Decía el escritor neoyorkino Donald E. Westlake (1933-2008) que no había visto ninguna de las dos adaptaciones al cine de su novela Two Much, publicada en 1975, ni la francesa Le Jumeau (1984) ni la española Two Much (1996) “tras las advertencias de amigos que se preocupan por mí. La gente no debería tener acceso a una cámara antes de alcanzar la edad de la razón”.

Westlake tuvo una relación tormentosa con el cine, nada nuevo en escritores con carácter. El periodista e historiador cinematográfico Patrick McGilligan argumenta que “a partir de sus novelas se han hecho algunas películas extremadamente buenas – el poderoso thriller A Quemarropa (Point Blank) (1967), el fresco y atrevido Un diamante al rojo vivo (The Hot Rock) (1972)-, algunas indiferentes y algunas malísimas”. Nominado al Oscar por el guion adaptado de la novela de Jim Thompson Los Timadores (The Grifters) (1990), también es muy buena El padrastro (The Stepfather) (1987), aunque esta era un guion original suyo y no una novela. “Tuve una relación asombrosa con Stephen Frears y The Grifters, que claramente me ha arruinado para el mundo del cine durante el resto de mi vida. Stephen se comportaba como si fuéramos compañeros que hacíamos una película. Él era el que daba la cara, como en una tienda, y trataba con todo el mundo, pero cuando íbamos a la oficina, éramos compañeros. Nunca más ha sido así”.

Esa es su parte buena con el cine. “Creo que llevamos el alma de Thompson a la pantalla. Stark pega duro, como Thompson. Tengo que decirle mi frase favorita de Richard Stark. En uno de los libros alguien intenta confundir a Parker. Le pasan un mensaje. Parker se enfada. El tipo que le lleva el mensaje le dice: “Sólo soy el mensajero”. Parker le dispara y dice: “Ahora eres el mensaje”. Westlake habla de Richard Stark, el seudónimo que utilizó para firmar muchas de sus novelas. Stark pega duro, dice, por eso Frears le eligió para adaptar The Grifters.
Richard nace de Richard Widmark en El beso de la muerte (Kiss of Death) (1947), uno de los debuts más impactantes de la historia del cine, y Stark por “austero”, “duro”, que es lo que significa la palabra en inglés. Para rizar el rizo, el seudónimo más conocido de Stephen King, Richard Bachman, sale de ahí, porque estaba leyendo una novela de Richard Stark cuando le pidieron en la editorial que utilizara otro nombre. En La mitad oscura un escritor es perseguido por su seudónimo. King le pidió permiso a Westlake para llamar al protagonista George Stark.

“El talento no es suficiente, se necesita suerte”, solía decir Westlake. Talento tienen Costa-Gavras, que adaptó al escritor en Arcadia (Le Couperet) (2005) y el gran y nunca suficientemente valorado Taylor Hackford, que lo hizo en Parker (2013) según la novela Flashfire. Esta era una película con Jason Statham y Jennifer Lopez basada en una de las historias sobre Parker, ladrón profesional especializado en delitos a gran escala. Parker es el protagonista de 24 de las 28 novelas que Westlake escribió bajo el seudónimo de Richard Stark.
Y ahora, tras Statham, Mark Wahlberg es Parker en Play Dirty (Juego sucio) otra aventura del personaje. La película la dirige Shane Black, y eso es una buena noticia. Black es el guionista de Arma Letal (Lethal Weapon) (1987) además de director de Iron Man 3 (2013) y The Nice Guys (Dos buenos tipos) (2016) con Russell Crowe y Ryan Gosling.

Tenía 22 años cuando vendió el guion de la excelente cinta policiaca protagonizada por Mel Gibson y Danny Glover. Era su primer texto para el cine. El éxito de Arma letal hizo de él una estrella y en 1991 recibió 1,75 millones de dólares por el guion de The Last Boy Scout (El último boy scout) (1991), la cifra más alta pagada jamás hasta ese momento. Pero el estrellato de Shane Black era imparable y superó su propio récord con el guion de Memoria letal (The Long Kiss Goodnight) (1996). Le dieron 4 millones de dólares. Como ambas películas fueron fracasos en la taquilla, la estrella de Black se apagó. Su primera película como director fue Kiss Kiss, Bang Bang (2005) y la hizo con su amigo Robert Downey Jr, que es justamente al actor que quería para protagonizar Play Dirty (Juego sucio). No pudo ser y entró Mark Wahlberg.

Play Dirty (Juego sucio) es la primera película como director de Black en siete años, concretamente desde que estrenó Predator (2018). Ahora, el chico que escribió Arma letal y conquistó Hollywood, para luego caer, regresa con una historia violenta y divertida que arranca con un espectacular atraco, una persecución por un hipódromo con los caballos desbocados, y continua con la búsqueda de un tesoro español y con un tren sin control (como el de tantas películas, desde El puente de Casandra en 1976 y El tren del infierno en 1985, pasando por El expreso de Chicago en 1976 hasta llegar a Imparable en 2010 del siempre recordado Tony Scott).
Play Dirty (Juego sucio) se puede ver en Prime Video