Y sin embargo amigas

En Pequeñas cartas indiscretas (Wicked Little Letters), Olivia Colman (1974) y Jessie Buckley (1989) interpretan a dos vecinas de la ciudad costera de Littlehampton en los años 20. Edith Swan (Colman) es conservadora y devota y vive con sus padres octogenarios. Rose Gooding (Jessie Buckley) es revolucionaria, impetuosa y madre soltera irlandesa que emigró al pueblo tras la guerra. Vive con su hija Nancy (Alisha Weir) y su nuevo novio Bill (Malachi Kirby).

La película es una de las grandes sorpresas del año, una pequeña producción que recupera el estilo de la mágica Ealing, la de El quinteto de la muerte (1955), Ocho sentencias de muerte (1949), Oro en barras (1951) o Pasaporte para Pimlico (1949).

Y parte del éxito se debe a sus dos actrices protagonistas, enemigas en la película pero amigas en la vida real. Las dos estuvieron nominadas al Oscar por interpretar el mismo personaje en La hija oscura (2021).

La historia de Pequeñas cartas indiscretas está basada en hechos reales, una noticia que se publicó en todos los periódicos sobre dos vecinas enfrentadas por una serie de cartas obscenas anónimas.

Como Colman y Buckley ya se conocían, y se llevaban de fábula desde el rodaje de La hija oscura aunque curiosamente no compartieron escenas juntas, la primera se puso en contacto con la segunda para que se uniera a este proyecto y le mandó el guion. «Quería volver a trabajar con ella y compartir escenas porque sabía que nos lo pasaríamos en grande», confiesa Colman. «Por otra parte, no se me ocurre nadie mejor que Jessie para soltar todas esas palabrotas».

Cuando Buckley leyó el guion se quedó impresionada. Le pareció «brillante y escandaloso» y recuerda reírse a carcajadas varias veces. «Pensé que esas mujeres me recordaban a todas las mujeres que conozco hoy en día que se aguantan tantas cosas y de repente explotan porque no pueden más. Lo tuve clarísimo desde el principio, quería participar en esta maravilla. Es una historia tan llena de vida, tan humana y tan traviesa, que sabía que me lo pasaría pipa».

«No me gustan los proyectos oscuros e intensos, me encanta meterme en líos y hacer cosas que no debería. Este proyecto me vino al pelo, era justo lo que necesitaba en ese momento», añade la joven actriz, que ahora rueda nuevamente a las órdenes de Maggie Gyllenhaal (La hija oscura) una versión del mito de Frankenstein junto a Christian Bale, Annette Bening, Penélope Cruz, Julianne Hough y Peter Sarsgaard, marido de la directora y cuñado del solicitado Jake Gyllenhaal.

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