Es probable que a Jodie Comer (Liverpool, 1993) se la conozca sobre todo por encarnar a Villanelle, la impecablemente bien vestida, aunque anticuada mujer fatal de la serie Killing Eve, pero es una de las actrices más versátiles del momento que ha protagonizado numerosas series, películas y obras de teatro. En Bikeriders, la actriz británica vuelve a transformarse para dar vida a Kathy, una chica convencional del Medio Oeste que se enamora de un joven y enigmático motero, y que también es la narradora de la historia.
Cuando la actriz rodó con Ridley Scott la épica El último duelo (2021) su vida profesional empezó a cambiar. Ya era una estrella de la televisión gracias a la serie Killing Eve, pero ahora lo sería del cine. Scott se quedó tan impresionado con Jodie que pensó en ella para ser Josefina en su ambicioso nuevo proyecto, Napoleón. Al final no pudo ser (la explicación fue por los manoseados conflictos de agenda) pero Jodie había conquistado a uno de los cineastas más poderosos del mundo.
Jodie admiraba desde hace años a Jeff Nichols y quería trabajar con él.
La actriz se enteró que el guion de Bikeriders estaba basado en un libro de fotos realizadas en los años sesenta del pasado siglo y le pareció tan genial que aceptó la propuesta de interpretar al personaje central de la trama. Kathy, una chica abierta sin pelos en la lengua. “Me enamoré de ella. Me encanta que sea la narradora y que la historia se cuente desde su perspectiva. Danny Lyon, el autor del libro, me dijo que tenía sentimientos profundos, que era elocuente e inteligente. No sé si ella se daba cuenta, pero desde luego, dice lo que piensa”.
Para la actriz, “Kathy aspira a tener una vida estable, pero se mete en una vida de peligro embriagador. De pronto se ve rodeada de drogas, alcohol, violencia. Creo que si la historia la contara uno de los chicos, sería muy diferente. Quizá más chula, con más gloria, pero al encontrarse en la periferia, Kathy es una narradora más fidedigna”.
Para Jodie Comer, que creció en Liverpoool, uno de los mayores retos fue aprender a hablar con el acento del Medio Oeste estadounidense. Trabajó con la profesora de diálogo Victoria Hanlin durante dos meses y medio antes del rodaje. “La relación de Kathy con Benny (Austin Butler) es básica en la película, pero en muchas escenas donde están juntos se miran sin decirse mucho. Casi nunca se les ve en momentos íntimos. Me pareció que la única forma de captar la esencia de Kathy era a través de su voz. Quise asegurarme de hacer todo lo posible para que la voz fuera perfecta”.
Jeff Nichols dice que gran parte de la narración es una adaptación de las entrevistas grabadas de la auténtica Kathy: “Tiene un ritmo único hablando. Es graciosa, crítica consigo misma, con un fuerte acento típico de la clase trabajadora de Chicago. Jodie supo imitarlo a la perfección; también sus pausas y cambios de tono cuando se volvía sarcástica. He puesto las entrevistas al público en varios festivales y todo el mundo se queda atónito ante la imitación perfecta, casi da escalofríos”.
Puede que Jodie Comer parezca que dice sus diálogos sin el menor esfuerzo, pero según el director, no fue así: “Un día vi sus “deberes”. Había copiado fonéticamente todos los diálogos de la verdadera Kathy. Representaba un trabajo impresionante, pero lo increíble es que no se notaba para nada delante de la cámara”.