Ya se puede decir, la segunda temporada de Feud: Capote vs. The Swans (HBO) es lo más parecido al clásico Mujeres (The Women) (1939), de George Cukor que hemos visto. Grandes estrellas interpretando a damas de la alta sociedad que se quieren porque son amigas, se detestan porque son enemigas, se enfadan y se despellejan mientras salen a la calle impecablemente peinadas, pintadas y vestidas para ir a comidas en los restaurantes más lujosos de la ciudad, se entretienen con confidencias telefónicas para poner verde a la que no está y de paso actualizar los últimos cotilleos. Naomi Watts, Diane Lane, Chloë Sevigny, Calista Flockhart, Demi Moore y Molly Ringwald listas para ir con sus mejores galas y sus uñas afiladas al último cocktail como lo estuvieron hace 85 años Norma Shearer, Joan Crawford, Rosalind Russell, Paulette Goddard y Joan Fontaine.
En el capítulo 1, Truman Capote (1924-1984) es invitado a un viaje de vacaciones en avión privado. Su íntima amiga Babe Paley (Naomi Watts) y su marido William Paley (Treat Williams) son sus anfitriones, encantados con recibir también a la célebre pareja formada por David O. Selznick (Scott Zimmerman) y su mujer, la estrella de cine Jennifer Jones (Jamie Askew). Él era uno de los hombres más poderosos de Hollywood, productor de Lo que el viento se llevó (1939) y Rebeca (1940), ganadoras del Oscar a la mejor película. Ella era una diva que había hecho Duelo al sol (1946) para Selznick y había ganado el Oscar a la mejor actriz casi con su debut en el cine en La canción de Bernadette (1943).
Jennifer Jones (1919-2009) y Truman Capote tenían además algo en común: la película La burla del diablo (1953), una disparatada comedia de John Huston con guion de Capote que protagonizó la actriz junto a Humphrey Bogart, Gina Lollobrigida y los roba escenas Robert Morley y Peter Lorre. Todd McCarthy apunta en su biografía de Howard Hawks que “hay media docena de rodajes en la historia de Hollywood que a uno le habría gustado presenciar”. El escritor habla fundamentalmente del de Tener y no tener (1944) y también nombra los de Intolerancia (1916), La reina Kelly (1932), Lo que el viento se llevó (1939), Ciudadano Kane (1941) y Rebelde sin causa (1955). La burla del diablo también podría pertenecer a ese grupo porque su rodaje fue más divertido y surrealista que la propia película.
En otro momento del capítulo 1, que es el piloto, Truman Capote cuenta la terrible historia de Ann Woodward (Demi Moore), la corista que se casó con el heredero más codiciado de Manhattan, el multimillonario William Woodward Jr., siempre a la sombra de su dominante madre, la respetable e influyente Elizabeth Ogden Cryder. Una noche que alguien calificó como la del “tiroteo del siglo”, Ann disparó a su marido, según ella porque le confundió con un ladrón. Esta historia la contó el escritor Dominick Dunne en la novela true crime Las dos señoras Grenville publicada en 1985. Dos años después, se llevó a la televisión en formato miniserie con Ann-Margret como Ann, Stephen Collins en el papel del heredero y Claudette Colbert, en la que fue su última aparición en pantalla, como su poderosa madre.
En el capítulo 2 vemos cómo Truman Capote se va a Hollywood para rodar Muder by Death (Un cadáver a los postres) (1976). Se trata de una de las comedias más divertidas de la historia del cine, una parodia sobre los clichés del relato de misterio, justo lo que ha hecho ahora Puñales por la espalda (2019), donde los detectives más famosos son reunidos en una mansión para resolver un asesinato. El guion es del gran Neil Simon, que se inspiró para crear los personajes en Miss Marple y Poirot de Agatha Christie, Nick y Nora Charles de Dashiell Hammett y el Charlie Chan de Earl Derr Biggers, entre otros. El reparto es espectacular y Capote interpreta al misterioso anfitrión. El escritor fue nominado al Globo de Oro en la categoría que ya no existe de Mejor debut en una película. Según ha contado Neil Simon, escribió el papel de Lionel Twain pensando en Truman Capote. Quería que el famoso escritor de Desayuno con diamantes (1961) se interpretara a sí mismo, pero Capote tenía otras ideas. «La intención original puede haber sido parodiarme a mí mismo, pero no es así como va a funcionar». Capote había querido hacer cine desde niño y Un cadáver a los postres fue su debut como actor. Luego sólo apareció en Annie Hall (1977), donde esta vez sí, se interpretaba a sí mismo.
