Resulta curioso ver a Henry Cavill presentándose ante el mismísimo Ian Fleming. Lo vemos en la película El ministerio de la Guerra Sucia y Fleming (interpretado por Freddie Fox) le explica al personaje del actor, Gus March-Phillips, cuestiones referidas a su nueva misión.
Y es curioso porque Cavill se presentó a las pruebas para ser James Bond cuando Pierce Brosnan abandonó (o le abandonaron, como cuenta el interesado). Al final le rechazaron por ser demasiado joven y Cavill siempre se ha lamentado un poco, aunque tras ver lo que hizo Daniel Craig en Casino Royale (2006) confesó que no tenía nada que objetar.
Ahora el actor que fue Superman se toma la revancha y en El ministerio de la Guerra Sucia no sólo recibe órdenes del creador de 007 (Fleming es un personaje más en esta historia real ya que fue oficial de inteligencia) sino que va más lejos e interpreta un personaje, Gus March-Phillips, que dicen fue el valiente militar que inspiró a James Bond.
No pudo ser el agente británico más famoso del mundo, pero sí el hombre del que Fleming tomó los rasgos más decisivos para su creación.
El ministerio de la Guerra Sucia es un estreno directo en Prime Video y es una película de Guy Ritchie, que siempre es una garantía. La misión se llama Post Master y consiste en neutralizar los submarinos alemanes que cierran el paso a los norteamericanos en el Atlántico Norte, en plena II Guerra Mundial. Es como Doce del patíbulo (1967), aunque no tan buena, y tiene algo de Los cañones de Navarone (1961), aunque no lo suficiente. Hay mensajes codificados “solo para sus ojos” y M dice de su agente rebelde que fue elegido para la misión “porque no obedece órdenes”. Hay escenarios exóticos (las islas de La Palma y de Fernando Poo), aunque la película se rodó en Antalya, Turquía, y hasta sale un irreconocible Rory Kinnear haciendo de Churchill. En la última etapa de la saga James Bond, Kinnear fue el imprescindible y discreto Tanner.