Ha dicho el gran Paul Greengrass, cineasta inglés que hace películas muy buenas en Hollywood, que, en su caso, la realidad casi superó la ficción. Cuenta que estaba montando The Lost Bus cuando se desataron los incendios que arrasaron Los Angeles a principios de 2025. Él estaba contando lo mismo en su película. Aunque en su caso, la historia estaba basada en los incendios que convirtieron el norte de California a finales de 2018 en un verdadero infierno (el título de la película en España es Laberinto en Llamas).

“Jason Blum y Jamie Lee Curtis, productores de la película, casi pierden sus casas. Fue uno de esos casos en los que la realidad se coló en la historia. Y en ese momento, la verdad es que sientes que lo que has hecho es una especie de cosa insignificante. Pero luego, ya sabes, sentí lo que siento ahora, que el mundo está ardiendo. Estos enormes incendios incontenibles están presentes en todo el mundo, y están empeorando. Cada vez hay más y forman parte de los terrores globales de nuestra época. Así que hacer una película con personajes accesibles que refleje esa realidad, creo, es algo bueno para el cine».

Matthew McConaughey interpreta en esta historia -basada en el libro Paradise: One Town’s Struggle to Survive an American Wildfire, de la ex reportera del San Francisco Chronicle Lizzie Johnson-, a Kevin McKay, un tipo cuya vida es un desastre “por algún motivo”, como le dice su ex mujer. Trabaja como conductor de un autobús escolar, llevando niños a la escuela Ponderosa, entre caminos de tierra y bosques frondosos. Cuando se desata el infierno, aparecerá un motivo inesperado para que la vida del protagonista sea un verdadero y completo desastre. Hay 23 críos atrapados en el colegio, y él decide por alguna razón encapsulada en su interior que tiene que ir a rescatarlos, aunque su propio hijo (interpretado por el propio hijo del actor, Levi McConaughey) y su madre también están en peligro en otro foco del incendio. Menos mal que por ahí anda Ruby (magnífica Ashlie Atkinson), la jefa del protagonista que en su papel de directora de la empresa de transporte escolar intentará comunicarse desde la central con el “último” autobús perdido en el fuego. 23 niños, Kevin McKay y una profesora igual de valiente que el conductor (interpretada por America Ferrera, que pasa de la colorista Barbie y una nominación al Oscar al infierno en la tierra) atrapados en un laberinto de bosques en llamas que Greengrass muestra con auténtica maestría.

El director es todo un especialista en retratar sucesos reales que conmocionaron al mundo. En la película que le dio a conocer, Domingo sangriento (Bloody Sunday) (2002), nos ofreció una dramatización de la marcha protesta por los derechos civiles en Irlanda y la posterior masacre de las tropas británicas el 30 de enero de 1972. En United 93 (2006), un relato en tiempo real de los eventos del vuelo 93 de United Airlines, uno de los aviones secuestrados el 11 de septiembre de 2001 que se estrelló cerca de Shanksville, Pensilvania cuando los pasajeros se enfrentaron a los terroristas. En Green Zone (2010) nos vamos a 2003 en Iraq con la polémica de las armas de destrucción masiva. En Capitán Phillips (2013), la historia real del secuestro en 2009 por piratas somalíes del MV Maersk Alabama con bandera estadounidense, el primer buque de carga estadounidense en ser atrapado en doscientos años. Y en 22 de julio (2018) somos testigos del horror más insoportable con el ataque el 22 de Julio de 2011 a un campamento juvenil en la isla de Utøya (Noruega). Además, es el director de The Bourne Supremacy (El mito de Bourne) (2004), The Bourne Ultimatum (El ultimátum de Bourne) (2007) y Jason Bourne (2016).
“Esto ya no es un incendio forestal”, exclama el jefe de bomberos. Es algo mucho más grande. El cineasta termina la película con el típico recordatorio: cada año los incendios son mayores y hay cada día más. El que retrata la película, que llamaron Camp Fire y es considerado uno de los más mortíferos en la historia del estado, se saldó con 85 víctimas.

Greengrass no ha dicho nada de sus referentes. No sabemos si ha visto la gran película clásica sobre incendios, El coloso en Llamas (The Towering Inferno) (1974), con un edificio como foco, o una de las peores rodadas nunca sobre el tema, Emergencia (City of Fire) (1979), sobre una ciudad entera pasto de las llamas. Tampoco si ha visto una de las mejores, Backdraft (Llamaradas) (1991).

El que sí ha visto esta última dirigida por Ron Howard y con un reparto de auténtico lujo (Kurt Russell, Robert De Niro, Donald Sutherland, William Baldwin, Scott Glenn, Jennifer Jason Leigh, Rebecca De Mornay) por lo menos para su época, es el escritor Dennis Lehane. “Los de Backdraft eran más impresionantes que la mayoría de los incendios que aparecen en series y películas modernas hechos con efectos digitales, así que me obsesioné con ello. Le dije a mi equipo: si lograron hacer un incendio tan bien en 1991, no hay excusa para que no podamos hacer lo mismo”, declaró en su momento el creador de la serie Smoke (2025), inspirada en la historia real de un capitán de bomberos pirómano que provocó más de 2000 incendios en la década de 1980.

Lehane fue primero escritor de éxito mimado por el cine, con sus novelas Mystic River, Gone Baby Gone (Adiós pequeña, adiós) y Shutter Island llevadas a la pantalla por los mejores, Clint Eastwood, Ben Affleck y Martin Scorsese respectivamente. También ha adaptado obras de Stephen King (en las series Mr. Mercedes y El Visitante) y ha participado en producciones tan icónicas como The Wire. Lehane ya es uno más entre los creadores televisivos, un cotizado showrunner que en Smoke nos lleva a las apasionantes pesquisas por parte de una detective con muchos traumas (Jurnee Smollett) y un investigador de la unidad de incendios (Taron Egerton) para cazar a dos pirómanos en serie que están aterrorizando la ciudad. Uno ataca a familias que parecen felices, como el psycho killer B.T.K. Las sigue, las localiza, las espía, y con una garrafa incendia sus casas con ellos dentro. Mira y luego quema, podía ser su lema. El otro tiene fijación por las estanterías donde están las bolsas de patatas fritas en los supermercados. Entra encapuchado y prende la llama que termina arrasando todo el local.

Los referentes, además de la película de Ron Howard, son El silencio de los corderos (1991), la serie True Detective y el cine de David Fincher sobre psicópatas, como Seven (1995) y Zodiac (2007). La base: el pódcast Firebug, que trataba el caso real de John Orr, el bombero pirómano que adquirió cierta fama. El recordado Ray Liotta (1954-2022) lo interpretó en la película para televisión Fuego intencionado (Point of Origin) (2002), donde también sale John Leguizamo, el actor colombiano que en Smoke tiene un papel clave.
Lehane es un genio de la novela negra y en Smoke lo demuestra con frases contundentes que parecen sacadas de una historia de Raymond Chandler (Nadie vive la vida que soñó ni aunque su sueño sea sencillo; Dave solo celebra sus cosas, es como una calle de doble sentido; Soy un hombre casado, así que vivo la vida a través de mis amigos; Envejecer bien es de cobardes; No existen suficientes palabras para describir el puto holocausto que voy a desatar sobre el cabrón que haya hecho esto).
The Lost Bus (Laberinto en Llamas) y Smoke, dos producciones que coinciden en Apple TV+ para dejarnos claro que el fuego arrasa con todo.