Es el galán por excelencia del cine actual, el protagonista perfecto para una comedia romántica, para un thriller o para un drama de esos que te dan premios (ganó un Oscar por Syriana). Y parece que todo el mundo quiere trabajar con él. Todos menos uno.
Hablamos del director Alexander Payne, que tiene pendiente de estreno Los que se quedan (The Holdovers), con estreno previsto para el próximo enero.
Payne es el “niño mimado” del cine independiente americano, nominado al Oscar como director en tres ocasiones y premiado por el guion de Los descendientes (2011).
Una de esas nominaciones fue por la deliciosa comedia Entre copas (2005). Y para el papel de Jack, uno de los protagonistas, dos hombres de mediana edad que realizan un viaje por los viñedos de California justo antes de la boda de uno de ellos, el nombre de George Clooney estuvo sobre la mesa.
Pero el director lo descartó porque, como ha llegado a reconocer, «no me pareció que fuera el más adecuado para encarnar a Jack».
El papel terminó en manos de Thomas Haden Church, que no ha sido ni nunca será una estrella pero que puede presumir de haberle quitado el papel a uno de los más grandes.
Seis años después, Payne sí consideró adecuado a Clooney para el papel del abogado que vive en Honolulu, tiene una esposa en coma y dos hijas adolescentes con las que no tiene trato en Los descendientes.
