Pues el tercero es Sol Rojo (Soleil Rouge) (1971), un fascinante duelo rodado en Andalucía que arranca con el embajador de Japón de viaje en tren por los Estados Unidos de 1800. El tren va a Santa Fe y el embajador lleva un valioso sable de oro como regalo para el presidente de los Estados Unidos. El tren es asaltado por una banda capitaneada por Link (Charles Bronson) y Gauche (Alain Delon). En el atraco muere uno de los samuráis que custodian el sable y el otro, Kuroda (Toshirô Mifune) jura vengarse. También lo hace Link, que ha sido traicionado por Gauche. Los tres mejores westerns de la historia según John Huston

Una buddy movie en el Oeste
Como Link y Kuroda parten en busca de Gauche, del sable y del dinero en oro robado, estamos en una buddy movie cuando todavía no se utilizaba ese término para denominar las películas de colegas. “Todo este jaleo por un trozo de metal”, dice uno de los personajes. Los dos hombres llegan a San Lucas, donde está el burdel Maxime. Pepita (Capucine) es la madame y ahí trabaja Cristina (Ursula Andress), “una buena razón para que Gauche vaya allí”. Maria (Mónica Randall) es otra buena razón para que Kuroda se quede. Hay una Antigua Misión, ataques de indios, los protagonistas atrapados en un campo de hierbas altas y un casting de auténtico lujo, irresistible, podríamos decir, formado por un estadounidense (Bronson), un japonés (Mifune), un francés (Delon), una suiza (Andress) y un director británico, Terence Young. Dos de ellos, Alain Delon y Capucine, volaban a Francia y Suiza, respectivamente, los fines de semana y regresaban en helicóptero al lugar de rodaje cada lunes. Eran estrellas.

El gran Terence
Menos mal que Young era todo un veterano que ya había dirigido tres Bond, Dr. No (1962), From Russia with Love (Desde Rusia con amor) (1963) y Thunderball (Operación Trueno) (1965), además películas tan interesantes como That Lady (La princesa de Éboli) (1955), Storm over the Nile (Tempestad sobre el Nilo) (1955), Safari (1956), Moll Flanders (1965), Poppies Are Also Flowers (Las flores del diablo) (1966), Triple Cross (1966), Wait Until Dark (Sola en la oscuridad) (1967) y Mayerling (1968). De este interesante cineasta nunca suficientemente valorado, el “padre” cinematográfico de James Bond, Albert “Cubby” Broccoli, dijo: “era un hombre culto, había participado en la guerra y tenía relación con las esferas más altas del establishmen británico, todo lo cual resultaba útil para hacer aflorar las sutilezas del personaje de James Bond”.

Un tipo con estilo
Bob Simmons, legendario coordinador de especialistas de la saga 007, añadió que “era un tipo con mucho estilo. Un hombre muy de los años sesenta, muy Bond”. Pero el que más lejos llegó fue Peter Hunt, otro cineasta ligado a la saga del espía, primero como montador y luego como director: “Terence podía haber interpretado a James Bond. Fue su estilo y su adiestramiento de Sean Connery lo que convirtieron a James Bond en James Bond”. Al mismo tiempo que rodaba Solo Rojo, Terence Young también estaba preparando una biografía del artista Benvenuto Cellini, con un reparto que debía haber estado formado por cinco auténticas estrellas femeninas: Claudia Cardinale, Raquel Welch, Ursula Andress, Romy Schneider y Kim Novak.
Toshirô cocina para todos
Si algún periodista de la época tuvo el honor de visitar el rodaje de Sol Rojo, seguro que debió resultar una experiencia inolvidable. La estrella del cine oriental Toshirô Mifune (1920-1997) y actor fetiche de Akira Kurosawa no hablaba inglés y tenía siempre a su lado a Tetsu Nakamura, el encargado de interpretar al embajador japonés y con un excelente dominio del inglés. Lo que sí sabía hacer muy bien Mifune era cocinar y a eso se dedicó para placer de todo el equipo. Sol Rojo fue una película importante para muchos, como Charles Bronson, pues hizo de él una gran estrella en Japón.
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