El cine que viene: Raqa, la película que denuncia lo que no se denuncia

Estamos en el terreno de Body of Lies (Red de mentiras) (2008) y Zero Dark Thirty (2012). La película está ambientada en la ciudad siria de Al Raqa, en el norte del país, ocupada por el llamado Estado Islámico de Irak y el Levante entre los años 2013 y 2017. Al Raqa fue considerada la capital del califato que fundaron los islamistas, un estado no reconocido internacionalmente pero que sembró el terror en la zona. En junio de 2017, las Fuerzas democráticas sirias y sus aliados estadounidenses entraron en Al Raqa y la liberaron.

Todo esto es importante porque es el momento histórico que viven los protagonistas de la película de Gerardo Herrero que se estrena el 22 de noviembre. Los hechos están ambientados en 2014 con Al Raqa dominada por un régimen de terror. Álvaro Morte interpreta a Haibala (alias El Saharaui), un espía internacional que está en ese polvorín para intentar dar caza a El Jordano, uno de los jefes del ISIS más buscados. Pero no es el único infiltrado en Siria. Por las calles de Al Raqa y cubierta con el obligatorio burka se mueve Malika, una enfermera de Ceuta al servicio de la Europol que ha llegado a la ciudad con el mismo objetivo: localizar y entregar al cabecilla de la organización fundamentalista y precipitar la caída del ISIS.

Malika es el personaje más destacado de la película por muchos motivos (no sólo porque es una mujer que debe sobrevivir en un infierno de ejecuciones sumarias, esclavitud para ellas y bombardeos), y lo interpreta con enorme acierto Mina El Hammani, la actriz y modelo española de ascendencia marroquí conocida por su papel de Nadia Shanaa en Élite.

El reparto es internacional (la francesa Deborah François, ex pareja de Mario Casas, con el que escribió Mi soledad tiene alas, interpreta a la implacable jefa de Malika) porque la película tiene una clara vocación internacional. Los actores hablan en por lo menos tres idiomas distintos. Álvaro Morte parece en su salsa expresándose indistintamente en inglés, castellano y árabe.

Mina El Hammani y Deborah François

En un momento dado, vemos a un grupo de mujeres del Estado Islámico viendo en la televisión imágenes del atentado de Charlie Hebdo, ocurrido el 7 de enero de 2015. Las señoras aplauden como hienas, cuando la película nos está dejando muy claro que las primeras víctimas de ese califato autoproclamado fueron ellas. El trato que sufre la mujer y que muestra la película es asqueroso y hasta vemos una especie de mercado donde se venden chicas de 12 años al mejor postor. Un terrorista dice que “de los habitantes del infierno, la mayoría son mujeres” y uno se pregunta cómo es que estas víctimas que son tratadas como esclavas están tan abandonadas y olvidadas en la vieja Europa. Los políticos y políticas del mundo cuya bandera es el feminismo parecen tener otras causas.

Aunque después de ver esta película que pone el foco en una situación repugnante, esta debería ser una prioridad. No lo es. ¿Miedo? ¿Qué no están ni Estados Unidos ni Israel en la ecuación? ¿Que esas pobres mujeres, ahora sometidas en Afganistán (considerado el país más peligroso del mundo para ellas), no dan beneficios políticos? Inocencio Arias lo lleva diciendo mucho tiempo: “el pacifismo español es encomiable, pero totalmente selectivo. Millones de personas se echan a la calle si el atropello puede ser atribuido a EE. UU. Pocos se mueven si no se ve la mano directa de Washington”.

Raqa está basada en la novela Vírgenes y verdugos, del escritor y periodista Tomás Bárbulo. El libro es la segunda entrega de una serie centrada en las aventuras del Saharaui, un misterioso personaje al que conocimos en La Asamblea de los Muertos.

Raqa se estrena el 22 de noviembre

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