No podemos decir que ha nacido una estrella porque ya lo es, pero sí que ha nacido una superestrella. Con los estrenos casi seguidos de Dune Parte II (3 de noviembre) y Wonka (15 de diciembre, en la foto), dos de las producciones más esperadas del año, Timothée Chalamet tocará el cielo y se convertirá en el actor más destacado de 2023.
Si como reina va a ser coronada Margot Robbie gracias al boom de Barbie, el rey será este joven que en diciembre cumple 28 años y que ahora se prepara para dar un paso más en su carrera: interpretar a Bob Dylan en un biopic sobre el músico, compositor, cantante y poeta norteamericano que en 2016 ganó el Premio Nobel de literatura. La película la dirigirá James Mangold y sin haber visto todavía ni una imagen ni una escena del proyecto, ya hay quien pronostica una nominación al Oscar 2024 para el actor (que sería la segunda de su carrera tras la recibida en 2018 por Call Me by Your Name).
Lo cierto es que todo el mundo elogia a Timothée. Christopher Nolan le eligió para interpretar el mismo papel que Casey Affleck pero de joven en Interstellar (2014) porque según dijo «su talento se hizo evidente de inmediato en la prueba. Incluso le habría considerado para Dunkerque (2017) si hubiera sido británico». El actor es de padre francés y madre norteamericana.
Timothée ha dicho en varias ocasiones que decidió ser actor después de ver a Heath Ledger en El caballero oscuro (2008). Y al principio no lo tuvo nada fácil. Todavía recuerda cuando le rechazaron en las pruebas para la serie Bates Motel (2013) y para el papel de Patrick en Manchester frente al mar (2016).
En cambio, en una sorprendente paradoja, para el papel que le cambió la vida, el de Call Me by Your Name (2018), no hizo prueba alguna. «Es cierto y sigue dejándome boquiabierto. Sólo hice una lectura de texto en Nueva York. En cualquier caso, creo que la parte más importante de cualquier audición es el momento en que sales de la habitación. Si puedes irte y no castigarte, te ayudará la próxima vez».
La otra faceta en su carrera, el mundo de la imagen y lo que proyecta como ídolo mundial, también tiene su peso. Él lo tiene claro: «Hay celebridades que tienen estilistas, y eso me sorprende. Ciertamente no es por eso por lo que me dedico a la interpretación, pero puedo usar ropa genial de algunos de los mejores diseñadores del mundo. Entonces, ¿por qué voy a pagarle a alguien para que busque qué ponerme? Esa es la parte divertida».
Aquí os dejamos los impresionantes trailers de las dos películas que harán de Timothée el rey del mundo.