100 años de historia y 61 largometrajes de animación. Esos son los números de Walt Disney Animation Studios. Wish hace el número 62 y, como su protagonista se llama Asha, que significa «esperanza» en el idioma hindi, nosotros nos agarramos a eso y nuestra esperanza es que lleguen otras 62 historias más durante 100 años más.
Sobre todo, con películas como Wish, que lleva de subtítulo El poder de los deseos y no puede ser más apropiado. Ya sea Geppetto mirando las estrellas, deseando que su Pinocho de madera se convierta en un niño de verdad; Tiana mirando a las estrellas mientras sueña con tener su propio negocio; o Vaiana recurriendo a las estrellas para salvar su isla. Está claro que muchos de los personajes más populares de Disney se definen por sus sueños.
“Este es el auténtico mensaje de nuestra película: No hay mayor poder en el universo que alguien que alberga un verdadero deseo en su corazón. En realidad, es una película para ayudarnos a comprender que los grandes deseos suelen conllevar dificultades aún mayores. Ojalá nos inspire para no dejar nunca de perseverar”, cuenta la guionista y productora ejecutiva de la película Jennifer Lee, responsable también de Frozen: El reino del hielo (2013) y su secuela de 2019.
La idea de Wish empezó a tomar forma en 2018, poco después de que Lee fuera nombrada directora creativa del estudio. La productora se la contó al director Chris Buck mientras trabajaban en Frozen II y ambos se pusieron en marcha. Lo primero que hicieron fue rodearse de un equipo infalible para investigar el catálogo de películas de Disney y al mismísimo Walt Disney. Incluso bucearon en su infancia en la granja de Marceline, Missouri. Una de las historias que descubrieron hablaba de que el pequeño Walt disfrazaba a los animales de la granja, lo que inspiró en Wish la creación de Valentino, la cabra en pijama.
Aunque la película rinde homenaje al legado de Disney, también es un reflejo del presente y el futuro del célebre estudio con sus innovadores efectos visuales, la gran variedad de sus inspiraciones culturales y su música contemporánea y atractiva. La película está dirigida por Chris Buck (que ganó el Oscar por Frozen: El reino del hielo) y Fawn Veerasunthorn, un dúo de directores que simboliza a la perfección una de las piedras angulares de Walt Disney Animation Studios: una generación colaborando con la siguiente.
Buck se incorporó a Disney como animador de dibujo a mano bajo la tutela de Eric Larson, uno de los famosos Nine Old Men (Nueve Veteranos) del estudio, el grupo original de animadores de Walt Disney. Así que cuando empezó a desarrollar la idea, junto con Jennifer Lee, de una película que rindiera homenaje a los 100 años de historia de la animación de Disney, estuvo totalmente de acuerdo. “Estaba en mi ADN. Queríamos hacer una película que recogiera el legado de lo que Walt creó y que, al mismo tiempo, resultara relevante en el mundo actual».
Veerasunthorn, por su parte, se incorporó al estudio en 2011, así que llegó a Wish con su propia trayectoria de amor a Disney y también con sus raíces al otro lado del globo. “Crecí en Tailandia viendo películas de Disney, admirando a esa estrella de los deseos que puebla todo el universo de Disney y deseando formar parte de él”.
Wish es una comedia musical ambientada en el reino mágico de Rosas, un lugar basado en España, donde Asha, una joven ingeniosa e idealista, pide un deseo tan potente, que le responde una fuerza cósmica, una bolita de energía ilimitada llamada Estrella. Juntas, Asha y Estrella se enfrentan a un enemigo imponente -el Rey Magnífico, soberano de Rosas- para salvar a su comunidad y demostrar que, cuando la voluntad de un ser humano valiente conecta con la magia de las estrellas, pueden suceder cosas maravillosas.