En la fiesta de máscaras que celebró Truman Capote el 28 de noviembre de 1966 en el Hotel Plaza de Nueva York, llamada el Black and White Ball -considerada “la fiesta del siglo” porque si no estabas invitado no pintabas nada en la sociedad neoyorkina- y recreada en el capítulo 3 de la serie titulado Masquerade 1966, la invitada de honor fue Katharine Graham (1917-2001), la poderosa presidenta del Washington Post desde 1963 hasta su muerte al caerse de un caballo en 2001. Meryl Streep interpretó a esta gran dama de los medios de comunicación en Los archivos del Pentágono (The Post) (2017). En la serie es la actriz Marin Ireland la encargada de dar vida al personaje.
En el capítulo 4, Truman Capote nombra a Jodie Foster como posible invitada a una segunda fiesta que el escritor quiere celebrar debido al éxito de la primera. En ese momento Jodie era una actriz infantil, cuyo papel más famoso hasta la fecha había sido el de prostituta en Taxi Driver (1976), por la que fue nominada al Oscar. Este episodio está dedicado a Treat Williams, que murió en un accidente de moto en julio de 2023 a los 71 años.
Babe (Naomi Watts) tiene cáncer y le dice a su marido William Paley (Williams) que está muy cansada para enfadarse. La pareja termina bailando en el salón de su casa abrazados y al ritmo de la canción It’s Impossible, de Perry Como. Es una coincidencia, pero Lo Imposible (2013) es la película española por la que Naomi Watts recibió su segunda nominación al Oscar. En este episodio también conocemos a Kate Harrington, la joven modelo, hija de un ex amante de Capote y protegida de este. Este personaje lo interpreta Ella Beatty, hija de Warren Beatty y Annette Bening.
En el capítulo 5, Nancy “Slim” Keith (Diane Lane), el “cisne” más resentido con Capote tras la publicación de los secretos, hace un horrible comentario sobre Lauren Bacall (1924-2014). Lo cierto es que Slim descubrió a la actriz y esta fue creada a su imagen y semejanza. Slim (1917-1990) fue la segunda esposa del gran Howard Hawks, con el que estuvo casada de diciembre de 1941 a junio de 1949. Era una mujer espectacular, elegante y tremendamente atractiva. Cuenta Todd McCarthy en la biografía de Howard Hawks que “en el número de febrero de 1943 de Harper’s Bazar, Slim se fijó en una foto en color a toda página de una joven despampanante que posaba delante de una puerta con un cartel que decía “servicio de donantes de sangre de la Cruz Roja americana”. A Slim le pareció que esa joven, sorprendentemente parecida a ella, “desprendía un aire de pantera”. Le enseñó la imagen a su marido y este mandó que localizaran a la modelo. Se llamaba Betty Joan Perske, pero para el mundo fue Lauren Bacall. El resto es historia, con posiblemente el debut cinematográfico más espectacular de la historia del cine: la aparición de Bacall en Tener y no tener (To Have and Have not) (1944), dirigida por el marido de Slim, Howard Hawks.
En el capítulo 6, Truman Capote dice con cierta malicia que Sunny von Bullow “me recomendó estas pastillas”. Esta mujer de la alta sociedad fue interpretada por Glenn Close en El misterio von Bullow (Reversal of Fortune) (1990), película que le valió el Oscar a Jeremy Irons y que recrea el terrible caso de Claus von Bullow, condenado a treinta años de prisión por intentar asesinar mediante una sobredosis de insulina a su esposa, la socialité Sunny von Bullow. La mujer estuvo veintiocho años en estado vegetativo, desde diciembre de 1980 hasta que falleció en diciembre de 2008 en una residencia.
También Capote tiene veneno para el director Herbert Ross, aunque este recibirá lo suyo de verdad en el último capítulo.
