El tiburón gigante prehistórico que ha sobrevivido en nuestros tiempos nació en la novela de 1997 Meg: A Novel of Deep Terror, del escritor norteamericano Steven Alten, nacido en Filadelfia en 1959.
El éxito de este primer libro dio pie a una secuela, Meg: La Fosa (The Trench) (1999), y luego ya la furia del Megalodón fue imparable: sucesivas novelas publicadas en 2004 (Meg: Primal Waters), en 2009 (Meg: Hell’s Aquarium), en 2011 una precuela (Meg: Origins), en 2016 (Meg: Nightstalkers), en 2018 (Meg: Generations) y la última, Meg: Purgatory (2022).
En 1997, cuando se publicó el primer libro, Disney compró los derechos de la novela por casi un millón de dólares. El estreno de la excelente Deep Blue Sea (1999) provocó cambio de planes y Disney aparcó el proyecto pensando que ya había suficientes tiburones en el cine.
Steve Alten, frustrado por la falta de movimiento, decidió escribir su propio guion, un texto que llegó a las manos de Guillermo del Toro y luego a las de Jan De Bont, en ese momento toda una estrella por los éxitos de sus películas Speed (1994) y Twister (1996).
El estudio detrás de este nuevo intento de llevar Meg al cine era New Line Cinema, que se hizo cargo del proyecto en 2005. Pero volvió a cancelarse.
Por fin en 2018 Meg llegaba a los cines, no sin antes sufrir un nuevo y serio revés: el director elegido, Eli Roth, fue reemplazado por Jon Turteltaub. Roth se fue debido a diferencias creativas con el estudio, ya que quería que la película mantuviera tanto su clasificación R como un presupuesto de 150 millones de dólares. También se dijo que Roth, además de escribir y dirigir, quería interpretar el papel principal de Jonas, pero el estudio se negó.