“Cuando iba a la Telefónica y cogía el autobús a las siete de la mañana, pensaba constantemente cuándo dejaría de cogerlo para irme a hacer una película”, recuerda Almodóvar. Bueno pues ya ha dejado de cogerlo, en realidad lo hizo hace mucho, y ahora rueda por la vida con las películas. La última, La habitación de al lado, le ha valido, por lo pronto, el León de Oro en el Festival de Venecia, convirtiéndose en el segundo cineasta español en conseguirlo. El primero fue Luis Buñuel, pero por una película francesa (Belle de Jour en 1967). El aragonés también ganó el Oscar… por una película francesa (El discreto encanto de la burguesía en 1974).
La habitación de al lado parte como una de las favoritas para liderar la temporada de premios y las quinielas más tempranas la han posicionado como clara candidata a los Oscar. Sólo hay que repasar los últimos films ganadores del León de Oro: La forma del agua (2017), Roma (2018), Joker (2019), Nomadland (2020) y Pobres criaturas (2023) y lo mucho que gustaron luego a los miembros de la Academia de Hollywood.
Mejor película, director, guion adaptado, banda sonora, dirección artística, Julianne Moore y Tilda Swinton…. Son las posibles nominaciones que se puede llevar la película, hasta el punto de convertirse en la producción española con más candidaturas a los Oscar de toda la historia: el récord lo tiene la coproducción hispano-mexicana El laberinto del Fauno (2006) con seis nominaciones (Película extranjera, guion, banda sonora, fotografía, dirección artística y maquillaje). La película de Guillermo del Toro fue representando a México en los premios porque España, que tenía preferencia decidió mandar la que parecía una apuesta segura, Volver de Pedro Almodóvar, que sorprendentemente se quedó fuera de las cinco finalistas. El laberinto del fauno ganó finalmente el Oscar a la dirección artística, fotografía y al maquillaje.
Este año Almodóvar tendrá como gran rival a The Brutalist, la sensación de Venecia, aunque el premio gordo se lo llevara el cineasta español. Brady Corbet se alzó con el de mejor director por estas 3 horas y 35 minutos de ambiciosa epopeya sobre el viaje del visionario arquitecto László Toth (Adrien Brody) y su esposa Erzsébet (Felicity Jones) hacia Estados Unidos huyendo de la Europa de posguerra en 1947. Dicen los malévolos que lo que no consigue Francis Ford Coppola con Megalopolis lo ha conseguido este cineasta natural de Arizona que en agosto cumplió 36 años y antes fue actor a las órdenes de algunos de los cineastas más arriesgados, nombres como Lars von Trier (Melancolía), Michael Haneke (fue uno de los psicópatas de la versión americana de Funny Games), Olivier Assayas (Viaje a Sils Maria) o Ruben Östlund (Fuerza Mayor).
Adrien Brody es un claro favorito para mejor actor, 22 años después de ganar el premio por El pianista (2003) en la que era su primera y hasta ahora única nominación. Si es candidato y gana, Adrien tendrá la oportunidad de resarcirse ante aquellos que tanto le criticaron cuando subió al escenario del teatro Kodak a recoger el premio esa noche del 23 de marzo de 2003. Con 29 años, se convertía en el actor más joven que ganaba en la categoría protagonista, quitándole el récord a Richard Dreyfuss, que tenía 30 cuando se lo llevó por La chica del adiós (1977). Brody llegó, le dio un beso de película a Halle Berry en uno de los momentos más recordados de toda la historia de los premios, recogió la estatuilla y no nombró a Roman Polanski, el hombre que le había dirigido para que estuviese esa noche ahí, en ningún momento de su discurso. Se limitó a recordar a un amigo que estaba en Kuwait. Como llegaron a decir, «a Brody le falta la madurez propia de un ganador del Oscar».
Seguro que Brody ha cambiado y seguro que Angelina Jolie también. Si la actriz gana el Oscar, en su caso habrán pasado exactamente 25 años de aquella noche del 26 de marzo del año 2000 cuando subió al escenario del Shrine Auditorium todo vestida de negro, en plan Morticia Adams, para recoger el premio como actriz de reparto por Inocencia interrumpida (Girl Interrupted). Angelina tiene muchas posibilidades de ser candidata este año porque Maria Callas es la tercera película de una trilogía en la que el chileno Pablo Larraín repasa momentos decisivos en las vidas de tres iconos del siglo XX. Las otras dos fueron Jacqueline Kennedy y Lady Diana Spencer y sus actrices, Natalie Portman y Kristen Stewart, fueron candidatas al Oscar. Muy raro sería que no nominaran a la tercera, sobre todo tras el entusiasmo que ha despertado su interpretación en el Festival de Venecia.
Además del Festival de Venecia, una buena manera de saber lo que está por venir en los Oscar es el Festival de Toronto (TIFF). En años anteriores, el codiciado Premio del Público (People’s Choice Award) se lo han llevado películas como 12 años de esclavitud (2013) y Green Book (2018). En la última edición este galardón ha sido para The Life of Chuck, un drama de fantasía basado en un relato corto de Stephen King que dirige el especialista en cine de terror Mike Flanagan (en cine con films como Doctor Sueño y en televisión con la serie La maldición de Hill House).
