Entrevista con Pedro Almodóvar, que estrena en Movistar Plus+ y en Estados Unidos Extraña forma de vida

Ahogados en alcohol, dos vaqueros se abrazan besándose con una desesperación voraz por el cuerpo del otro. Una bacanal de virilidad para el enérgico cortometraje en inglés de Pedro Almodóvar, Strange Way of Life (Extraña forma de vida), que se estrena ahora en Estados Unidos y en España ya emite Movistar Plus+. En esencia es una historia de amor, de deseo, de ardor. Pedro Almodóvar transforma el western y se apunta a la realización de un segundo cortometraje en inglés que, como confiesa en esta entrevista exclusiva, son dos experimentos antes de lanzarse a rodar su primer largometraje en la lengua de Shakespeare.

Pedro, estrenas tu corto en Estados Unidos, el segundo que ruedas en inglés. ¿Son dos experimentos para preparar tu largometraje en inglés?

Sí, es cierto. La razón por la que hice estos dos cortos era para prepararme y porque me gusta mucho este formato. Me ha permitido tener una experiencia en otro idioma y descubrir si era capaz de hacerlo. Con Tilda (Swinton) en La voz humana (2020) el entendimiento fue inmediato, pero también ella es una actriz muy especial. Muy fácil, muy accesible. Con un inglés que lo entiende todo el mundo, aunque no sepa inglés. Pensé: bueno, sé que puedo dirigir a Tilda, pero ya con estos dos (Ethan Hawke y Pedro Pascal) me he convencido de que puedo hacer un largo en otro idioma. Ahora me siento más cercano al largometraje en inglés.

¿Cuál dirías que ha sido tu evolución personal entre el rodaje con Tilda Swinton y ahora con Ethan Hawke y Pedro Pascal?

Por ejemplo; el de Tilda era un corto mucho más experimental que yo quería hacerlo contemporáneo porque el modo en que Cocteau lo escribió, era una mujer muy sumisa, pidiendo perdón todo el tiempo que es algo que afortunadamente las mujeres ya habéis cambiado mucho. Era un corto sobre la soledad y la espera. Eso me permitió experimentar con los lugares, mostrar que el decorado es ficticio, que a la vez está dentro de una sala, de una gran nave donde se ruedan las películas, que los fondos que ves no son de otra ciudad sino manchas de otras películas. Había mucho de experimentación.

¿ Y cuál era el reto de Extraña forma de vida?

Trabajar con un diálogo en un género que no he tocado nunca y que fuera verosímil. Sin embargo, la base, más que la acción, es sentimental. Quería hablar de un tema que no se toca mucho en este género: el deseo masculino. El deseo entre dos hombres. Son dos cortos muy distintos, pero en ambos el reto era muy diferente. Para mí ha sido difícil, no solo porque esto me acerca a la película en inglés que quiero rodar, sino porque me ha dado una especie de libertad que yo he tenido siempre en todo mi cine. Ha sido una sensación muy agradable porque era la que yo sentía al principio de hacer películas. Como si estuviera debutando de nuevo y esa es una sensación muy revitalizadora

¿Escribiste en inglés?

Los dos cortos los escribí en español, pero alguien los tradujo al inglés. La palabra que oís me pertenece traducida. Digamos que los subtítulos son los que yo escribí. Yo no hablo suficiente inglés para escribir un guion, puedo escribir un email, puedo llevar una conversación, pero la escritura no. También enseñé a alguien el guion para que me dijera si había algún anacronismo ya que en eso necesito ayuda. Y si hago una película en inglés necesitaré ayuda porque, aunque me entiendo con los actores, en el rodaje improviso bastante y necesitaré a alguien al lado para improvisar en inglés.

Cuando tienes que trabajar con actores americanos que llegan con sus propias reglas, ¿cómo los sometes?

Pedro (Pascal) me dijo que tenía que esperarle porque debía rodar The Last of Us y desde que se ha estrenado esa serie, se ha convertido en la máxima estrella, pero eso no ha cambiado su carácter. A Pedro le conocí a través de unos amigos, cuando él estaba rodando Narcos. Y en algún video que me mandó me dijo que había crecido con mi cine y que era fan: eso me hace sentir muy mayor, pero bueno. La siguiente vez que vine a Nueva York, él estaba haciendo King Lear con Glenda Jackson en el teatro. Le llamé y vino al hotel y nos hicimos amigos. Con Ethan ocurrió algo parecido. El fue hace varios años a hacer teatro a Madrid y allí nos conocimos. Cuando escribí el guion, se lo mandé a los dos y ambos respondieron que tenían muchas ganas de trabajar conmigo. Realmente no hubo que someterlos, pero sí que en efecto, al principio, fue necesario que nos adaptáramos los tres. Porque yo tengo un modo de trabajar, que no es exactamente el modo de trabajar en Hollywood. Es algo muy artesanal, todo pasa por mi mano, ensayo mucho, cosa a lo que ellos no estaban tan acostumbrados. Digamos que la primera semana, los tres con nuestra mejor intención, tratamos de adaptarnos. Afortunadamente, se gustaban mucho, se admiraban profesionalmente  y, como los dos eran extranjeros en Madrid, se hicieron muy amigos. Había una enorme química entre ellos. Eso facilitó mucho también el trabajo.

