Julia Roberts rechazó Instinto básico y otros castings que hicieron historia

La historia del cine está llena de castings antológicos, procesos que dieron mucho juego, porque eran para buscar al actor o actriz idóneos para una película que ya antes de rodarse se sabía que iba a ser grande.

Cuando Disney decidió que Han Solo tendría película propia, la maquinaria se puso en marcha. Lo que siguió fue uno de los castings más ambiciosos del Hollywood reciente. No suele ocurrir, pero en este caso, el primero que hizo la prueba, Alden Ehrenreich, fue el que se llevó el ansiado papel. Quizá pensando que no podían tener tanta suerte, los directores al frente del proyecto en ese momento, Phil Lord y Christopher Miller, decidieron seguir viendo candidatos, aunque estaban convencidos que el primero seguía siendo el mejor. Esto ocurrió en 2016 y por la multitudinaria audición pasaron cientos de jóvenes actores, algunos consagrados, como Dave Franco, Aaron Taylor-Johnson, Logan Lerman, Scott Eastwood y Chris Pratt.

Hablamos de castings que han hecho historia en Hollywood y revolucionaron al personal. Como el de Anastasia Steele y Christian Grey, la pareja de la trilogía Cincuenta sombras de Grey. Charlie Hunnam, el elegido para ser Christian, saltó del barco en el último momento y la búsqueda se reanudó entre rumores que inundaron los medios de comunicación. Todo el mundo opinaba. Uno de los candidatos era Henry Cavill, experto en castings históricos: «Sé que Stephenie Meyer me quería como Edward Cullen… pero pasaron años antes de que se empezara a rodar y me hice viejo para el papel. Cuando no salió lo de James Bond (Casino Royale) sentí una punzada de rabia, aunque luego, cuando vi el trabajo de Daniel Craig… Nada que objetar». Para James Bond le consideraron demasiado joven y para Edward Cullen demasiado mayor. Dos castings enormes, como fue el de Entrevista con el vampiro (1994) con cabreo de la escritora Anne Rice por la elección de Tom Cruise como Lestat.

En cuanto a ellas, en el cine moderno se llevan la palma Instinto básico (1992) («No la hice porque cuando actúas vestida es interpretación. Cuando lo haces sin ropa es un documental. Y yo no hago documentales», dijo Julia Roberts) y Chicago (2002), aunque no hay que dejar atrás la búsqueda de las fanáticas de Atracción fatal (1987) y Misery (1990), y de las amigas Thelma & Louise (1991). También fue movido el casting para la madre y la hija de La fuerza del cariño (1983), desde que Jennifer Jones compró los derechos del libro para protagonizar su versión cinematográfica hasta que terminó en manos de Shirley MacLaine y Debra Winger.

Y en el cine clásico, por supuesto, Lo que el viento se llevó (1939). Encontrar a Scarlett O’Hara se convirtió en un asunto de interés nacional. Una historia para ser contada incluso en documentales (The Scarlett O’Hara War, 1980). Al final el papel se lo llevó una inglesa, pero todas las actrices americanas del momento lo querían. Algunas estuvieron muy cerca, Paulette Goddard, y otras muy lejos, Lana Turner.

Un año después, se volvió a liar cuando David O. Selznick se puso en marcha para buscar a la joven sin nombre que llega a Manderley en Rebeca (1940). Y Hollywood tembló cuando Billy Wilder empezó a enredar para encontrar a su Norma Desmond. Las candidatas sabían que, en el fondo, El crepúsculo de los dioses (1950) hablaba de ellas. Todo el mundo quería estar en De aquí a la eternidad (1953) con su fenomenal quinteto de personajes protagonistas.

En la década de 1960, el casting por excelencia para los actores fue el de Lawrence de Arabia (1962), y para las actrices el de Cleopatra (1963). Esos personajes eran oro puro, como R.P. McMurphy, el protagonista de Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), un proyecto que tardó 14 años en llegar a las pantallas, desde que Kirk Douglas compró los derechos de la novela hasta que Jack Nicholson ganó el Oscar.

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