La cita fue en Roma. James Mangold, Timothée Chalamet, Edward Norton y Monica Barbaro, los cuatro candidatos al Oscar por la película, presentaron Un perfecto desconocido a lo grande.

«Esta es una historia sobre un momento concreto de la vida de una persona, no sobre toda su vida. Y trata de un mundo en el que se comunica en gran medida con canciones», quiso puntualizar Mangold, que se ha inspirado en Amadeus (1984), de su mentor Milos Forman, para dar con el tono de esta película. Es decir, presentar a Dylan a través del prisma de los demás: sus relaciones más cercanas, e incluso sus fans.

“Se pueden hacer dos versiones de una película sobre Bob Dylan. Una versión que es una clase magistral de comportamiento sobre un tipo que no solía mirar a los ojos a la gente y el misterio que lo rodeaba, o hacer algo que podría ser falso en cuanto a su vida y su obra, una recopilación de sus grandes éxitos que ignora el hecho de que su carrera no fue una trayectoria en línea recta. Jim actuó rápidamente para mantener el equilibrio entre desmitificar a Bob y no caer en la adulación”, cuenta Chalamet.
Tras la llegada de la COVID-19 en 2020, se sucedieron una serie de huelgas en el sector que mantuvieron la producción paralizada. El retraso supuso un largo periodo de preparación para el actor, que le permitió sentirse aún más cómodo con el papel y comprender mejor al hombre que iba a interpretar, además de mejorar su destreza como músico y cantante.
“Una vez que me metí en el papel, no había vuelta atrás”, dice Chalamet. “Ya era un auténtico feligrés de la Iglesia de Bob”.

Para el papel de Pete Seeger, Mangold eligió al actor Edward Norton en una especie de movimiento atípico. “Edward no solo tiene un parecido físico con Pete que es sorprendente, sino que creo que también era una oportunidad para que hiciera algo diferente”, dice Mangold. “Edward suele interpretar personajes más oscuros. Pete es una especie de ángel, es una versión de Fred Rogers en clave de música folk. Es muy difícil encontrar historias en las que Pete pierda los estribos. Aunque lo persiguiera el gobierno o tuviera conflictos con otros por los derechos civiles o cualquier otra cosa, siempre encontraba la forma de dirigirse a sus némesis de una manera amable”.

A Joan Baez la encontró en la actriz Monica Barbaro. Al igual que Chalamet, Barbaro pasó por el calvario de los profesores de canto y el estudio de la guitarra, hasta encontrar su propia versión de una leyenda para hacerse con el papel.
“Cuando conocemos a Joan, ya es la reina del folk”, dice Barbaro. “Pero ella quería tener una música que dijera más. Y Bob compone una música contundente. Además, habla con valentía y dice lo que piensa. Esto causó una gran conmoción en la comunidad folk. Creo que Joan fue una de las primeras personas en hacer suyas esas palabras y en utilizar su propia posición para impulsar los inicios de la carrera de Dylan”.