¿Quieres conocer a la verdadera Annabelle, la muñeca maldita, y descubrir que no tiene nada que ver con la que hemos visto en el cine? ¿Y a los reales Ed y Lorraine Warren, él demonólogo y ella médium, la pareja que inspiró a los protagonistas de la saga The Conjuring, y de paso visitar su famoso museo/habitación de objetos malditos, pero el real no el que vemos en las películas? ¿Y saber algo más de la casa embrujada más famosa de la historia, situada en el 112 de Ocean Avenue en la localidad de Amityville, en el Estado de Nueva York?
Pues todo eso y mucho más nos ofrece el documental de Netflix Juicio al diablo (The Devil on Trial) (2023), hora y veinte para contarnos la historia de David Glatzel, un niño que en 1980 sufrió lo que parecía un caso de posesión demoniaca en su casa de Brookfield, Connecticut.
Si William Peter Blatty hubiera esperado unos años más para escribir su novela El Exorcista, seguramente se hubiera basado en el caso de David Glatzel, porque en él tenemos levitaciones y muebles que vuelan, madres desesperadas, exorcistas y asesinatos.
En realidad, a cualquier cineasta o escritor le hubiera venido bien este suceso porque en él hay de todo: un niño poseído en la América profunda, lo que ya es mucho decir. Una pareja famosa que se enfrenta a casos paranormales y luego cuenta en televisión sus inquietantes experiencias. ¿Son unos farsantes, unos timadores, o gente de fiar que de verdad estaba en contacto con el más allá? El documental pone la cuestión sobre la mesa, porque los Warren, efectivamente, se involucraron en el caso del niño Glatzel. Un periodista que no es el reportero televisivo Carl Kolchak pero que asegura ante la cámara que esta es la historia más rara que ha investigado nunca. En sacerdote que realiza el exorcismo y que se llama Padre Virgulak, un nombre igual de cinematográfico que el de Karras. Y, como fin de fiesta, una «transmigración», que es como se conoce al momento en que el diablo pasa de un cuerpo a otro, es decir, de Regan al Padre Karras o de David Glatzel a su cuñado Arne Cheyenne Johnson.
En el documental hablan todos los implicados en el siniestro caso que quedan vivos, incluso vemos al nieto de los Warren defendiendo a sus abuelos, porque parece ser que estos sacaron tajada del asunto sin contar con la familia Glatzer.
Semejante historia con tantos ingredientes ha llegado a nuestros días. Ahí está, sin ir más lejos, una película que se basa en el caso, The Conjuring: The Devil Made Me Do It (Expediente Warren: Obligado por el demonio) (2021). «Obligado por el demonio» es lo que gritó en su defensa Arne Cheyenne cuando fue a juicio acusado de asesinato.