Las 10 mejores adaptaciones al cine de obras de Agatha Christie

El 15 de septiembre se estrena Misterio en Venecia (A Haunting in Venice), la tercera película que dirige Kenneth Branagh basada en una novela de Agatha Christie (en esta ocasión Hallowe’en Party, publicada en España con el título de Las Manzanas). El cineasta nos ofrece una versión muy libre de la historia, porque lo más cerca que ha estado Agatha Christie de Venecia fue cuando en un momento de la película Muerte en el Nilo (1978), Simon Doyle acusa a Jackie de seguirlo a él y a Linnet, porque la vieron en «el Danieli en Venecia». 

La escritora no ambientó ninguna de sus novelas en la ciudad de los canales, y ese es el gran cambio que se atreven a hacer Branagh y su guionista habitual, Michael Green. 

Estas son otras 10 adaptaciones al cine de novelas de Agatha Christie que jugaron con fuego y, aunque algunas enfadaron a la escritora, ninguna terminó chamuscada.

Marlene Dietrich y Charles Laughton, minutos antes del impactante desenlace

Testigo de Cargo (Witness for the Prosecution) (1957) Billy Wilder

Primero fue relato corto, luego obra de teatro estrenada en el Winter Garden Theatre de Londres un 28 de septiembre de 1953 y terminó como “la única película basada en una de mis obras que valía algo”, según mantuvo Agatha Christie durante años (hasta que se estrenó en 1974 Asesinato en el Orient Express).

Lo cierto es que Testigo de cargo es la mejor adaptación al cine de un texto de la escritora, con un arrollador Charles Laughton como un abogado criminalista muy astuto, una fascinante Marlene Dietrich, Tyrone Power en una de las mejores interpretaciones en un papel pensado para William Holden (Powell siempre dijo que la consideraba una de las tres únicas películas de su carrera de las que estaba realmente orgulloso), una divertidísima Una O’Connor (la única del elenco original de la obra en Broadway que repitió su papel en la pantalla) y el juramento expreso del público que entraba en el cine de “no revelar bajo ningún concepto el final de la película”.  

El dato: El protagonista Charles Laughton fue el primer actor en interpretar al detective Hercule Poirot. Fue en el West End en 1928 en la obra Alibi, adaptada de la novela de Christie El asesinato de Roger Ackroyd.

Seis nominaciones al Oscar: Película, Actor (Laughton), Actriz secundaria (Elsa Lanchaster), Director, Sonido y Montaje.

Más estrellas que en el firmamento y Poirot a punto de desvelar el misterio

Asesinato en el Orient Express (Murder on the Orient Express) (1974) Sidney Lumet

Un reparto como pocas veces se ha visto en la historia del cine, cuyos nombres aparecen en los títulos de crédito por orden alfabético, sin duda para evitar líos de egos, y un suceso real como base de la trama (el secuestro y asesinato del hijo del famoso aviador Charles A. Lindbergh en 1932. La novela se publicó en 1934). Muchas de las estrellas admitieron en entrevistas que su principal razón para aceptar participar en la película fue la oportunidad de conocer y trabajar con los demás miembros del reparto. El director Sidley Lumet pensó que la mejor manera de reunir un elenco tan espectacular era contratar primero a la estrella más importante. En 1974, ese era Sean Connery, a quien Lumet había dirigido anteriormente en tres ocasiones. Una vez que entró Connery, el resto del casting quedó cerrado en cuestión de semanas.

Agatha Christie lo tuvo siempre claro, la novela “exige un planteamiento y una técnica extremadamente minuciosos”. El tren de lujo Orient Express (Estambul-Calais) parado en un inhóspito lugar de los Balcanes, un asesinato, un montón de sospechosos atrapados y un final demoledor y sorprendente. 

A la escritora la película no le disgustó y hasta fue al estreno el 21 de noviembre de 1974 en el cine Royal de Londres (fue una de las últimas ocasiones en las que asistió a un acto público antes de fallecer en 1976) y le agradó bastante la interpretación de Albert Finney como Poirot. 

El dato: A pesar de que siempre había dicho que esta novela, una de sus predilectas, no iba a llevarse nunca a la pantalla, la escritora terminó vendiendo los derechos gracias a la intermediación del exvirrey de la India Lord Mountbatten, viejo amigo de Christie y suegro de John Brabourne, productor de la película.  

