Ridley Scott y el mayor espectáculo del mundo

Ridley Scott no lo puede decir más claro: “Nada me estresa en este mundo. 4.000 anuncios, 30 películas y 200 producciones. Sé darle a la pelota me la tiren por donde me la tiren”. Y vaya si sabe. En Gladiator II vemos una batalla naval, al parecer históricamente fidedigna, escenificada en un Coliseo inundado repleto de tiburones. ¿Alguien da más? Sí, él, con 87 años y en plena forma para abrir la película con una invasión como pocas veces se ha visto en el cine.

Roma se dispone a conquistar Numidia, la única ciudad libre de la África romana. Al frente, el General Acacio (Pedro Pascal)

Tras unos títulos de crédito animados que recrean escenas de la primera parte, para que no olvidemos de dónde venimos (Gladiator, Oscar a la mejor película hace 24 años), el director nos lleva casi sin avisar al año 200 DC. Estamos en Numidia, la única ciudad libre de la África romana, por poco tiempo, porque el General Acacio (Pedro Pascal) se dispone a conquistar la fortaleza. Enfrente, tras los muros de la ciudad, está Paul Mescal, la estrella de esta secuela en su papel de Lucio, el hijo de Lucilla (Connie Nielsen), escondido en ese recóndito lugar. Ahora es uno más del ejército junto a su mujer Arishat (Yuval Gonen). Nadie conoce su verdadera identidad.

Lucio (Paul Mescal) y su esposa Arishat (Yuval Gonen) se disponen a defender Numidia

La batalla es espectacular, y eso sólo es el principio de un espectáculo cinematográfico para la eternidad como sólo cineastas de otro tiempo, lo que es Ridley Scott, saben ofrecer. “A la hora de hacer una película de esta envergadura se desatan muchas emociones. Se vive con mucho estrés. De hecho, tienes que aceptar de buen grado el estrés. Yo lo hago. Me pone en órbita. El trabajo es ir abordando detalle tras detalle tras detalle. Y cuanto más amplías tus ideas, más sinergias vas a encontrar”.

Lucio a punto de empezar un camino obligado: primero esclavo, luego gladiador y finalmente hombre libre.

Ridley Scott siempre ha sido muy consciente de que la popularidad de la primera película no ha dejado de crecer y que el público no se ha olvidado de ella. Él y muchos otros a su alrededor creían en una secuela, pero tardaron muchos años, quizá demasiados, en decidir cómo hacerla. La respuesta estaba delante de sus narices, pero no la veían. En la primera película nadie se ocupa del destino del personaje de Lucio, el hijo de Lucilla (Connie Nielsen), sobrino de Cómodo (Joaquin Phoenix) y nieto de Marco Aurelio (Richard Harris). El personaje estaba ahí, un joven lleno de furia, abandonado y expulsado de su tierra, un príncipe a la deriva dispuesto a establecerse en cualquier lugar menos en Roma, ciudad a la que, no obstante, todos los caminos acaban llevándole.

En Roma las cosas pintan mal. Los hermanos emperadores están muy locos y el General Acacio está harto de ellos aunque les debe fidelidad.

Han pasado 15 años desde la muerte de Máximo Décimo Meridio, el personaje de Russell Crowe en el largometraje original. Los combates en el Coliseo se han vuelto más mortíferos, violentos y espectaculares a medida que un público sediento de sangre incita a los gemelos medio locos que ocupan el trono imperial, Geta (Joseph Quinn) y Caracalla (Fred Hechinger), a alcanzar nuevas cotas de crueldad. El Imperio Romano prosigue su implacable avance por el mundo, expandiendo sus fronteras, saqueando todas las culturas que encuentra a su paso y obligando a los supervivientes a luchar por sus vidas en la arena del Coliseo.

Agua en el Coliseo. Lo nunca visto en una de las escenas más espectaculares de la película.

En ese sentido, en Gladiator II veremos a los gladiadores peleando con rinocerontes, simios que parecen perros salvajes y el ya comentado combate naval, que en nombre de Poseidón recrea la batalla de Salamina, que enfrentó a una alianza de ciudades-estado griegas con la flota del Imperio persa en el 480 a. C. en el golfo Sarónico.

Rinocerontes en el Coliseo.

