Audrey Hepburn pudo ser Mary Poppins

La historia de cómo Walt Disney consiguió que la escritora P.L. Travers le cediese los derechos de su obra la contó magistralmente la película Saving Mr. Banks (Al encuentro de Mr. Banks) (2013), con Emma Thompson como Travers y Tom Hanks en el papel de Disney. Es sabido que la autora australiana se lo hizo pasar muy mal al genio de la animación. En 1934 Travers publicó la primera aventura de su niñera mágica y cuatro años después Lillian Disney ya les leía el cuento a sus hijas Diane de cinco años y Sharon Mae de dos. Ese 1938 marca el inicio del largo cortejo del empresario a la escritora. Pero Travers se mantuvo firme y mientras seguía publicando nuevas entregas de las aventuras de Mary Poppins (en 1935, 1943 y 1952) rechazaba las ofertas de Disney. “Si llego a un acuerdo con él me sentiré muy frustrada y creo que no podré seguir escribiendo”, declaro con dureza Travers. La razón de esa negativa es que no le gustaba nada cómo la compañía estaba tratando los clásicos cuentos de hadas en sus adaptaciones al cine.

Travers no estaba convencida y Vincente Minnelli mostró cierto interés en llevar al cine la historia, pero en 1959 la escritora tomó las riendas y, para librarse de Walt Disney, empezó a trabajar en una posible serie de televisión sobre las peripecias de su niñera. Para el proyecto quería a Audrey Hepburn, a la que persiguió sin descanso. “Estoy con el corazón en un puño, pues significaría muchísimo para mí”, escribió en una de las muchas cartas que mandó a la actriz. La propia Travers utilizó la palabra “acechar” para describir lo que estaba haciendo con Hepburn. Pero en 1959 ella era una de las estrellas de cine más solicitadas del mundo y rechazó la oferta.

Pero la historia no termina ahí. Hay una carambola del destino que ni el mejor guionista de Hollywood. Disney, por supuesto, al final consiguió los derechos de Mary Poppins (para saber cómo ahí está la película con Hanks y Thompson) y entonces la historia nos lleva a una noche de 1961 con Walt viendo en Broadway el musical Camelot. Sobre el escenario, en el papel de la reina Ginebra, la sensación del momento, una joven actriz inglesa llamada Julie Andrews que ya había triunfado con My Fair Lady. Cuando terminó la obra, Disney visitó a la protagonista en el camerino y le ofreció el papel de Mary Poppins. Travers poco pudo decir, salvo que era “demasiado guapa, aunque tiene su nariz (la de Mary Poppins)”.

Julie Andrews nunca había hecho cine, pero también era una lógica candidata para protagonizar la adaptación al cine de My Fair Lady que preparaba Warner. Pero el estudio terminó considerando “una apuesta demasiada arriesgada” el fichaje de Andrews, una actriz desconocida fuera del teatro soportando el peso de una gran producción como iba a ser la película, y terminó eligiendo de protagonista a Audrey Hepburn, “un valor de cara a la taquilla”. Julie Andrews se quedó con Mary Poppins, aunque nunca sabremos cual de los dos proyectos hubiera elegido la actriz si Warner no la hubiera descartado. Mary Poppins se rodó entre mayo y septiembre de 1963 y My Fair Lady entre agosto y diciembre de ese mismo año, así que hubiera tenido que decidirse por uno u otro.

Y todavía hay un nuevo giro. Para sorpresa de muchos, Audrey Hepburn no fue nominada al Oscar y la recién llegada Andrews sí, aunque competía con veteranas del calibre de Anne Bancroft, Sophia Loren, Debbie Reynolds y Kim Stanley. Ganó ella por volar como Mary Poppins.

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