La película combina varios géneros (drama, suspense, fantasía) para contarnos tres capítulos en la vida de un tipo normal y corriente llamado Charles Krantz. El inglés Tom Hiddleston interpreta a este hombre que, como Tilda Swinton en La habitación de al lado, sufre una enfermedad terminal y repasa su vida en sentido inverso, desde sus 39 años de ahora hasta su infancia en una casa embrujada. El público de Toronto definió esta fábula como “bella”, “maravillosa” y “con misterio y corazón”. El más acertado fue un tal Matt Negrlia: “Casi no puedo explicarlo, pero la película me tocó en lo más profundo del alma, me dio un cálido abrazo y me dijo que todo iba a estar bien”. No hay forma más maravillosa de definir una película. The Life of Chuck, como antes Cuenta conmigo (Stand by Me) (1986) y Cadena perpetua (The Shawshank Redemption) (1994), ambas también basadas en relatos cortos de Stephen King, está destinada a convertirse en un clásico.
En Toronto también triunfaron películas que fueron premiadas en Cannes. Anora, la Palma de Oro, Emilia Perez, premio de interpretación femenina para las estadounidenses Zoe Saldana y Selena Gomez, la española Karla Sofía Gascón y la mexicana Adriana Paz, y La sustancia, que ganó el premio al Mejor Guion, y fue la película más popular del certamen con Demi Moore como diva absoluta.
Anora es la nueva película del neoyorkino Sean Baker (The Florida Project, Red Rocket) y cuenta la historia de una joven prostituta (Mikey Madison, una nominada casi segura) que se enreda con el hijo de un poderoso mafioso ruso.
La inclasificable Emilia Perez puede convertir a Karla Sofía Gascón en la segunda española tras Penélope Cruz en ser nominada como mejor actriz (o la tercera si contamos a Ana de Armas).
Y La sustancia puede llevar a Demi Moore ahí donde nunca soñó, ella que siempre ha sido vapuleada por su talento como actriz y tiene diez nominaciones al temible Razzie, premio que ha ganado por Striptease (1997), La teniente O’Neil (1998) y como secundaria por Los ángeles de Charlie (2004).
Poco se sabe por ahora de September 5, pero la influyente Variety la coloca en la carrera hacia los Oscar. Dirigida por el suizo Tim Fehlbaum, la película nos traslada al mismo escenario que los primeros minutos de la obra maestra Munich (2005), de Steven Spielberg: los Juegos Olímpicos de 1972. Ahora acompañamos a un equipo de periodistas deportivos estadounidenses (con Peter Sarsgaard a la cabeza) que cubren el secuestro de los atletas israelíes en la villa olímpica.
En Saturday Night, Jason Reitman nos cuenta la historia real de cómo un grupo de cómicos cambiaron la historia de la televisión. El 11 de octubre de 1975 se emitió el primer programa del mítico Saturday Night Live y la película nos lleva a lo que ocurrió entre bastidores. Actores jóvenes interpretan a los legendarios protagonistas: Cory Michael Smith (Chevy Chase), Ella Hunt (Gilda Radner), Dylan O’Brien (Dan Aykroyd) y Matt Wood (John Belushi). Por razones obvias, esta película tocará la fibra de los miembros de la Academia y de la mano de un director que sabe lo que son los Oscar, pues ha estado nominado por la dirección de Juno (2008), Up in the Air (2010) y por el guion de esta última.
Las “sospechosas habituales” de estos Oscar serán Dune: Parte dos, por las 10 nominaciones de la anterior, y Gladiator II, por el Oscar que se llevó la primera aquel lejano 25 de marzo de 2001. La pregunta es: ¿reconocerá por fin la Academia a Ridley Scott con el Oscar al mejor director? Se mire por donde se mire, es una vergüenza que todavía no lo tenga. El año de Gladiator no se lo dieron a él. La mejor película parece ser que no la dirigió el mejor director.
Una sorpresa puede ser Cónclave, del director que arrasó el año pasado con Sin novedad en el frente. El alemán Edward Berger nos mete de lleno en las intrigas del Vaticano con un Ralph Fiennes en muy buena posición para ser nominado (otro que tampoco tiene el Oscar y sólo acumula dos candidaturas, como actor de reparto por La lista de Schindler y como protagonista por El paciente inglés).
El que puede conseguir su segunda nominación es Timothée Chalamet por su interpretación de Bob Dylan en el biopic A Complete Unknown. El actor ya fue candidato por Call Me by Your Name (2017). Dylan parece traer suerte. Cate Blanchett fue nominada por hacer de él a su manera en I’m Not There (2007).
Precisamente el director de Call Me by Your Name, el italiano Luca Guadagnino, entra en la carrera con Queer, donde destaca un Daniel Craig que deja atrás definitivamente a James Bond para meterse en la piel del decadente personaje creado por William Burroughs, un homosexual en busca de alcohol y sexo por las sórdidas calles de un barrio mexicano (reconstruido todo en Cinecittà). Algunos críticos hablan de Querelle (1982), de Rainer Werner Fassbinder, como referente y otros han llegado a comparar su descenso a los infiernos con Apocalypse Now (1979).
En cuanto al cine de animación, parece que hay un claro favorito, Robot Salvaje, aunque Del revés 2 va pisándoles los talones (de metal).