Récord del mayor número de premios acumulados entre los miembros del reparto de una película. En total, 45 premios importantes en sus carreras, incluyendo ocho Oscar y 25 nominaciones, 16 Globos de Oro y 32 nominaciones, nueve premios BAFTA y 29 nominaciones, seis premios Emmy de televisión y 17 nominaciones, y seis premios Tony en Broadway. Si contamos a todo el equipo de la película, suman 58 nominaciones al Oscar y 14 premios.

Seis nominaciones al Oscar y un premio: Actor (Albert Finney), Actriz secundaria (Ingrid Bergman, ganadora), Guion adptado (Paul Dehn), Fotografía, Vestuario y Banda sonora.

Linnet Ridgeway (Lois Chiles) y su nuevo marido, Simon Doyle (Simon MacCorkindale), que antes fue novio de su mejor amiga

Muerte en el Nilo (Death on the Nile) (1978) John Guillermin

El éxito de Asesinato en el Orient Express (1974) originó esta segunda película de los productores John Brabourne-Richard Goodwin. Con guion del dramaturgo y escritor Anthony Shaffer (autor de la obra La Huella y del guion de Frenesí, de Hitchcock) y un nuevo y espectacular reparto (entre ellos suman un total de veintiocho nominaciones al Oscar con ocho victorias), la trama nos lleva a Egipto y está inspirada en las vacaciones que la escritora pasó allí en 1937 (varias escenas se rodaron en el Old Cataract Hotel de Asuán, donde se había alojado Christie casi 40 años antes).

Estaba previsto que Albert Finney repitiera en el papel de Poirot, pero el actor rechazó la propuesta porque el maquillaje que tuvo que usar para la primera película le había resultado tan incómodo en el caluroso interior del tren, que se negó a pasar por la misma experiencia, esta vez a temperaturas mucho más elevadas. Peter Ustinov fue elegido en su lugar y con esta película el magnífico actor iniciaría su relación con Poirot, al que interpretaría en un total de seis ocasiones.

Si los finales de Testigo de cargo y Asesinato en el Orient Express provocaron un shock en los espectadores, el de Muerte en el Nilo no se quedaba atrás, con un triángulo amoroso cuyo centro es la fascinante, millonaria y caprichosa Linnet Ridgeway (interpretada por la no menos fascinante Lois Chiles) y un enrevesado plan de asesinato a bordo del vapor Karnak.

En una adaptación de la novela para la serie de televisión Poirot, Emily Blunt interpretó a Linnet y en la versión de 2020 para el cine fue Gal Gadot.

Y no podemos olvidar a la escritora de novelas rosas Salome Otterbourne, con los rasgos de la inolvidable Angela Lansbury (y de Frances de la Tour en la película para televisión).

Diez negritos (And Then There Were None) (1945) René Clair

Es la novela de Agatha Christie que más ha sido adaptada al cine (diez veces), más dos versiones para la televisión. Y es la que más títulos diferentes ha tenido, empezando por Ten Little Niggers, en la edición británica de 1939, And Then There Were None, en la norteamericana de 1940, y Ten Little Indians en la británica de 1965.

Esta fue la última película en Hollywood del francés René Clair, donde había llegado en 1940. Con guion del famoso Dudley Nichols y, como sería habitual en el cine de Christie, un reparto de lujo (Barry Fitzgerald, Walter Huston, Louis Hayward, Judith Anderson, C. Aubrey Smith, Mischa Auer, June Duprez y Roland Young), estos Diez negritos marcarían la pauta a futuras versiones, incluyendo un final muy distinto al de la novela. Agatha Christie dijo que la película “No valía nada” y fue más lejos años después asegurando que se había ahorrado bastantes disgustos manteniéndose alejada del cine y de las versiones cinematográficas de sus novelas.

Por lo menos sirvió para que Walter Huston comprara con el dinero que le pagaron más tierras y más ganado en su nueva profesión de ranchero.

