Los lazos que unen (L’attachement)

26 de septiembre de 2025 en cines

Dirigida por Carine Tardieu

Guión Alice Ferney, Agnès Feuvre, Raphaële Moussafir

Reparto Valeria Bruni Tedeschi, Pio Marmaï y Vimala Pons

Duración 1 h 46 m

Por qué hay que verla

Inspirada en la novela L’intimité de Alice Ferney, relata el inesperado viaje emocional de Sandra (Valeria Bruni-Tedeschi), una librera decididamente independiente, cuya vida da un vuelco al implicarse sin buscarlo con la familia de su vecino Alex (Pio Marmaï), un joven arquitecto viudo con dos hijos pequeños. “Me atrajo la idea de retratar a una mujer moderna, libre de los mandatos del patriarcado, que asume con convicción su decisión de estar sola. Pero que se ve conmovida por el vínculo que surge con un niño y su padre viudo, sin haberlo planeado”, asegura Carine Tardieu.

De la noche a la mañana, Sandra se encuentra compartiendo su vida con la familia de Alex y contra todo pronóstico encariñándose poco a poco con ellos, especialmente con el pequeño Elliott de seis años. Los meses pasan y el apego a esta familia adoptiva irá creciendo a la vez que Sandra va siendo consciente que a veces los vínculos afectivos no son de nuestra elección. 

La película propone una exploración emocional de cómo los afectos se imponen a veces con una fuerza transformadora. Sandra, ajena a la idea de formar una familia, se ve involucrada en la cotidianidad y las emociones de Alex y sus hijos, especialmente con Elliott (César Botti), un niño precoz de seis años cuya mirada sincera rompe las defensas de la protagonista. “El apego no es inmediato, es un proceso que se construye poco a poco”, explica Tardieu, quien encontró inspiración en su propia experiencia como madre adoptiva. “Pero también quise que conservara su independencia, para que ese vínculo no se viviera como una carga o una obligación solemne”. Fiel a su estilo, Carine Tardieu plantea desde una perspectiva femenina temas como la maternidad elegida, la soledad, la reconstrucción afectiva y los modelos no tradicionales de familia, todo ello, sin dogmatismos ni dramatismos, y con una sensibilidad que alterna la melancolía y el humor.

La historia se despliega a lo largo de varios meses, marcados por las estaciones, los silencios compartidos, el crecimiento de los niños y el duelo de Alex. El paso del tiempo queda reflejado en la evolución emocional de los personajes y en la maduración de sus relaciones. Como dice la cineasta: “A través de los niños somos más conscientes del paso del tiempo. Cada pequeño avance marca una transformación emocional irreversible.”

To top