El director de origen polaco cumple el próximo mes de agosto 91 años. Clint Eastwood llega este mes de mayo a los 94 y ya ha dejado claro que el thriller judicial Juror #2, que acaba de terminar de rodar, será su último largometraje. Roman Polanski ha tenido una vida turbulenta, donde no han faltado escándalos sexuales, los asesinatos más salvajes y sangrientos en toda la historia de la crónica de sucesos de Hollywood, el recuerdo del Holocausto que sufrió de niño, fiestas salvajes, el éxito y todos los premios cinematográficos del mundo (el Oscar, el Oso de Oro en Berlín, la Palma de Oro en Cannes, varios César, David di Donatello, el Globo de Oro, el León de Oro en Venecia), además de varias obras maestras (Repulsión, La semilla del diablo, Chinatown, El pianista, El oficial y el espía) y un par de películas muy entretenidas (El quimérico inquilino, Tess, Frenético, Oliver Twist, El escritor).
Sólo ha fallado Polanski cuando se ha puesto surrealista y ha ido en plan gracioso. Cul-de-sac (Callejón sin salida) (1966), El baile de los vampiros (1967), ¿Qué? (1972) y Piratas (1986) fueron un fracaso y se llevaron a muchos por delante. En el caso de Piratas, lo que un periodista definió como “una catástrofe de cuarenta millones de dólares”. El famoso crítico Roger Ebert se preguntaba a propósito de ¿Qué? “cuánto le habrá dado Carlo Ponti a Roman Polanski para hacerla. Diez centavos habría sido demasiado”.
Polanski conoce el lado oscuro del ser humano y funciona cuando se pone truculento. La parte divertida es otra cosa. Su macabro y personal sentido del humor no siempre se entiende. Cuando estrenó Chinatown, Pauline Kael escribió: “Todo parece ultrapremeditado, fúnebre, pesadillesco; la maldad campa a sus anchas. No te importa quién salga perjudicado, porque todo es desolación. No obstante, la maldad tiene un estilo visual y fascinación”. El director se mueve muy bien entre las pesadillas.
La mala noticia es que en la filmografía de Polanski The Palace estaría en el grupo de las comedias. La buena, que es una película muy entretenida, por lo que no tendremos que preguntarnos, como hizo Ebert con ¿Qué?, cuánto dinero ha soltado Luca Barbareschi.
Barbareschi (Montevideo, 1956) es uno de los productores de la película. Es amigo de Polanski, además de actor, director, productor de cine y televisión, autor, presentador, guionista, director artístico y político italiano. Además, sale en The Palace y en Holocausto Caníbal (1980), que siempre suma puntos.
The Palace es como una mezcla entre Grand Hotel (1932) y La pantera rosa (1963), con algunos apuntes de El hotel de los líos (Room Service) (1938). Sólo hace falta cambiar a Greta Garbo por Fanny Ardant y a John Barrymore por Mickey Rourke. Es una locura muy divertida, con un tronchante John Cleese en el papel de un multimillonario y un montón de personajes surrealistas (los clientes y los empleados del hotel) preparados para dar la bienvenida al año 2000. La acción transcurre durante las horas previas a la gran fiesta que se va a celebrar en el hotel, la tarde del 31 de diciembre de 1999.
Hay un grupo de rusos con sus guardaespaldas que se van a enterar por televisión que su presidente Boris Yeltsin acaba de dimitir y deja su puesto a un joven prometedor llamado Putin (dato histórico y cierto, Yeltsin dimitió el 31 de diciembre de 1999, en un anuncio sorpresa emitido a las 12:00 de la medianoche en la televisión rusa y grabado esa misma mañana). Como el Hotel Palace es un extraordinario castillo diseñado a principios del siglo XX y situado en pleno valle nevado de Suiza, los huéspedes millonarios tienen cierta sensación de aislamiento, de estar atrapados en ese mundo de cuento de hadas y ambiente gótico. Así se sienten, por otro lado, la mayoría de los personajes de las películas de Polanski, todos atrapados en casas (Catherine Deneuve en Repulsión, Mia Farrow en La semilla del diablo, el mismo Polanski en El quimérico inquilino, los habitantes de la villa de ¿Qué?, los de Callejón sin salida, Sigourney Weaver en La muerte y la doncella, Ewan McGregor en El escritor, Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly en Un dios salvaje), en barcos (los tres protagonistas de El cuchillo en el agua, Hugh Grant, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner y Peter Coyote en Lunas de hiel) o en ciudades (Harrison Ford en Frenético, Adrien Brody en El pianista, Jack Nicholson en Chinatown).
La loca historia parte de un guion del propio director escrito en colaboración con Jerzy Skolimowski (con quien Polanski ya co-escribió su primer largometraje, El cuchillo en el agua) y Ewa Piąskowska, y está basado en un recuerdo real, como ha explicado con detalle el propio director: «Una vez me invitaron a pasar la Nochevieja en un hotel (el director se refiere al Gstaad Palace de Suiza, de categoría 5 estrellas Superior). Sucedió en vísperas del año 2000, en pleno pánico general causado por el rumor del efecto 2000, que supuestamente iba a provocar el fin del mundo informático. Vi en todo su esplendor la absurda colección de animales que pululaba por allí. Enseguida se me ocurrió la idea de hacer una película sobre este mundo exótico».
En cierta ocasión Polanski declaró que su trabajo es “hacerles olvidar (a los espectadores) que están sentados en un cine”. Hotel Palace lo consigue.
La película se estrena el 26 de abril.