Cuando el productor Paul Brooks (las sagas de Mi gran boda griega y Dando la nota) vio por primera vez la española Campeones (2018), inmediatamente se enamoró de la película. «Estaba desesperado por hacer una versión. Creo que es una película mágica, algo increíblemente original que habla de la condición humana de la manera más inteligente y divertida (pero tierna). Ciertamente nunca antes había visto algo así”.
Jeremy Plager, productor de la película junto a Brooks, también es el agente de Woody Harrelson, así que le habló a su cliente del proyecto. Plager primero le pidió a Harrelson que viera Campeones antes de decidir nada. El actor vio la película e inmediatamente dijo que quería estar dentro (al final, está como protagonista, en el papel que hizo Javier Gutiérrez, y como productor ejecutivo). «Y luego leí el guión y me encantó. Es una historia hermosa, conmovedora y sorprendente. Es muy raro encontrar una joya como ésta, tan especial, tan llena de risas y que te llega al corazón”, recuerda Harrelson.
El siguiente paso era encontrar un director apropiado. Y ahí fue Harrelson quien dio el paso al sugerir a su amigo Bobby Farrelly porque «entiende la comedia, pero también entiende el patetismo».
Harrelson y Farrelly colaboraron por última vez en Vaya par de idiotas (Kingpin) en 1996, pero se conocen desde hace mucho más tiempo, como recuerda el director. «Mi hermano Peter y yo nos mudamos a Los Ángeles para convertirnos en guionistas, conocimos a Woody, que también se acababa de mudar, y Pete terminó viviendo con él. Hemos sido amigos desde entonces. Por eso sé lo divertido que es y la fuerza creativa que tiene. Es una persona única y maravillosa, realmente inteligente y un actor brillante. En realidad, es un tesoro nacional”.
La admiración entre la pareja es mutua. «Bobby siempre ha sido un amigo maravilloso. Es una persona profunda y tiene un sentido del humor increíble. Siempre he dicho que Bobby y Pete están entre las tres personas más divertidas que conozco. Son absolutamente tronchantes, pero al igual que en sus películas, hay mucho corazón en ellos. Entonces, cuando surgió este proyecto, supe que él tenía que ser la persona que lo dirigiera. Me alegro de que haya dicho que sí”.
Y para Farrelly, no fue una decisión difícil de tomar. “Cuando vi la película original pensé que era una gran, gran historia. Hay mucho drama, mucha emoción, pero también mucha comedia, así que realmente lo tenía claro. Es una historia hermosa sobre un tipo que sigue sus ideas preconcebidas sobre cómo son las personas. Él les enseña baloncesto, pero al final ellos le enseñan a convertirse en una mejor persona”.