Erzsébet Báthory (1560-1614) fue una mujer tremenda, así que para interpretarla en el cine se necesita a una actriz muy grande. También conocida como La Condesa Sangrienta, esta buena señora pertenecía a una de las familias más poderosas del reino de Hungría y hacía lo que le daba la gana. Como estaba obsesionada con la belleza (como la madrastra de Blancanieves) y convencida de que la sangre de las jóvenes doncellas eran algo así como pócimas para la eterna juventud, pues torturó y asesinó, o fue acusada de hacerlo, a cientos de mujeres. La historia y la leyenda dicen que es la asesina en serie más grande de la historia, con 650 víctimas.
La francesa Julie Delpy dirigió y protagonizó una descafeinada versión de los hechos titulada La Condesa (2009), con William Hurt y Daniel Brühl de compañeros de reparto. Fiel a la historia real, esta película no es la mejor sobre Erzsébet Báthory. Las mejores son las que sólo se inspiran en la vida de la condesa y dan rienda suelta a la imaginación más sádica y la presentan como una despiadada vampira sedienta de sangre, como las españolas La noche de Walpurgis (1971) y La novia ensangrentada (1972).
Lucía Bosé en Ceremonia sangrienta (1973) y Delphine Seyrig en El rojo en los labios (1971) son algunas de las fascinantes actrices que han dado vida en el cine a versiones de Erzsébet Báthory, a las que ahora se une Isabelle Huppert. Será en una película de la alemana Ulrike Ottinger donde tendrá una colaboración especial la eurovisiva Conchita Wurst.
Será un placer ver a Huppert metida en la piel de esta depredadora voraz.
