“Todo tu mundo soy yo y todas tus ideas son mías”, le dice Aurora a su hija Hildegart en un momento de La virgen roja, la excelente película de Paula Ortíz basada en un crimen real ocurrido en Madrid un 9 de junio de 1933, un terrible suceso que ya fue llevado al cine en la película Mi hija Hildegart (1977), dirigida por Fernando Fernán Gómez con guion de Rafael Azcona.
En ese clásico del cine español, Aurora estaba interpretada por la inolvidable Amparo Soler Leal y su hija por Carmen Roldán. Ahora, esos personajes pasan a Najwa Nimri y la joven actriz Alba Planas.
Nimri, digámoslo ya, se merece el Goya por su interpretación de esta madre posesiva, toda vestida de negro, siniestra y, como la Sra. Danvers de Rebeca, encerrada en su locura obsesiva.
La historia es la de una madre soltera que tenía un proyecto: concebir y preparar a su hija para cambiar el mundo. Crear a la mujer libre. La mujer del futuro. Un plan estricto que comenzó cuando la cría era pequeña recibiendo una educación completa. Hildegart tenía 17 años cuando se convirtió en la abogada más joven de España. Para Aurora “una mujer leída es más poderosa que una bruja”, y con ese lema llevó a su hija, la joven prodigio que lanzaba discursos feministas modernos y avanzados, luchando contra la desigualdad que sufrían las mujeres, mientras ella misma vivía encerrada en una jaula vigilada por las garras de su tremenda madre, separada del mundo “para hacer de ti una líder”.
Pero cuando Hildegart conoce a un joven del partido socialista (Patrick Criado) el mundo de las dos mujeres se empieza a romper. “El amor y la revolución son incompatibles”, grita Aurora, que no va a permitir que una debilidad ponga en peligro el proyecto, como si fuera un doctor Frankenstein más enloquecido todavía. “Hildegart está donde está porque yo la he puesto ahí”, amenaza la mujer, a la que le da igual que el mismísimo H.G. Wells desde Londres se interese por la obra de la chica, ensayos sobre sexualidad y feminismo que convirtieron a Hildegart en lo más parecido a una influencer que la sociedad madrileña de finales de 1920 podía tener.
La virgen roja es el quinto largometraje de Paula Ortiz. La cineasta debutó con De tu ventana a la mía (2011), historias cruzadas de varias mujeres interpretadas por Maribel Verdú, Leticia Dolera y Luisa Gavasa entre otras. Luego llegó la revisión del mito de Bodas de sangre en La novia (2015), un aplaudido drama rural que se llevó 12 nominaciones a los Goya, incluyendo mejor película, actriz (Inma Cuesta), actor (Asier Etxeandía), actriz de reparto (Luisa Gavasa, que ganó), actor revelación (Alex García) y dirección y guion adaptado para Paula.
Al otro lado del río y entre los árboles (2022) era una producción internacional basada en una novela de Ernest Hemingway con Josh Hutcherson, Liev Schreiber, Danny Huston y la italiana Matilda De Angelis. Y Teresa (2022), una nueva mirada a Santa Teresa de Jesús, interpretada por una Blanca Portillo enfrentada al inquisidor de Asier Etxeandía.
Con La virgen roja la directora se consagra y lo hace con la complicidad de una inmensa Najwa Nimri, más dura e implacable que nunca, más terrorífica, como si se hubiera reencarnado en Agnes Moorehead o Judith Anderson, como una depredadora voraz de voz ronca y mirada letal.
La virgen roja se estrena el 27 de septiembre