Historia de la casa Marsten, en lo alto de la colina de Salem’s Lot

Jerusalem’s Lot es una ciudad ficticia creada por Stephen King como escenario de muchas de sus novelas, hasta crear un universo literario muy entretenido. Inspirada en la ciudad donde el escritor creció, Durham, en el condado de Maine, si repasamos con atención los relatos y novelas de King, se puede trazar una cronología de la historia de Jerusalem’s Lot (Salem’s Lot).

En el relato corto Los misterios del gusano nos enteramos de que en 1710 el sacerdote James Boon, líder de una secta, funda la ciudad. Unos años después, Bonn y su parroquia desaparecen misteriosamente. En la novela El misterio de Salem’s Lot, publicada en 1975 y la segunda de su carrera tras Carrie, Stephen King recupera ese lugar ficticio y ya en el siglo XX nos cuenta la terrible historia de la casa Marsten. El escritor rinde homenaje al Drácula de Bram Stoker, a la colección EC Comics (Historias de la cripta) y se imagina un vampiro que en vez de llegar desde lejanas tierras para instalarse en Inglaterra lo hace en Nueva Inglaterra, en el estado de Maine (que es donde King ubica Salem’s Lot).

El protagonista es Ben Mears, escritor que regresa a Jesrusalem’s Lot, donde pasó su infancia, para investigar sobre la inquietante y maldita Casa Marsten, la mansión que domina el pueblo desde una colina y arrastra un sangriento historial de muertes. Mears sabe que en 1928 Hubert Marsten se instaló en la casa con su familia. En 1939, Marsten asesinó a su mujer y luego se suicidó. En 1975 es cuando Mears regresa al pueblo para escribir esa novela sobre la casa y entonces descubre que un tal Richard Straker vive allí porque acaba de abrir una tienda de antigüedades en el pueblo. Este siniestro personaje no está solo. Le acompaña un enigmático austriaco llamado Kurt Barlow que resulta ser un vampiro.

En 1987, King declaró en la revista Playboy que El misterio de Salem’s Lot «en cierto modo es mi historia preferida por lo que cuenta de las ciudades pequeñas, esa especie de organismos que mueren a fuego lento. En ella me siento como en casa. Una casa encantada, por supuesto».

El éxito de Carrie (1976) acelera la adaptación al cine de Salem’s Lot. Pero las más de 400 páginas de la novela se convierten en un obstáculo y varios guionistas prestigiosos se estancan con el guion. Al final, Warner Bros. decide olvidarse del cine y adaptar el libro en formato miniserie de tres horas. David Soul interpreta a Ben Mears y James Mason a Straker, el anticuario. Estamos en 1979 y el fichaje estrella es el director Tobe Hooper, todavía saboreando el exitazo de La matanza de Texas (1976). Según Matthieu Rostac y François Cau en el libro Stephen King. Guía ilustrada del mestro del terror, «Hooper filma la Marsten House como el Bates Motel de Psicosis y a Kurt Barlow como Nosferatu, aun cuando King había imaginado su personaje como un maestro del mal seductor, más cercano al Drácula interpretado por Christopher Lee en las películas de la Hammer». La serie se conoce en España como Phantasma II, un ridículo intento de los distribuidores al mezclar la película de Don Coscarelli Phantasma (1979) con esta producción que nada tenía que ver.

David Soul y James Mason

Lo importante es que Marsten House a estas alturas ya estaba en la cima de las casas encantadas más famosas del mundo, al lado de Ca’Dario, que es real y está en Venecia, Amityville, que es más real todavía y está en el estado de Nueva York, o las ficticias Belasco House, de la novela La Casa infernal (Hell House), de Richard Matheson publicada en 1971, Hill House, creada por Shirley Jackson en 1959 o la siniestra Eel Marsh de Susan Hill.

En 2004 Marsten House volvió a nuestras vidas en otra miniserie con Rob Lowe (Ben Mears), Donald Sutherland (Richard Straker) y Rutger Hauer (Kurt Barlow). Según Rostac y Cau «Salem’s Lot sigue siendo tan famélico como el carisma de Rob Lowe».

De izquierda a derecha Makenzie Leigh, la chica de la biblioteca que se queda prendada del escritor, Lewis Pullman, a su lado. Alfre Woodard, Jordan Preston Carter, el niño fan de los monstruos, y el peculiar sacerdote interpretado por John Benjamin Hickey.

La maldición de la casa Marsten llega hasta nuestros días. En la versión 2024 nos encontramos a Stephen King como productor ejecutivo y al gran James Wan como productor a secas. En el reparto no hay muchos rostros conocidos y eso resta porque los elegidos tienen el carisma de Rob Lowe. Lewis Pullman, por ejemplo, que interpreta al escritor que regresa a su pueblo de la infancia. Se salva Alfre Woodard, como una médico con agallas, y Spencer Treat Clark, el niño Lucius en Gladiator (2000), personaje que es el protagonista de la secuela también dirigida por Ridley Scott pero no con sus rasgos sino con los de Paul Mescal. Él se tiene que conformar con interpretar aquí a Mike, un enterrador que termina muy mal. Ambientada en 1975, vemos cómo todo el pueblo de Salem’s Lot se reúne en el autocine para ver en sesión doble The Drowning Pool (Con el agua al cuelo) y Night Moves (La noche se mueve).

Es curioso cómo, pese a todos los intentos, el lugar de la Casa Marsten parece ser la televisión. Con esta última versión ha pasado lo mismo. Estaba pensada para estrenarse en cines y en el último momento Warner la mandó a su plataforma, MAX, donde se puede ver desde el 3 de octubre. El director Gary Dauberman todavía no se ha recuperado del disgusto.

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