L’Home dels Nassos

19 de enero de 2024 en cines

Dirigida por Abigail Schaaff

Guión Eric Moral y Núria Velasco

Reparto Pablo Derqui, Ivan Benet, Jeannine Mestre, Mercè Llorens, Pep Munné, Maria Molins, Salli Diallo, Miranda Munné y Lluc Miravete.

Por qué hay que verla

La película nos adentra en una leyenda que se ha transmitido de generación en generación dentro del imaginario catalán. El personaje que da nombre a la ópera prima de Abigail Schaaff relata una historia de amistad, familias, mentiras y traiciones. Una película que navega entre la mitología y la memoria histórica.

Se trata de una historia de época que combina aventura y fantasía, tomando la leyenda de un ser mitológico (L’home dels nassos) para cimentar un relato que tiene sus orígenes en el folklore catalán y se sirve del contexto histórico ambientado en los años 30 y 60, donde la mentira y el silencio se han impuesto durante décadas.

Ambientada en el invierno de 1968, en un pequeño pueblo de montaña, tres niños intentan escapar del llamado Home dels nassos (hombre de las narices), un ser legendario que captura a los niños mentirosos durante el último día del año. Pero ellos no son los únicos que lo temen: las mentiras del pasado también se pueden oler.

L’home dels nassos es un ser mitológico. Un hombre que tiene tantas narices como días tiene el año y al que solo se le puede ver durante el día 31 de diciembre. En tierras catalanas, se explicaba la existencia de l’home dels nassos a la chavalería, que salía a la calle el día de fin de año para buscarlo. Para unos, se trataba de una broma de los adultos y de un engaño: si tenía tantas narices como días tiene el año, el día 31 de diciembre solo le quedaría una nariz y, por tanto, sería indistinguible de cualquier otro hombre. Los niños salían en búsqueda de un hombre con centenares de narices y nunca lo encontraban. Pero, por otro lado, la leyenda tiene también algunas connotaciones menos inocentes. L’home dels nassos también servía a los adultos para disuadir a los niños de decir mentiras. De hecho, se decía que l’home dels nassos podía oler las mentiras. Los niños mentirosos estaban en peligro porque l’home dels nassos se los podría llevar. Existían dos formas para esquivar este peligro: confesar las mentiras o hacer un nudo en una cuerda, simbolizando la mentira, y quemarla. De este modo l’home dels nassos no podía olerla y los niños quedaban fuera de peligro.

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