon, por los cañones de las chimeneas bajaron gemidos y el viento silbó en cada recoveco y hendidura”.

Hill House y Belasco House. En medio de las dos, la Casa Marsten.

Susan Hill nació en 1942 en Scarborough, pequeña localidad pesquera situada en la costa del Mar del Norte, en la comarca de North Yorkshire (Inglaterra), un lugar donde oyes numerosas “historias de fantasmas que nutren el folclore de esas tierras: el espíritu de Mosborough Hotel, espectros de niños pálidos en Rogerthorpe Manor, el fantama de Robin Hood en el cementerio de Kirkless Hall, cerca de una mansión del siglo XVI, el fantasma de la pequeña iglesia de Newby…”. Parecía que su destino estaba marcado por todas partes donde mirase en Scarborough.

La mujer de negro fue un éxito y convirtió a Hill en la heredera natural de, palabras mayores, Daphne Du Maurier (1907-1989). La escritora ya era conocida por otras novelas, como I’m the King of the Castle (1970), y libros infantiles, pero La mujer de negro fue definitiva en su carrera. Hill luego creó al Detective Simon Serrailler en una serie de novelas que arrancó con la extraordinaria y desoladora Las distintas guaridas de los hombres (Various Haunts of Men) (2005), volvió a los fantasmas con The Mist in the Mirror (1992) y fue elegida para una misión de alto riesgo: escribir la continuación de la obra maestra Rebeca, la novela de Daphne Du Maurier llevada al cine en 1940 por Alfred Hitchcock. La mítica frase “Anoche soñé que volvía a Manderley” regresaba para contestar a las preguntas: ¿Qué pasó después del incendio de Manderley? ¿Y qué fue de la terrible Sra Danvers? Susan Hill se atrevía a entrar en Manderley 55 años después. Rebeca se publicó en 1938 y Mrs. De Winter en 1993. En la contraportada de una de las ediciones de esta novela nos decían que Susan Hill es “una prestigiosa novelista que muestra aquí lo mejor de su talento narrativo y ha imaginado de forma brillante y convincente precisamente lo que ocurrió después. Daphne Du Maurier aprobaría esta continuación”.

La relación de Susan Hill con el cine es sorprendentemente pobre, teniendo en cuenta el material que ha generado la escritora.

La primera película que se rodó basada en una novela suya fue la producción francesa Je suis le seigneur du Château (El señor de la gran mansión) (1989), basada en su obra de 1970 I’m the King of the Castle (Yo soy el rey del castillo), historia gótica sobre la crueldad infantil que inspiró de alguna manera también El buen hijo (The Good Son) (1993). La siguiente adaptación, y por ahora última en el cine, fue La mujer de negro.

Pero La mujer de negro también ha desembarcado, y con mucho éxito, en los escenarios. Sin ir más lejos, ahora la podemos ver, si se atreven, en el teatro Fígaro de Madrid.

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