El guion es de David Scarpa, que también escribió la anterior superproducción de Scott, Napoleón. Scarpa se enfrentó al reto muy consciente del desafío que supone rodar una secuela de una película cuyos personajes principales, en su inmensa mayoría, murieron. Pero ahí estaba Lucio. Al principio de Gladiator, Máximo es un líder del ejército romano que se enfrenta a un ejército de bárbaros. En la secuela, conocemos a Lucio como un bárbaro que defiende su hogar de los invasores romanos. Máximo era leal al emperador. Lucio odia Roma y todo lo que tenga que ver con ella.

La furia de Lucio y su odio a Roma

Scott dice que se fijó por primera vez en Paul Mescal en la serie de televisión angloirlandesa Normal People. “Me pareció que era una especie de Richard Harris cruzado con un muy joven Albert Finney. Parecía un actor muy sólido y con gran empatía. A medida que la historia que se narra en el guion empezaba a evolucionar, no dejaba de pensar en él. Sabía que era muy buen actor de teatro, lo que para mí es una ventaja. Los actores de teatro me ponen en mi sitio. Normalmente soy muy visual y me muevo como un rayo. A ellos les gusta hablar de la historia y los personajes entre toma y toma”.

Mescal y Pascal, obligados a luchar en el Coliseo

Estaba claro que Mescal encajaba físicamente en el universo Gladiator. En la secuela Lucio es el nieto de Marco Aurelio, precisamente el personaje de Richard Harris en la primera película que es asesinado por su hijo Cómodo. Si te pareces a este mítico actor, ya tienes algo ganado. Lo que no era tan evidente era si podría pasar de ser el joven sensible de Normal People a un temible gladiador romano. La cuestión quedó resuelta cuando Mescal confesó que había practicado rugby irlandés, un deporte que requiere dureza y más de un pequeño toque de insensatez. En cualquier caso, era una jugada arriesgada apoyar la elección de un actor tan joven para protagonizar y soportar el peso de una película tan grande. En ese momento Mescal todavía no había sido nominado al Oscar, algo que ocurrió el 24 de enero de 2023 cuando se anunciaron las candidaturas y él fue la gran sorpresa por su interpretación de un padre de vacaciones con su hija en Aftersun. Luego llegó el Premio Olivier al Mejor Actor por Un tranvía llamado deseo. Lucio es un papel excepcionalmente físico para cualquier actor. Para prepararse para el personaje, Mescal realizó un considerable entrenamiento de fuerza con Tim Blakeley, de Media Physiques. También tuvo que aprender a manejar la espada como un gladiador romano, además de muchas horas de gimnasio, pesas y una dieta muy estricta.

El general Acacio, el intrigante Macrino y Lucilla. Comienzan las conspiraciones.

Enfrente de Mescal, tenemos a Denzel Washington y sólo necesita un par de minutos para hacerse el dueño de la película. Macrino se convierte en el personaje más interesante, un manipulador que se mueve entre los poderosos con sigilo y mucha astucia. Sabe conducirse en el conflicto y en las intrigas. Washington está en plan Peter Ustinov en Quo Vadis (1951) y Espartaco (1961). Y cuidado que el recordado actor fue nominado al Oscar por las dos y por la segunda ganó el premio.

¿Estamos ante el próximo Oscar al mejor actor de reparto? Sería el tercero para Washington

 Macrino es un hombre absolutamente hecho a sí mismo. Es un antiguo esclavo que quiere no sólo su libertad, sino tener sus propios esclavos, con la furia de un hombre dispuesto a apoderarse de todo lo que se le ha negado. No quiere perder nunca el control. No quiere ser el emperador. Quiere ser el que controla al emperador. Para él, un gladiador puede tener carisma, también fuerza, pero lo mejor es la ira. “Pon tu ira a mi servicio”, le dice a Lucio. En realidad, no se preocupa por ninguna persona. Simplemente las utiliza. Si alguien no puede hacerle más poderoso, no le interesa.

Lucilla y el general. Las cosas se van a poner muy feas para los dos.

Pedro Pascal interpreta a Acacio, general romano y marido de Lucilla. Scott recuerda haber visto por primera vez al actor en la serie Narcos. “Pedro es muy divertido y muy educado. Pero me llevé una enorme sorpresa con él , porque también puede ser muy violento. Es un maestro con la espada. También es un actor muy, muy bueno”.

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