La gran Margaret Rutherford ve algo siniestro a través de la ventanilla del tren

El tren de las 4.50 (Murder she said) (1961) George Pollock

De las cuatro películas producidas por MGM en Gran Bretaña, basadas en novelas de Agatha Christie y dirigidas por George Pollock con Margaret Rutherford como Miss Marple, esta es la que destacamos, entre otras cosas porque fue la única que respetó casi al completo la novela original, titulada 4:50 from Paddington, aunque la testigo del asesinato en el tren es una amiga de Marple, Mrs. McGillicuddy, y no la adorable y entrometida anciana, como ocurre en la película. La novela también se conoce como What Mrs. McGillicuddy Saw!

Las otras tres películas de la serie fueron Murder at the Gallop (Después del funeral) (1963), que la escritora definió como “una idea increíblemente estúpida” (la de Miss Marple en una escuela de equitación), Murder Must Foul (La señora McGinty ha muerto) (1964), y Murder Ahoy (Asesinato a bordo) (1964). Las dos primeras eran novelas de Poirot, sustituido por Miss Marple en las adaptaciones (esta sí una idea increíblemente estúpida, pues había material de sobra para recurrir a historias originales de Marple), y la tercera partía de un guion original (otra idea increíblemente estúpida). Agatha Christie montó en cólera, sobre todo por lo que hicieron en esta última y, aunque admiraba a la fantástica Margaret Rutherford, no estuvo de acuerdo con su peculiar interpretación de Marple, muy alejada de cómo se presentaba en las novelas. La de la actriz era una mujer desgarbada, oronda, cómica, alocada y casi heroína de acción. “Si fue o no de mi agrado, eso lo sé yo, y mis dolores de cabeza me costó”, comentó la escritora. 

En cualquier caso, Christie le dedicó a Rutherford la novela El espejo se rajó de parte a parte, publicada en 1962.

Kim Novak y Elizabeth Taylor, arpías en acción

El espejo roto (The Mirror Crack’d) (1980) Guy Hamilton

No debería estar en esta lista porque no es tan buena, pero es irresistible. Fue la tercera película de la serie de Brabourne-Goodwin tras Asesinato en el Orient Express (1974) y Muerte en el Nilo (1978). 

El espejo roto fue una de las pocas tramas ideadas por Agatha Christie que estaba basada en un hecho real. En este caso, en un suceso terrible que le ocurrió a la actriz Gene Tierney en 1943. La historia nos lleva a la mansión de Gossington Hall en St. Mary Mead, donde se ha instalado un equipo de Hollywood para rodar una película sobre María Reina de Escocia. Miss Marple anda por ahí y Angela Lansbury se convierte en la segunda actriz en interpretar en la gran pantalla a la detective aficionada con “un saludable interés por la naturaleza humana” después de Margaret Rutherford.

En una entrevista en 1998, Lansbury afirmó que interpretar a Miss Jane Marple fue «fantástico» y que «disfrutó» mucho, pero pensaba sinceramente que la película era «espantosa». Y, efectivamente, no funcionó, hasta el punto de que los planes de los productores pasaban por rodar una segunda película con Miss Marple, basada en la novela Se anuncia un asesinato, que nunca llegó a realizarse.

En cualquier caso, El espejo roto es lo que se llama un placer culpable, aunque sólo sea por ver a cuatro mitos del cine, Elizabeth Taylor, Kim Novak, Rock Hudson y Tony Curtis, despellejándose vivos.

“Levanta la barbilla, que no se te note la papada”, le dice Novak a Taylor. Mientras, Geraldine Chaplin, en su papel de secretaria atareada de un lado para otro, mira a las dos protagonistas y suspira: “sólo se besarían para contagiarse una pulmonía”. Y la guerra continúa. Taylor piensa que Curtis, como el productor de la película, es “un sapo baboso” y que Novak es una “asquerosa rubia oxigenada”. Esta última no se calla y llama a Taylor “vaca gorda” y del trabajo de Rock Hudson, como el director de la película, asegura que “me trago una lata de Kodak y vomito una película mejor”.

Maggie Smith en una cala de Mallorca antes del asesinato

Muerte bajo el sol (Evil Under the Sun) (1982) Guy Hamilton

John Brabourne y Richard Goodwin pusieron fin a su serie cinematográfica sobre adaptaciones de novelas de Agatha Christie con esta película, la cuarta, que no funcionó bien en la taquilla. La franquicia terminó con esta intriga que cambia el escenario de la novela original (el condado de Devon) por una isla en el mar Adriático que no era otra que Mallorca, donde se rodó la película. El guionista Anthony Shaffer dijo sobre este punto que «la localización es importante. La isla debería ser una estrella. Así como lo era el barco de vapor en Muerte en el Nilo (1978) y el Orient Express.» 

