Ahora resulta que Brigid O’Shaughnessy tuvo una niña y, antes de morir, le pidió a Sam Spade que se ocupase de ella y se la entregase a su padre, que vive en Bozouls, un pueblo medieval del sur de Francia. Brigid es la mujer fatal más famosa de la literatura negra, inmortalizada por Mary Astor en el clásico El Halcón Maltés (The Maltese Falcon) (1941), adaptación de la novela de Dashiell Hammett que dirigió John Huston.

La niña se llama Teresa (Cara Bossom) y es tan espabilada y mentirosa como su madre. La genética es infalible, y la niña ha salido a la mujer fatal. Sam Spade, interpretado por Clive Owen, está harto de todo y ya no quiere ejercer más de detective privado, pero esta misión la tiene que cumplir.

Años después de El Halcón Maltés
Monsieur Spade es la serie de seis episodios escrita por Scott Frank, guionista de Morir todavía (1991), Malicia (1993), Out of Sight (Un romance muy peligroso) (1998) y La intérprete (2005) y creador de Gambito de dama y Tom Fontana, responsable de la serie Oz (1997-2003). La historia imagina por dónde y en qué anda Sam Spade años después de los acontecimientos que vimos en El Halcón Maltés. Y lo encontramos en ese perdido pueblo donde “sólo sobreviven los secretos” en busca de un hombre, el supuesto padre de la chica, que es como un fantasma. Todos los personajes hablan como si estuvieran en una novela de Hammett o Raymond Chandler. “Pareces un panfleto que han tirado desde un avión”, le dice el cansado Spade a uno de los muchos tipos que se cruzan en su camino. La trama es enrevesada y difícil de seguir, pero no pasa nada, así es como debe ser. Tenemos detectives privados, espías, agentes de los servicios secretos de varios países, seis monjas asesinadas salvajemente en una Abadía, la inteligencia militar de Francia, el MI6, la CIA, el Vaticano, miembros de la OAS, del FLN y del SDECE (Servicio de Documentación Exterior y Contraespionaje francés). Todos buscan los mismo, que en este caso no es la figura de un halcón. Como estamos a principios de la década de 1960, todo el tema de la independencia de Argelia juega un papel clave en el confuso misterio, de ahí que Spade se tenga que ver las caras una y otra vez con gente de la OAS (organización terrorista francesa que se oponía a que Argelia dejara de ser francesa) y del FLN (Frente de Liberación Nacional que lideró la independencia de Argelia). Como en la novela Chacal, de Frederick Forsyth.

Clive Owen sustituye a Humphrey Bogart
Ha dicho Scott Frank que sin Clive Owen nunca hubiera hecho Monsieur Spade. Tenía claro que este actor inglés con 60 años recién cumplidos era su Sam Spade, el detective privado que interpretó Humphrey Bogart. También que ese pueblo francés, con sus gentes, su verano, sus piscinas, su olor a lavanda y rosas y sus campos soleados, estaría inspirado en dos clásicos del cine francés: La piscina (1969) y A pleno sol (1960).

Spade le cuenta al jefe de policía de Bozouls (el gran Denis Ménochet) que, como vimos al final de la película de John Huston, Brigid acabó en la cárcel cuando el propio Spade la entregó a la policía. Años después se las apañó para salir, se fue a Estambul para seguir con su negocio de tráfico de antigüedades y murió en un accidente de tren. El padre de la niña es un tal Philippe Saint-Andre (Jonathan Zaccaï), y es un conocido vecino de Bozouls como lo es Gabrielle, la millonaria dueña de una lujosa villa en el pueblo que enamora a Spade. Esta mujer es elegante, enigmática y sofisticada y la interpreta Chiara Mastroianni, digna hija en cuanto a glamour de sus padres, Catherine Deneuve y Marcello Mastroianni.

También tenemos a la pareja formada por Marguerite y Jean-Pierre (Louise Bourgoin y Stanley Weber) en medio de todo el misterio desde el bar del pueblo que regentan y los dicharacheros vecinos de Spade, Cynthia y George Fitzsimmons, madre e hijo interpretados por Rebecca Root y Matthew Beard con tan buen rollo que consiguen dar mal rollo de verdad, justamente lo que se pretende.
Monsieur Spade se puede ver en Filmin