El particular homenaje del cine francés a un clásico moderno como Instinto básico (1992)  

La sombra de Instinto básico (1992) es muy alargada. Es lo que pasa con los clásicos, que siempre están con nosotros, ya sea porque los revisamos o porque otras películas nos recuerdan el poder que tuvieron y el que todavía tienen.

Yann Gozlan es un cineasta francés que hace thrillers muy bien armados. Un hombre ideal (Un homme ideal) (2015) era su particular homenaje al Tom Ripley de Patricia Highsmith, sobre todo el de la primera novela. Caja negra (Boîte Noire) (2021), también, como la anterior, con Pierre Niney de protagonista, habla de accidentes de avión rodeados de misterio y es tan ambiciosa como eficaz.

La mujer que mira

En Visions (Oscura Obsesión), el director vuelve a las alturas y nos presenta a Estelle Vasseur, una piloto casada con un médico y con una vida controlada como un reloj suizo. Pero la protagonista un día se encuentra en el aeropuerto con Ana Dale, una antigua amante. Entonces el orden que dominaba su vida hasta ese momento estalla en mil pedazos.

Hay una casa en la playa, alguien que mira, una mujer desaparecida y un hombre que ofrece a su esposa un vaso con agua que podía ser mortal. La película de Paul Verhoeven con Sharon Stone está en todas y cada una de las imágenes de Visions. También en la música y en los colores del mar. Pero hay pinceladas de Atracción Fatal (1987) y Gaslight (1944). Hitchcock no puede faltar porque es el maestro de todos. El thriller erótico que reinó en las décadas de 1980 y 1990 es el gran lienzo donde se construye este misterio sobre sueños inquietantes. La protagonista llega por primera vez a la casa en la playa y resulta que ya había soñado con ella antes, ya había estado.

Diane Kruger interpreta a Estelle Vasseur, comandante que lleva aviones de Paris a Tokio mientras su vida se desmorona. Kruger es alemana, pero es de esas actrices, como la francesa Eva Green o la italiana Monica Bellucci, que trabajan en todos los idiomas y en todos los sitios. Son internacionales, y lo mismo pisan con fuerza en una superproducción de Hollywood que en una historia pequeña rodada en una aislada localidad europea.

Yann Gozlan sorprende con una referencia más. “Mientras escribía, no pude evitar pensar en la tragedia de Germanwings (el 24 de marzo de 2015 un avión Airbus A320-211 en ruta de Barcelona a Düsseldorf) con el piloto que estrelló su avión en los Alpes, causando la muerte de cientos de pasajeros. Esta noticia me inspiró, en cierto modo. También quería hablar sobre la simulación, la manipulación y la sensación de premonición en los sueños. Es un tema que me ha fascinado durante mucho tiempo. Así que fusioné todas estas ideas para crear Visions”.

Estelle y Ana, un juego peligroso

La española Marta Nieto es la misteriosa Ana, la mujer fatal que aparece y desaparece, una reencarnación de esas damas negras que interpretaba Joan Bennett. El actor y director Mathieu Kassovitz se mete en la piel del marido de Estelle, el hombre que sospecha pero que en un momento clave le ofrece un vaso de agua a su esposa.

Con todo, lo que se queda grabado en el espectador es la imagen que cierra la película. Un final impactante que te acompaña mucho tiempo después de terminar los títulos de crédito. Yann Gozlan recuerda El quimérico inquilino (Le Locataire) (1976) y la gran sacudida que le provocó. La película de Roman Polanski trata sobre la psicosis y la locura. Esos son los temas que dominan Visions, el particular homenaje del cine francés a un clásico moderno como Instinto básico.  

Visions (Oscura Obsesión) se puede ver en Prime Video

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