Fue, además, la segunda vez que Peter Ustinov interpretó a Hercule Poirot (en total lo haría en seis ocasiones) y el rodaje debió ser una maravilla, con ese escenario paradisiaco de calas mallorquinas, la música de Cole Porter, Roddy McDowall imitando la forma de hablar de Tallulah Bankhead y la inolvidable Diana Rigg interpretando a una diva de los escenarios. No es de extrañar que otra de las protagonistas, Sylvia Miles, dijera que este rodaje había sido “la mejor experiencia de toda mi vida”.

Donald Sutherland y Christopher Plummer, un crimen pasado y la necesidad de reparar la injusticia

Culpable de inocencia (Ordeal by Innocence) (1984) Desmond Davis

Adaptación de una de las novelas preferidas de Agatha Christie de entre todas las que había escrito. Con Brabourne y Goodwin fuera de servicio, entró la productora Cannon Films, y esta fue la primera de las tres adaptaciones de la escritora que hicieron los inefables primos Menahen Golan y Yoram Globus. Esta, sin duda, fue la mejor, porque las dos siguientes, Cita con la muerte (1988) y Muerte en el safari (1989), eran realmente espantosas, sobre todo la última, con los Diez negritos de safari por África.

En Cannon uno podía esperar cualquier cosa y, como dijo Christopher Pierce, vicepresidente, “teníamos muy mala fama en Hollywood, de sucios y rastreros. Y lo éramos».

Así las cosas, este no fue un rodaje feliz. Donald Sutherland, el protagonista de la ingeniosa trama ideada por Christie, parece ser que se comportó como un divo y fueron muchos sus ataques de furia. También estaba por ahí Faye Dunaway, en un papel secundario, con sus exigencias y su mal genio. Hay que recordar que Bette Davis le dijo en una entrevista a Johnny Carson que Faye era la peor persona con la que había trabajado (peor que Miriam Hopkins, con la que Davis se llevó a matar).

Aun así la producción está muy cuidada, Christopher Plummer está como siempre soberbio y la intriga se mantiene porque la base original era de lo mejor que escribió Christie.

Poirot y el terrible dilema del Orient Express

Asesinato en el Orient Express (Murder on the Orient Express) (2017) Kenneth Branagh

Kenneth Branagh dirige y protagoniza (en el papel del detective Hercules Poirot) una nueva adaptación de la novela. 

En esta versión, la trama es más o menos la misma. «Soy un enamorado del trabajo de los grandes narradores de historias, así que cuando vuelves a un relato como el de Agatha Christie, no sólo tienes una tremenda obra de entretenimiento, sino que también tienes algo que toca muy profundamente, porque habla de la pérdida, el dolor y la venganza, con muchos personajes marcados por secretos emocionales”.

El Orient Express es un tren de lujo y así lo vemos también en esta película que, menos mal, respeta la época de la acción original y no trata de modernizar nada. “El tren en sí es el gran protagonista de la película”, dijo Branagh. «Sí, porque puede ser emocionante, glamuroso, romántico, letal… Además, se encuentra en un lugar peligroso, el ambiente es claustrofóbico y ahí es donde surgen el drama y el conflicto, que es la materia de la buena narración». Branagh consiguió su objetivo, que el espectador viaje en el tren, gracias a la atención al detalle en todos y cada uno de los decorados, “sentir la comida, las flores, los objetos, las alfombras, las obras de arte…, hasta la forma en que se cortan las verduras”.

Los pasajeros de este Orient Express son también figuras estelares: por un lado, Johnny Depp como Edward Ratchett, Derek Jacobi en el papel de su mayordomo Masterman y Josh Gad como su asistente, Hector McQueen. Estos personajes los interpretaron en el filme de 1974, respectivamente, Richard Widmark, John Gielgud y Anthony Perkins.

Michelle Pfeiffer es la norteamericana Sra. Hubbard y Daisy Ridley es la inglesa Mary Debenham y heredan los papeles de Lauren Bacall y Vanessa Redgrave. 

