Un par de cosas antes de ver la secuela de Puñales por la espalda

El personaje de Christopher Plummer en Puñales por la espalda (Knives Out) se llama Harlan Thrombey, un millonario que, como manda la tradición, se convierte en objetivo de su familia para heredar su fortuna. Este nombre, Harlan Thrombey, es un homenaje al libro-juego ¿Quién mató a H. Thrombey? (Who Killed Harlowe Thrombey?), una intriga donde el lector es protagonista y tiene que solucionar el misterio. Si de juegos de mesa hablamos, la película de Rian Johnson también bebe de La herencia de la tía Agata, de la compañía estadounidense Hasbro, y, sobre todo, de Cluedo, el famoso juego de mesa de detectives que nació, dónde si no, en Reino Unido en 1948. Pero estamos hablando de un guion original de Johnson, un misterio a lo Agatha Christie, ya saben, no falta la mansión y la excéntrica familia con todos sospechosos, aunque el tono sea de comedia, parodia de un género, el Whodunit (¿Quién lo ha hecho?), con una larga tradición. Y ahí Johnson ha tenido donde elegir modelo.

Daniel Craig interpreta a un detective llamado Benoit Blanc que investiga la muerte del patriarca. Ver a al actual James Bond parodiando a Hercule Poirot puede ser una delicia, como lo fue disfrutar con todo el casting de Un cadáver a los postres (Murder by Death) (1976), un guiño a la historia más famosa de Agatha Christie, Diez negritos. En esa película escrita por Neil Simon, David Niven y Maggie Smith se divertían imitando a Nick y Nora Charles, el matrimonio creado por Dashiell Hammett en la novela El hombre delgado, que dio pie a la serie cinematográfica protagonizada por William Powell y Myrna Loy. También estaban, entre otros, Elsa Lanchester reconvertida en Miss Marple y Peter Sellers en plan Charlie Chan, el personaje de Earl Derr Biggers también parodiado en La maldición de la Reina Dragón (1981).

Rian Johnson ha descrito el personaje de Daniel Craig en Puñales por la espalda como un Poirot estadounidense y ha reconocido que su divertida intriga tiene influencias de la película El juego de la sospecha (Clue) (1985), y de La trampa de la muerte (Deathtrap) (1982), la versión que hizo Sidney Lumet de la muy ingeniosa comedia teatral escrita por Ira Levin. Y es precisamente en el teatro donde este subgénero que se ríe del misterio con mansiones, familias, crímenes y muertos que desaparecen, tiene más largo recorrido. Alguien lo ha llamado «Old Dark House Mystery Comedy», por la película de 1932 titulada aquí El caserón de las sombras (The Old Dark House), basada en la novela Benighted, de J.B. Priestley. Es justo nombrar a Enrique Jardiel Poncela y su Eloísa está debajo de un almendro, a Miguel Mihura por, sobre todo, la obra Carlota, y a Alfonso Paso, el primer autor español vivo que estrenó en Broadway.

Pero es, claro está, el teatro inglés el rey de la función. Existe un musical titulado Something’s Afoot que le da la vuelta a las historias de detectives, principalmente las obras de Agatha Christie, y especialmente Diez negritos. Y también está Whodunnit?, obra escrita en 1977 por Anthony Shaffer, no por casualidad responsable de algunas de las mejores adaptaciones al cine de las novelas de Agatha Christie, y autor de la obra La huella (Sleuth) (que, como La trampa de la muerte y Puñales por la espalda, tiene a un escritor de historias de misterio como centro de la trama. Los tres personajes de esas tres obras, además, coleccionan todo tipo de objetos, inventos y juegos que pueden ser mortales). Johnson cita también un tesoro oculto: la comedia rodada en 30 días The Private Eyes (Detectives casi privados) (1980), parodia de las historias de Sherlock Holmes sobre un inspector y su ayudante el Dr. Tart que investigan un extraño asesinato en una mansión que parece maldita, mientras tratan con la bella heredera y el enloquecido personal que vive allí.

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