El actor está de cumpleaños este próximo 3 de julio. 63 añazos y 44 de carrera. Todo empezó en 1981 a las órdenes de un director italiano de enorme prestigio por sus montajes teatrales. Amor sin fin (1981) era un vehículo para Brooke Shields orquestado por Franco Zeffirelli. Y ahí estaba un jovencísimo Tom Cruise. Tan sólo dos años después llegó Risky Business (1983) y comenzó el meteórico despegue de una de las carreras más alucinantes y exitosas de la historia del cine. Ahora Tom Cruise Tom Cruise luce cuerpazo a punto de cumplir 63 años.
Por Tierra, Mar y Aire
En su nueva película, Misión imposible: Sentencia final, 2 horas y 49 minutos de gozoso entretenimiento, de cine puro y acción que te mantiene pegado a la butaca, Cruise luce su buen estado físico en escenas donde le veremos sumergido en el agua en las profundidades del ártico, por los cielos colgado de avionetas y por tierra corriendo por todo el planeta para encontrar y destruir una IA conocida como La Entidad.
La más grande estrella del planeta y el más poderoso
Tom Cruise es un amante del riesgo. A los tres o cuatro años recuerda que quitó las sábanas de su cama, trepó hasta el techo del garaje de su casa de Syracuse, Nueva York, y saltó al vació emulando a su muñeco G.I. Joe que llevaba un paracaídas como accesorio. Él tenía las sábanas. Fue su primera escena de acción y su primer momento de riesgo. «Perdí el conocimiento. Quedé tendido allí, viendo las estrellas», recuerda.
Ese salto de niño y ese otro durante el rodaje de Misión Imposible: Fallout (2018) en el que se rompió el tobillo, marcan la carrera de la estrella más importante que ha dado el cine americano en los últimos 30 años. Lo sabemos nosotros y lo sabe Steven Spielberg, que le dirigió en Minority Report (2002) y La guerra de los mundos (2005) pero se conocen desde los tiempos de Risky Business (1983): «Ya lo entiendo. Tiene esa magia exquisita e indescriptible que no puede analizarse o copiarse. Es una estrella de cine en todos los sentidos».