En el capítulo 7 se habla del famoso empate en el Oscar a la mejor actriz entre Barbra Streisand y Katharine Hepburn, algo que no ha vuelto a pasar. Fue en la gala celebrada en el Dorothy Chandler Pavillion de Los Angeles el 14 de abril de 1969. Streisand ganó por el musical Funny Girl y Hepburn por el drama histórico El león en invierno. Un momento para la historia porque era la segunda vez que el premio de interpretación era compartido tras el empate en 1931 entre Wallace Beery por The Champ y Fredric March por Dr. Jekyll and Mr. Hyde. En el caso Hepburn-Streisand, un portavoz de la Academia aseguró que el recuento de votaciones se repitió innumerables veces para comprobar que las dos actrices habían conseguido, exactamente, el mismo número de votos. Tres días después, en una prestigiosa publicación cinematográfica de Hollywood apareció la siguiente carta: “Barbra Streisand ha sido admitida recientemente como miembro de la Academia (…). Es lógico suponer que Miss Streisand ha votado por sí misma. De otro modo hubiese perdido por un voto”.
Además de estos dos casos, el único otro empate en los premios de la Academia de Hollywood ocurrió en 2012, con el Oscar al Montaje de sonido repartido entre Zero Dark Thirty y Skyfall.
En ese capítulo 7, Capote lanza un chiste sobre Mae West (1893-1980) tremendamente cruel. En su favor hay que decir que la gran Mae West siempre fue el blanco favorito para todo tipo de comentarios. Una gran diva de Hollywood lista y desvergonzada, sin filtro en cuanto al sexo y sin edad. Era la diana más fácil para todas las lenguas viperinas. Mae West con 77 años eclipsó totalmente a una Raquel Welch de 30 en Myra Breckinridge (1970), por eso esta última dijo después que “estaba fascinada por trabajar con Mae West, principalmente porque siempre tuve la duda de si era un hombre o una mujer”. Alfred Hitchcock, por ejemplo, dijo en cierta ocasión que la actriz Lucile Fairbanks “tiene una voz ronca que recuerda a la que tenía Mae West en su juventud (si es que fue joven alguna vez)”. Y un periodista anunciaba el rodaje de la película Tonight Josephine, donde “veremos a Mae West haciendo el amor a Napoleón, de quien algún mal intencionado ha dicho que es contemporánea”. En ese momento la estrella tenía 68 años. Claro que Mae era mucha Mae y tampoco se mordía la lengua. Sirva esta frase como muestra: “Cuando Marlene Dietrich se ofreció a lavarme el pelo en mi camerino, tuve que rechazarla; me temo que no se refería al pelo de mi cabeza”.
En el capítulo ocho y último, Truman Capote hace referencia a su visita al corredor de la muerte, “con esos chicos de Kansas” donde aprendió que “la gente quiere perdonar y que la perdonen”. Para conocer más sobre la relación del escritor con “esos chicos de Kansas”, Richard Hickock y Perry Smith, acusados de asesinar a un matrimonio y a sus dos hijos adolescentes en una apartada granja, conviene leer la novela A Sangre Fría, publicada en 1965, donde Capote inventa el True Crime con la crónica de ese crimen, y recuperar las excelentes películas Capote (2005), de Bennett Miller, con Philip Seymour Hoffman como el escritor y Clifton Collins Jr. en el papel de Perry Smith, y Infamous (Historia de un crimen) (2006), de Douglas McGrath, con Toby Jones como Capote y Daniel Craig en el papel de Perry.
En este capítulo 8 vemos a Lee Radziwill (Calista Flockhart), el flamante “cisne” que fue cuñada del presidente de los Estados Unidos. Cuando Capote la toma con ella y se dispone a despellejarla, Lee estaba casada con “un cineasta menor que todos sabían era un gay con lengua ácida, especializado en películas de ballet”. Este cineasta no es otro que Herbert Ross (1927-2001) y su película de ballet es Paso decisivo (The Turning Point) (1977), un drama de amistad entre dos mujeres que protagonizaron Anne Bancroft y Shirley MacLaine y tiene el honor de figurar en la historia de los Oscar como la película con mayor número de nominaciones (11) sin ganar ningún premio (empatada con El color púrpura). Ross también dirigió entre otras Sueños de un seductor (Play It Again, Sam) (1972), El fin de Sheila (1973), Funny Lady (1975), La pareja chiflada (The Sunshine Boys) (1975), La chica del adiós (1977), California Suite (1978), Footloose (1984) y Magnolias de acero (1989). 12 intérpretes fueron nominados al Oscar por sus películas y tres de ellos ganaron el premio.