Lucy Boynton es la condesa Andrenyi, que viaja con su esposo, un famoso bailarín, interpretado por el verdadero bailarín ucraniano Sergei Polunin. En el film de 1974 estos personajes los hicieron Jacqueline Bisset y Michael York.

Judi Dench es la princesa Dragomiroff, esa imponente señora a la que su médico “desaconseja sonreír”, y Olivia Coleman es su dama de compañía, Hildegarde Schmidt. Una curiosa relación que recrearon en el pasado Wendy Hiller y Rachel Roberts. Willem Dafoe es Gerhard Hardman y Penélope Cruz es una misionera y enfermera española. En la película de Lumet, Colin Blakely era Hardman, un policía con muchos secretos, e Ingrid Bergman una misionera sueca.

El actor mexicano Manuel Garcia-Rulfo es el comerciante cubano Biniamino Marquez, Leslie Odom Jr. es el médico inglés Arbuthnot, Marwan Kenzari es el encargado del tren y Tom Bateman es Bouc, el director de la Compañía Internacional de Coches Cama y asistente bastante brillante de Poirot en la investigación. Con diferentes nombres, estos personajes los hicieron en 1974, respectivamente, Denis Quilley, Sean Connery, Jean-Pierre Cassel y Martin Balsam.

Y por supuesto, Kenneth Branagh es Poirot, con su característico bigote, que para el cineasta es “a la vez una protección y una provocación”. El director confesó que no quiso volver a ver la película de 1974. “Y de manera consciente. Nuestro objetivo era tratar de encontrar un nuevo enfoque. Las historias clásicas merecen la pena volver a contarse, ya sabes, es como si escuchas una gran pieza musical a lo largo de toda tu vida, pero siempre en versiones diferentes”.

Glenn Close, demasiados secretos en La Casa torcida

La casa torcida (Crooked House) (2017) Gilles Paquet-Brenner

“Ahora, de repente, Agatha Christie vuelve a ser tendencia. ¿Quién se lo hubiera imaginado?”, dijo Glenn Close, una de las protagonistas de esta película cuando comprobó que, efectivamente, la escritora volvía a estar de moda en el cine (con esta y el Orient Express de Branagh). La casa torcida es la adaptación al cine de una de las novelas más inquietantes de la escritora inglesa, sobre un asesinato y una familia rodeada de un venenoso ambiente cargado de amargura, resentimiento y envidia. La novela se publicó en 1949 y Christie siempre la consideró una de sus favoritas. Como dice uno de los miembros de esta terrible saga: “Somos una familia extraña con distintos tipos de crueldad. Eso es lo más inquietante, los distintos tipos”. 

Cuesta creer que La casa torcida no goce de la misma fama que algunas de las novelas más conocidas de Christie. Quizá el inesperado final tenga que ver con que nunca antes se había llevado al cine o la televisión: es tan sorprendente que los editores incluso pidieron a la escritora que lo cambiara. 

Hasta Alejandro Amenábar comenta en el libro entrevista Amenábar. Vocación de intriga, de Oti Rodríguez Marchante (Ed. Páginas de Espuma), que leyó de niño La casa torcida y “su asombroso desenlace fue algo que yo nunca calculé, ni siquiera que se pudiera escribir una historia con una sorpresa final. Aquello me impactó mucho”.

Como dijo el director, el francés Gilles Paquet-Brenner, “pensé que sería todo un reto llevar ese final al cine, pero que había que mantenerlo”. Los productores apaciguaron sus temores: cualquier intento de cambiar el final impediría el uso del nombre de Agatha Christie. Lo que sí se cambió fue la época donde transcurre la acción. De 1947, el año en el que se ambienta el libro, a 1956-57 con el trasfondo de la turbulenta crisis del Canal de Suez y el mundo a punto de sufrir una enorme transformación cultural.

En el reparto, además de Glenn Close, tenemos a Christina Hendricks, que se inspiró para crear su personaje, la joven segunda esposa de Aristide Leonides, en Marilyn Monroe, el veterano Terence Stamp, Gillian Anderson y Honor Kneafsey, esta última en el personaje clave de Josephine Leonides, la adolescente “fea y desgarbada, aunque sumamente espabilada”, en palabras de Agatha Christie.  

Y no hay que olvidar el personaje clave, Three Gables, la imponente mansión de los Leonides, que en el cine parte de cuatro edificios distintos tanto para crear los interiores como los exteriores.

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