En The Guilty (Culpable) (2021), dirigida por Antoine Fuqua, hay un incendio que tiene en estado de emergencia a la ciudad de Los Angeles, en la versión danesa no hay ningún fuego, y eso marca la diferencia. Eso y el carisma de su protagonista. Jake Gyllenhaal lo tiene y mucho, el actor sueco Jakob Cedergren no tanto, aunque por este trabajo estuvo hasta nominado a los European Film Award.
A favor de la película danesa hay que decir que llegó primero, 2018, y que el remake americano que se puede ver en Netflix es bastante fiel a ella. Es casi una copia (la furgoneta blanca, el juicio del día siguiente, la periodista que insiste en tener declaraciones sobre ese juicio), algo muy fácil de detectar si se ven seguidas las dos películas (como es el caso) y porque estamos hablando de una historia con un solo actor y un solo escenario.
El protagonista es un agente de policía suspendido temporalmente de sus funciones y relegado al centro de emergencias del 911. En su nueva función, recibe la inquietante llamada de una mujer desesperada que está siendo retenida por su expareja. Como nada es lo que parece, el tema se complica, la conversación se tensa y uno intuye que algo muy turbio está detrás de todo el asunto.
Antes que Gyllenhaal, otros intérpretes han estado solos y al límite ante el teléfono. Tom Hardy conduciendo un coche y con el “manos libres” en Locke (2013), Colin Farrell en una cabina como objetivo de un francotirador en Phone Booth (Última llamada) (2002) y Barbara Stanwyck en la cama y amenazada en Sorry, Wrong Number (Voces de muerte) (1948) son tres ejemplos.
Como en Locke, aquí también se pueden oír en versión original las voces de intérpretes muy conocidos como las diferentes personas que hablan con el agente. Riley Keough, que es actriz y muy buena, además de hija de Lisa Marie Presley y nieta de Elvis Presley y Priscilla Presley, pone voz a la desesperada Emily. También se oye a Ethan Hawke, como un sargento compañero del protagonista, algo lógico porque es el actor fetiche del director Antoine Fuqua desde los tiempos de Training Day (Día de entrenamiento) (2001), puesto que se disputa con Mark Wahlberg. Y Peter Sarsgaard, que es cuñado de Gyllenhaal, le presta sus matices al supuesto secuestrador y ex pareja de la chica.
Aunque la película danesa fue muy aplaudida y premiada hasta en Sundance y Valladolid, es mejor la americana, por Jake Gyllenhaal, más intenso como el atormentado policía, por Antoine Fuqua y porque Nic Pizzolatto, el de True Detective, mete mano en el guion con acierto para variar pequeños detalles y darle más ritmo a la historia.
Gustav Möller, el director de la original, prepara ahora su segundo largometraje, que será su entrada en Hollywood. Se titulará Snow Blind, es un thriller sobre una familia que entra en el Programa de Protección de Testigos y lo protagonizará Jake Gyllenhaal.