¿Disfrutaste rompiendo el arquetipo del cowboy?

Esa ruptura está en el guion. El género no es que cambiara, era el mismo,  pero en ese género tan masculino y tan americano, se iban a oír cosas que nunca se han oído y dichas por hombres maduros. Lo importante es que desde el principio ellos lo asumieron como una aventura justamente por lo que tenía de novedoso. El western es un género tan antiguo como el cine. En el cine mudo americano ya se hacía western. En 1902 ya hay el primer western. Es el género americano por excelencia, y es masculino por excelencia porque no se les ha dado gran importancia a los personajes femeninos. Es curioso que el género haya mantenido una zona inexplorada a pesar de que hace más de un siglo que se inventó. Yo he aprovechado para hablar de eso que no había visto, que es el deseo entre dos hombres en un género que está lleno de hombres, con lo cual es perfectamente natural que se produzca esa situación.

Te atreves a contratar a dos actores que no son gays o queer para personajes homosexuales y lo haces en un momento en que esa conversación está sobre la mesa. ¿Qué opinas de la censura, la autocensura y la cancelación?

Lo que pasa es que en España no hay este debate. He sido consciente a través de las entrevistas porque me lo han preguntado todo el tiempo. Pero yo no era consciente de que existiera este debate acerca de la sexualidad de los actores y de la sexualidad de los personajes.

El año pasado, cuando nominaron al Oscar a Javier Bardem por Being the Ricardos por interpretar un personaje cubano, fue muy criticado que no se contratara a un actor de verdad cubano.

Es cierto y de eso me enteré, pero ocurrió aquí, ocurrió en Hollywood y me sorprendió muchísimo. Lo primero porque Javier ya había hecho más de una vez de cubano y también había sido nominado al Oscar, por Antes de que anochezca (2001), de Julián Schnabel. Creo que tienen razón los actores latinos que piden papeles para ellos y piden también temáticas que hablen de sus historias. Los latinos forman parte de esta cultura y también han creado una cultura nueva que es la mezcla de las dos culturas. Creo que están en su derecho a demandar una mayor presencia porque esa presencia se da en la realidad. Como director también estoy a favor de que el director tenga la libertad de elegir al actor o la actriz que le parezca oportuno. Depende también para qué papel, si hablamos por ejemplo de Pose, la serie de televisión, absolutamente todas las actrices tienen que ser trans. Porque el ser trans ahí es esencial. En el caso de que hubiera un papel de una mujer transexual que es una abogada, en la cual su sexualidad no se toca en el guion, intentaría con una actriz trans, pero si encuentro una mujer actriz que lo hace mejor le daría el papel. En la naturaleza del actor está el convertirse en otro.

Tras la huelga de guionistas y como guionista, ¿qué opinas de la Inteligencia Artificial?

Primero que soy un absoluto desconocedor. Yo he hablado con mi hermano mucho de esto porque la inteligencia artificial está ahí, pero soy un iletrado. Soy un analfabeto en ese sentido y quiero, quiero saberlo todo acerca de la inteligencia artificial para poder utilizarla como un compañero. Nunca he escrito con nadie y estoy en una edad en la que sí me gustaría encontrar un coguionista para tener una compañía y que las cosas vayan más rápidas. Me voy a interesar en aprender cómo funciona porque estoy seguro que se puede utilizar. Hay que poner al día los convenios colectivos. La situación ha cambiado tanto desde hace 15 años que los convenios tienen que corresponderse con la realidad tecnológica actual. Yo apoyo las dos huelgas y espero que la de los actores también termine pronto y lo haga de un modo justo para ellos.

¿Estás ya preparando tu próximo proyecto en Nueva York?

Sí, sí. Estoy en ello. Siempre tengo más de uno, pero espero estar rodando la próxima primavera.

¿Vamos a ver a Penélope hablando en inglés en tu próxima película?

No lo sé, no lo sé. De momento yo creo que en esta primera vez no, aunque ella me ha dicho que si hago una película en inglés, recuerde que ella lo habla (risas).

Texto: María Estévez (Los Angeles)

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