Jason Statham en una película con mucha agua no es como soltar a un pulpo en un garaje. En la vida real, el actor es un experto nadador. En los Juegos de la Commonwealth de 1990, representó a Inglaterra en natación, así que en la mayoría de las escenas donde le vemos en el agua, tanto en Megalodón (The Meg) (2018) como en la secuela que se estrena ahora, son reales. Sólo se utilizó un doble para las tomas más peligrosas.
Megalodón 2: La fosa (2023) está ambientada 4 años después de lo que vimos en la primera parte. En realidad, este Meg 2 ha estado en marcha desde octubre de 2018, justo después del estreno de la película original. La lógica es aplastante: la película costó alrededor de 130 millones de dólares y recaudó en el mundo más de 530 millones.
A principios de 2019, el productor Lorenzo di Bonaventura confirmó que se estaba trabajando en un guion, y la secuela tomó impulso en octubre de 2020, cuando se anunció a Ben Wheatley como director. El cineasta inglés es conocido por dirigir películas de terror y por hacer en 2020 una horrible e innecesaria versión de la excelente novela de Daphne Du Maurier Rebecca.
En abril de 2021, Jason Statham confirmó que el rodaje comenzaría en enero de 2022 y poco después Wheatley insinuaba que en la película podríamos ver a Jason Statham enfrentándose no a uno, sino a varios tiburones prehistóricos gigantes.