La historia de Jim (Le roman de Jim)

11 de abril de 2025 en cines

Dirigida por Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu

Guión Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu según la novela de Pierric Bailly

Reparto Karim Leklou, Laetitia Dosch, Bertrand Belin, Noée Abita, Andranic Manet, Eol Personne

Duración 1 h 41 m

Por qué hay que verla

La película, dirigida por los hermanos Larrieu (El amor es un crimen perfecto) es un melodrama que adapta la novela homónima de Pierric Bailly sobre un hombre que decide ejercer de padre de un hijo que no es suyo.

Su protagonista, Karim Leklou (Vincent debe morir) ganó el César al Mejor Actor gracias a su interpretación de Aymeric Bailly, al que conocemos a lo largo de 27 años de su vida. Un buen hombre, amable y cálido, de clase trabajadora, que un buen día decide ejercer como padre de Jim, un bebé al que acaba de dar a luz su amiga y pareja Florence (Laetitia Dosch). El vínculo entre Aymeric y Jim es muy estrecho, pero la situación da un giro cuando Florence decide volver con el padre biológico de Jim y mudarse a vivir a otro lugar, separando al niño del hombre que ha ejercido el rol paterno durante toda su vida.

La historia de Jim se estrenó fuera de competición en el Festival de Cannes (muchos críticos se preguntaron, visto el resultado, por qué no había sido incluida en su sección oficial), y ganó el Premio del Público en la última edición del Festival de Gijón.

Pierric Bailly se dirigió a los hermanos Larrieu para que se hiciesen cargo de la película, a pesar de que había muchos cineastas franceses interesados en hacerlo. «El libro tiene una fluidez narrativa muy profunda. El tiempo pasa, avanza y retrocede, y es un género que nunca antes habíamos explorado», afirma Arnaud Larrieu. Su hermano Jean-Marie define la película como un melodrama: «Pero un melodrama no artificial, sino que surge de la vida. Porque a lo largo de 27 años de existencia, es inevitable que haya desamores. Es un melodrama, así que se necesitaba emoción, pero tenía que surgir de los personajes y, por lo tanto, de los actores, y no de la manipulación. No buscábamos tristeza ni nostalgia, sino una emoción precisa», explica.


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