En Vidas perfectas (Mother’s Instinct) Anne Hathaway y Jessica Chastain interpretan a dos vecinas que empiezan como dos muy buenas amigas y terminan enfrentadas en un juego muy peligroso. Las dos actrices están espléndidas en este thriller muy ochentero porque es en esa época cuando estaban de moda las historias oscuras con dos mujeres en el centro del misterio frente a frente. Nos acordamos de Black Widow (El caso de la viuda negra) (1987), del eternamente recordado Bob Rafelson, donde las siempre en nuestros corazones Debra Winger y Theresa Russell se hacían amigas en un lugar paradisiaco para luego enredarse en un juego del gato y el ratón.
En Single White Female (Mujer blanca soltera busca…) (1992), tenemos a Bridget Fonda y Jennifer Jason Leigh como buenas compañeras de piso, hasta que las cosas se empiezan a poner un poco siniestras.
En esas dos excelentes películas, los directores, Rafelson y Barbet Schroeder, dieron la opción a sus actrices para elegir uno de los dos personajes principales. A Debra Winger el de la agente del FBI o el de la viuda negra del título (se quedó con el primero porque no entendía las motivaciones de la asesina) y a Bridget Fonda el de Allison Jones o Hedra Carlson (se quedó con Allison porque lo consideraba un papel más difícil).
En 1996 fuimos testigos de una herejía en el cine. Se estrenó una nueva versión de Las diabólicas, la novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejac publicada en 1952 y de la obra maestra de Henri-Georges Clouzot estrenada en 1955. La película de Jeremiah S. Chechik es torpe y exagerada, pero por lo menos tiene a Isabelle Adjani y Sharon Stone, un encuentro en la cumbre entre dos mitos del cine.
Ignoramos si el director de Vidas perfectas, Benoît Delhomme les dio a elegir personajes a sus dos actrices o ya tenía muy claro a cuál de las dos vecinas iba a interpretar cada una. Tampoco podemos decir que Anne Hathaway y Jessica Chastain sean dos mitos del cine. Más bien son dos grandes actrices ganadoras del Oscar que en esta película sobre la culpa, la sospecha y la paranoia se enfrentan en una batalla psicológica inolvidable.
