Peter Sohn, director de Elemental: «las herramientas para hacer cine son ahora mucho más accesibles»

María Estevez

¿Qué pasaría si los elementos que conocemos estuvieran vivos? Esta es la premisa planteada por el largometraje animado número 27 de Pixar: Elemental. Si bien la trama gira en torno a un viaje de autodescubrimiento y un incipiente romance entre dos de esos elementos (fuego y agua), el realizador Peter Sohn la entrelaza no solo con efectos visuales, humor y juegos de palabras, sino también con temas personales que le tocan muy de cerca (Sohn nació en Nueva York de familia coreana), como la inmigración, la identidad cultural, el descubrimiento de uno mismo y el trauma generacional. “Soy hijo de inmigrantes y entiendo la confusión de identidad de los personajes”, dijo Sohn en Madrid en la presentación de la película. “Hay algo universal a la hora de conectar con un personaje a través de la animación”.  

Con 23 años en Pixar, trabajando en los departamentos de arte, historia y animación en películas como Buscando a Nemo (2003) o Ratatouille (2007), Sohn se muestra partidario de las películas inclusivas, dinámicas y emocionales, producciones de Pixar que van más allá de la historias tradicionales centradas en los niños.

Elemental City es el escenario de esta nueva cinta, donde residen en comunidad seres de Fuego, Agua, Tierra y Aire. El personaje principal es una joven valiente que trabaja en la tienda de su familia, con padres que emigraron a la ciudad desde Fireland con la esperanza de tener una vida más próspera. A partir de sus propias experiencias como hijo de inmigrantes coreanos que llegaron a Nueva York, la capacidad de Sohn para condensar esta reflexión en una narrativa impulsada por las experiencias socioeconómicas y culturales permite entender el motivo detrás de la historia. «Me encantan estas películas. Crecí con historias que conectaban a toda la familia”, cuenta Peter cuando se le pregunta sobre su inspiración para superponer la trama con temas que resuenan para todas las edades. “Mis padres no hablaban inglés y yo no hablaba muy bien el coreano. Sin embargo, había un montón de películas que todos podíamos disfrutar juntos, y eso significó mucho para mí mientras crecía. De hecho, las vuelvo a ver de vez en cuando”.

Un elemento importante de la historia es que no todos los seres son iguales en este mundo, algunos tienen más dificultad que otros para moverse por Elemental City. Por ejemplo, la protagonista debe tener cuidado al interactuar con elementos de agua. “Hemos creado una jerarquía  en función de eso”.

Sohn destaca que la historia entre la pareja protagonista está inspirada en su vida personal. “Sí. Forma parte de mi experiencia al casarme con alguien que no es coreano, porque el deseo de mis padres era lo contrario”. Su guía siempre fue “tratar de agradecer a nuestros padres por todo el trabajo que hicieron para educarnos en un país ajeno a ellos”. 

Sohn habla también de la nueva moda en Hollywood por contar historias de la cultura coreana.  Últimamente, hemos tenido no solo películas y series de impresionante éxito que han venido directamente de Corea del Sur, como Parásitos (2019) y El juego del calamar, sino también películas y series igualmente populares que representan la experiencia coreanoamericana, como Minari (2020) y la serie Beef (Bronca). “Creo que están teniendo su momento. Hay una enorme cantidad de proyectos creativos que nos llegan de allí y que se están viendo respaldados por el streaming. Como coreano-estadounidense que soy, me siento absolutamente orgulloso de ello. Pero espero que ocurra lo mismo con otros países, aunque viene pasando ya de un modo u otro debido a la popularidad del mismo streaming y al hecho de que las herramientas para hacer cine son ahora mucho más accesibles y baratas para los artistas, lo que produce que tengamos ante nosotros muchas más perspectivas procedentes de lugares diversos”.

Como cuenta el director, cada elección que se hizo en la película, desde la elección de los colores hasta el desarrollo de una partitura de fondo multicultural, se hizo teniendo en cuenta a tantas influencias culturales como fuera posible sin apropiarse de ellas. “No se trata de encontrar momentos, se trata de energías”.

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